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10 cosas que debes evitar en este momento

10 cosas que debes evitar en este momento

1: Evitar el Odio

El odio es una emoción poderosa que puede envenenar nuestras almas y dañar nuestras relaciones. En Génesis 37:4, vemos cómo los hermanos de José lo odiaban, lo que finalmente condujo a su venta como esclavo. La Biblia nos advierte en Proverbios 26:24-26 acerca de los efectos destructivos del odio. Como seguidores de Cristo, debemos evitar que el odio tome raíz en nuestros corazones y aprender a perdonar y amar, siguiendo el ejemplo de Jesús.

  • Amargura (cf. celos, envidia), Heb. 12:15 . 
  •         -La amargura persiste y se pudre, corrompiendo todo buen pensamiento hacia los demás.
  • Ira y furor , Ef. 4:26 . 
  • Hablar mal , cf. Ef. 4:25 ; Santiago 4:11 ( Tito 3:2 ) 
  •         -Cuida tu lengua ( Santiago 3:5-6 ).
  • Malicia , cf. Tito 3:3 
  • Siempre piensa lo peor de la otra persona; odioso, es grosero y mezquino ( 1 Corintios 13:5 )

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 2: Evitar la Venganza

La venganza es una respuesta natural cuando nos sentimos heridos o perjudicados, pero la Palabra de Dios nos llama a resistir esa tentación. Proverbios 24:29 nos insta a no buscar venganza, sino a confiar en Dios como nuestro juez justo. La venganza puede conducir a un ciclo destructivo de odio y conflicto. En lugar de eso, debemos confiar en que Dios hará justicia y permitir que Él sea el que guíe y defienda nuestras vidas.

 3: Evitar el Atrapamiento de la Hipocresía

En Lucas 11:53-54 y 20:20, vemos cómo los líderes religiosos buscaban atrapar a Jesús con preguntas trampa. La hipocresía puede llevarnos a una trampa espiritual al comprometer nuestra integridad. Para evitar esto, debemos ser sinceros en nuestras intenciones y acciones. No debemos tratar de atrapar a los demás con trucos, sino buscar la verdad y la honestidad en todas nuestras relaciones.

4: Evitar el Prejuicio

Santiago 2:1-4 nos advierte sobre el peligro del prejuicio y la discriminación. Dios no hace acepción de personas, y nosotros tampoco debemos hacerlo. El prejuicio puede cegarnos a la dignidad y el valor de todos los seres humanos, creando divisiones y conflictos. Como hijos de Dios, debemos amar a nuestros prójimos sin importar su origen, raza o posición social.

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5: Evitar las Tradiciones que Atan

Las tradiciones pueden ser valiosas, pero cuando se vuelven un obstáculo para la verdadera adoración y obediencia, se convierten en un problema. Marcos 7:2-5 nos muestra cómo Jesús confrontó a los líderes religiosos que estaban más preocupados por las tradiciones que por el corazón de la adoración. Evitar la ceguera causada por tradiciones erróneas nos permite mantener una relación auténtica con Dios.

6: Evitar Ser Santurrón

El orgullo espiritual es una trampa sutil que puede alejarnos de la humildad y la dependencia en Dios. En Lucas 18:9-12, Jesús comparte la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos para destacar la actitud santurrona y autocomplaciente del primero. En lugar de mirar con desprecio a los demás, debemos recordar que somos pecadores necesitados de la gracia de Dios.

7: Evitar la Hipocresía

La hipocresía es una trampa espiritual que puede debilitar nuestra autenticidad y testimonio. Jesús nos advierte en Mateo 7:3-4 sobre el peligro de señalar la paja en el ojo de los demás mientras ignoramos la viga en el nuestro. En lugar de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos y ser sinceros en nuestras acciones y motivaciones.

8: Evitar Juzgar por Apariencia

Juan 7:24 nos enseña a no juzgar por las apariencias, sino a juzgar con justicia. Juzgar a los demás basándonos en su apariencia o en nuestras percepciones limitadas puede llevarnos a conclusiones incorrectas y falta de amor. En su lugar, debemos tratar a los demás con gracia y comprensión, reconociendo que solo Dios conoce los corazones.

9: Evitar la Sabiduría Humana y la Falta de Fe

En Juan 6:41-42, 60-61, vemos cómo algunas personas dudaron de las palabras de Jesús debido a su enfoque en la sabiduría humana y su falta de fe. En momentos de incertidumbre, es crucial confiar en Dios y Su Palabra en lugar de depender en exceso de nuestra propia sabiduría. La falta de fe puede bloquear nuestra capacidad de entender la verdad espiritual.

10 cosas que debes evitar en este momento
  1. ¿Cómo Entregarse a Dios en Cuerpo y Alma?
  2. ¿Has sido útil a Dios?
  3. Predica sobre La Preocupación Filipenses 4:6


10: Evitar Regocijarse en el Pecado

El pecado puede tener un atractivo temporal, pero la Palabra de Dios nos llama a evitar deleitarnos en él. En 1 Corintios 13:6, se nos dice que el amor no se regocija en la injusticia. En lugar de justificar o disfrutar el pecado, debemos buscar la santidad y el arrepentimiento, permitiendo que el amor de Dios transforme nuestras vidas.


¿Cómo Entregarse a Dios en Cuerpo y Alma?

 ¿Cómo Entregarse a Dios en Cuerpo y Alma?

Un tema fundamental para nuestra vida cristiana: cómo entregarnos a Dios en cuerpo y alma. Dios nos llama a una relación de compromiso total y entrega, donde nuestras vidas son reordenadas para honrar y glorificar Su nombre. A través de varios pasajes bíblicos, exploraremos cómo podemos vivir una vida completamente entregada a Dios.

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1: Entrega total y reordenación de vida

La entrega a Dios implica una reordenación total de nuestras prioridades y valores. En 1 Corintios 6:9-11 y Filipenses 3:5-8, vemos ejemplos de cómo personas como Pablo experimentaron una transformación radical al encontrarse con Cristo. Dejar atrás las viejas formas de vida y abrazar la nueva vida en Cristo es una parte esencial de la entrega. Esto significa renunciar a prácticas pecaminosas y abrazar una nueva identidad en Cristo.

2: Compromiso desvergonzado

Jesús nos llama a un compromiso desvergonzado con Él. En Marcos 8:34-38, Jesús habla sobre tomar la cruz y seguirle. La cruz representa un compromiso total incluso si significa renunciar a comodidades o enfrentar desafíos. Entregarse a Dios implica negarnos a nosotros mismos y estar dispuestos a sacrificar nuestras comodidades y deseos por amor a Él.

3: Tu vida, cuerpo y mente/corazón

Romanos 12:1-2 nos insta a ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Esta es una entrega completa de nuestra vida, incluyendo nuestra mente y corazón. No debemos conformarnos a los patrones de este mundo, sino ser transformados por la renovación de nuestra mente. Esto significa vivir de manera diferente a la cultura mundana, alineando nuestras acciones con la voluntad de Dios.

4: Hacer el bien

Entregarse a Dios implica un compromiso activo de hacer el bien. Gálatas 6:10 nos recuerda la importancia de hacer el bien a todos, especialmente a los de la familia de la fe. Efesios 2:10 también destaca que fuimos creados para hacer buenas obras que Dios preparó de antemano. Cuando nos entregamos a Dios, nuestras acciones deben reflejar Su amor y gracia.

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5: Haz el bien "como a un Creador fiel"

Colosenses 3:23 nos llama a hacer todo lo que hagamos como para el Señor, no para los hombres. Esta actitud transforma cada acción en un acto de adoración. Al entregarnos a Dios en cuerpo y alma, estamos reconociendo que Él es nuestro Creador fiel que merece lo mejor de nosotros.

6: No confíes en el dinero incierto

La sociedad en la que vivimos a menudo nos enseña a confiar en las riquezas y en lo material. Sin embargo, 1 Timoteo 6:17 nos recuerda que el dinero es incierto y temporal. Para entregarnos a Dios en cuerpo y alma, debemos romper con la mentalidad materialista y reconocer que nuestra verdadera seguridad y confianza deben estar en Dios.

7: Usar lo que tenemos para el bien

Dios nos ha bendecido con recursos para usarlos para el bien. 1 Timoteo 6:18-19 nos insta a ser generosos, dispuestos a dar y compartir con los demás. Cuando usamos nuestras posesiones y recursos para bendición de otros, estamos acumulando tesoros en el cielo. La entrega a Dios implica desapego de las posesiones terrenales y un enfoque en invertir en lo eterno.

8: Entregarnos primero al Señor

En 2 Corintios 8:1-5, vemos un ejemplo conmovedor de entregarnos primero al Señor. Los creyentes en Macedonia dieron con gran generosidad, a pesar de sus propias dificultades económicas. Esta entrega desinteresada y total es un reflejo del amor y la devoción a Dios. Cuando nos entregamos primero a Él, nuestras prioridades y acciones cambian, y su gracia fluye a través de nuestras vidas.

9: Usar nuestros talentos

Eclesiastés 9:10 nos recuerda la importancia de usar nuestros talentos y habilidades mientras tengamos vida. Dios nos ha dotado con capacidades únicas para que las utilicemos en Su servicio. Entregarnos a Dios en cuerpo y alma incluye identificar y usar nuestros talentos para glorificarlo y edificar a la Iglesia.

10: Pasión, fervor y entusiasmo

Colosenses 3:23 nos anima a hacer todo con pasión, fervor y entusiasmo, "de todo corazón". Este nivel de entrega implica que nuestras acciones estén llenas de propósito y devoción sincera. Siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos sentir un celo por la obra de Dios en nuestras vidas, como vemos en Juan 2:17.

¿Cómo Entregarse a Dios en Cuerpo y Alma?

  1. Para superar el desánimo: Tened buen ánimo Juan 16:33
  2. La unidad en la iglesia, el cuerpo de Cristo
  3. Predica sobre Las Primicias: Honra al Señor y serás honrado Proverbios 3:9

Conclusión:

Entregarnos a Dios en cuerpo y alma es una respuesta amorosa a Su gracia y cuidado. Debemos liberarnos de la trampa de confiar en las riquezas, utilizar lo que tenemos para el bien, entregarnos primero al Señor y usar nuestros talentos para Su gloria. Nuestra entrega debe estar llena de pasión, fervor y entusiasmo, reflejando un celo por Su obra en nuestras vidas. 

Entregarnos a Dios en cuerpo y alma es un acto de amor, compromiso y adoración. Significa reordenar nuestra vida, tomar nuestra cruz, renovar nuestra mente y dedicarnos a hacer el bien en todas las áreas de nuestra vida. Recordemos las palabras de Colosenses 3:17: "Y todo lo que hagáis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él". Que nuestras vidas sean testimonios de entrega total y fiel a nuestro Dios.

¿Has sido útil a Dios?

 ¿Has sido útil a Dios?

Un tema fundamental en nuestra vida como seguidores de Cristo: la utilidad que tenemos para Dios. Todos hemos sido dotados con habilidades y capacidades únicas, pero la pregunta clave es si estamos utilizando esas habilidades para el servicio de Dios y su reino. En Mateo 25:15-16, Jesús comparte una parábola que nos enseña la importancia de desarrollar nuestras habilidades y ponerlas al servicio del Maestro. Vamos a sumergirnos en este pasaje y en otros textos bíblicos para entender cómo podemos ser útiles a Dios.

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Tema 1: Ser útil a Dios es usar nuestras habilidades

Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros con habilidades y dones específicos. Sin embargo, el desafío reside en cómo desarrollamos y utilizamos esas habilidades para glorificar a Dios y bendecir a los demás. La parábola de los talentos en Mateo 25:15-16 nos muestra que algunos hicieron un esfuerzo por multiplicar lo que habían recibido, mientras que otros desaprovecharon sus oportunidades. Debemos preguntarnos si estamos invirtiendo nuestros dones en el servicio de Dios y en el crecimiento de su reino.

Tema 2:  Ser útil a Dios es dar con generosidad

En 2 Corintios 8:12, Pablo nos insta a dar según nuestras posibilidades, recordándonos que Dios valora la disposición de nuestro corazón más que la cantidad. La pobre viuda mencionada en Marcos 12:41-44 es un ejemplo conmovedor de esto. Aunque solo tenía dos pequeñas monedas, Jesús señaló que ella había dado más que todos, porque lo dio todo. Dios valora la actitud de generosidad y sacrificio en lugar de la cantidad material que entregamos.

Tema 3: Ser útil a Dios es Hacer lo que podemos

La historia de María en Marcos 14:8-9 (Juan 12:1-8) también resalta la importancia de hacer lo que podemos con lo que tenemos. Ella derramó un costoso perfume sobre Jesús como una expresión de su amor y gratitud. A veces, podemos sentir que nuestras habilidades o recursos son limitados, pero Dios valora cada esfuerzo sincero que hacemos por Él. Por otro lado, en Hebreos 5:12, se nos advierte sobre la falta de progreso en nuestro crecimiento espiritual cuando no aprovechamos nuestras oportunidades para aprender y servir.

¿Has sido útil a Dios?

  1. Predica sobre La Preocupación Filipenses 4:6
  2. Predica sobre Correr la carrera de la fe Hebreos 12:1-13.
  3. El pecado y sus consecuencias.

Conclusión:

La pregunta "¿Has sido útil a Dios?" resuena en cada uno de nosotros. Dios nos ha equipado con habilidades, dones y recursos para ser utilizados en su servicio. Como vimos en las Escrituras, la viuda pobre, María y otros ejemplos nos enseñan que Dios valora la actitud de entrega, generosidad y servicio más que la cantidad o la magnitud de nuestros recursos. Sigamos el ejemplo de aquellos que hicieron lo que pudieron y aprovecharon sus oportunidades para glorificar a Dios. Que nuestras vidas sean testimonios de utilidad en el reino de Dios.

¿Qué pasa cuando escuchas la palabra?

 Escuchar la Palabra - Romanos 10:17

Hoy, quiero compartir con ustedes sobre la importancia de escuchar la Palabra de Dios. En Romanos 10:17, el apóstol Pablo nos enseña que "Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios". Este versículo encapsula la poderosa verdad de que necesitamos apreciar los beneficios de la predicación. A lo largo de este sermón, exploraremos cuatro temas clave que nos ayudarán a comprender por qué escuchar la Palabra de Dios es una bendición, cómo puede condenarnos, cómo nos educa y, finalmente, cómo nos inspira.

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I. Escuchar la Palabra es Una bendición para el oyente

La predicación de la Palabra de Dios es una bendición para aquellos que la escuchan. En Romanos 10:14, el apóstol Pablo plantea una pregunta fundamental: "¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?". La predicación es el medio por el cual llegamos a conocer a Dios, su amor y su plan de salvación para nuestras vidas. El apóstol Juan también nos dice en Juan 20:30-31 que las palabras de Jesús, registradas en la Biblia, fueron escritas para que podamos creer y tener vida en su nombre. Al escuchar la Palabra, abrimos nuestras mentes y corazones a la verdad transformadora de Dios.

II. Escuchar la Palabra Condenando al oyente

Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que escuchar la Palabra de Dios también puede condenarnos. En Hechos 2:37, leemos cómo el mensaje poderoso de Pedro sobre Jesús crucificado llevó a las personas a sentirse "heridos en el corazón". A veces, nuestras conciencias pueden sentirse culpables después de escuchar un sermón porque la Palabra de Dios expone nuestros pecados y nos confronta con la realidad de nuestra necesidad de arrepentimiento y cambio. En lugar de resistir este sentimiento de culpa, debemos permitir que la convicción del Espíritu Santo nos lleve al arrepentimiento y a buscar la gracia y el perdón de Dios.

III. Escuchar la Palabra  Educando al oyente

La predicación de la Palabra no solo nos condena, sino que también nos educa. A través de la predicación, aprendemos cómo convertirnos en cristianos, cómo vivir vidas transformadas por la gracia de Dios y cómo evitar la apostasía. Aprender cómo convertirnos en cristianos implica entender la necesidad de arrepentimiento, creer en Jesús como nuestro Salvador y seguirle como discípulos comprometidos. Además, la Palabra de Dios nos enseña a convertirnos en mejores personas, mostrándonos el carácter de Cristo y desafiándonos a reflejar sus virtudes en nuestras vidas diarias. Asimismo, aprendemos a evitar la apostasía, que implica mantenernos firmes en nuestra fe y no apartarnos de la verdad, tal como se nos advierte en Hebreos 2:1-3.

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IV. Escuchar la Palabra es Inspirador para el oyente

Por último, la predicación de la Palabra nos inspira. En Hechos 2, leemos cómo el mensaje poderoso de Pedro inspiró a miles de personas a arrepentirse y ser bautizadas. La Palabra de Dios tiene el poder de despertar la fe en nuestros corazones y de impulsarnos a vivir una vida llena de propósito y significado. En Colosenses 1:3-6, el apóstol Pablo expresa su gratitud por el impacto que la Palabra de Dios tuvo en la vida de los colosenses, al llevarles fruto y crecimiento espiritual. Al escuchar la Palabra, somos inspirados a crecer en nuestra relación con Dios, a compartir el evangelio con otros y a vivir una vida de obediencia y testimonio fiel.

¿Qué pasa cuando escuchas la palabra?
  1. 7 pasos para una oración vibrante como Ana
  2. Ana: Una mujer que cumple su promesa ! Samuel 1:22-28
  3. 3 pasos para ganar las batallas de la vida.


Conclusión:

Escuchar la Palabra de Dios es una bendición invaluable. A través de la predicación, somos confrontados con la verdad de Dios, educados en su camino y fortalecidos en nuestra fe. Aunque pueda condenarnos al exponer nuestros pecados, también nos ofrece el camino hacia la redención y la vida eterna en Cristo. Permítanos, entonces, abrir nuestros oídos y nuestros corazones a la Palabra de Dios, para que podamos ser transformados por su gracia y vivir vidas que honren y glorifiquen a nuestro Salvador Jesús. Amén.

7 pasos para una oración vibrante como Ana

7 pasos para una oración vibrante como Ana

Una mujer de fe extraordinaria: Ana. Su historia en el libro de 1 Samuel nos enseña lecciones valiosas sobre la oración y cómo esta puede transformar nuestras vidas. A través de siete temas fundamentales en la experiencia de Ana, vamos a descubrir cómo la oración puede traer esperanza, consuelo y cambio a nuestras almas sedientas.

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1. Con la amargura del alma (1 Samuel 1:10)

Ana experimentó una amargura profunda en su alma debido a su esterilidad. Su corazón estaba lleno de dolor y tristeza. Pero en lugar de dejarse consumir por la amargura, Ana eligió dirigir su dolor hacia Dios en oración. Nos enseña que cuando enfrentamos situaciones difíciles y dolorosas, la oración puede ser nuestro refugio y consuelo. Podemos presentar nuestras cargas y angustias a Dios, confiando en Su poder para sanar nuestras heridas y aliviar nuestra amargura.


2. Con llanto de angustia (1 Samuel 1:10)

Ana también lloró amargamente mientras oraba. Sus lágrimas fueron una expresión de su angustia y su deseo sincero de un cambio en su vida. A través de sus lágrimas, Ana mostró una entrega total y una humildad ante Dios. Nos enseña que no importa cuán profundo sea nuestro dolor, Dios escucha nuestras lágrimas y nos brinda consuelo. Podemos acudir a Él en nuestras horas de angustia, sabiendo que Él es nuestro refugio y consuelo en tiempos de aflicción.


3. Con ofertas de un voto solemne (1 Samuel 1:11)

Ana hizo un voto solemne al Señor, prometiendo que si le daba un hijo, lo dedicaría al servicio de Dios. Su voto fue una expresión de su compromiso y devoción hacia Dios. Nos enseña que nuestras oraciones pueden ir acompañadas de promesas y compromisos sinceros hacia Dios. Cuando hacemos votos a Dios, debemos cumplirlos con fidelidad, sabiendo que Él es digno de toda nuestra entrega y compromiso.


4. Con persistencia (1 Samuel 1:12)

Persistió en su oración a pesar de las dificultades. No se rindió ni abandonó su búsqueda de Dios. Nos enseña que la persistencia en la oración es clave para experimentar el poder de Dios en nuestras vidas. A menudo, enfrentaremos obstáculos y retrasos en nuestras oraciones, pero debemos perseverar con fe, sabiendo que Dios escucha nuestras peticiones y responderá en Su tiempo perfecto.

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5. Con su corazón (1 Samuel 1:13)

Ana oró con todo su corazón delante del Señor. Ella se entregó plenamente a la presencia de Dios, dejando de lado cualquier distracción o reserva. Nos enseña que nuestra oración debe ser un acto de rendición total de nuestro corazón a Dios. Debemos acercarnos a Él con sinceridad y abrirnos por completo, confiando en que Él nos escucha y se preocupa por nuestras necesidades.


6. Con toda su alma (1 Samuel 1:15-16)

Oró con toda su alma, expresando su más profundo anhelo y fervor a Dios. Ella no solo habló palabras vacías, sino que mostró una conexión profunda con el Señor. Nos enseña que nuestras oraciones deben venir de lo más profundo de nuestro ser, involucrando nuestra mente, emociones y voluntad. Debemos buscar a Dios con todo nuestro ser, confiando en que Él nos escucha y responderá según Su perfecta voluntad.


7. Con fe en la promesa de Dios (1 Samuel 1:18)

Ana tenía fe en la promesa de Dios de darle un hijo. Aunque no había evidencia visible de que esto sucedería, confió en la fidelidad de Dios. Nos enseña que nuestra oración debe estar fundamentada en la fe en las promesas de Dios. Aunque no veamos respuestas inmediatas, debemos confiar en que Dios es fiel y cumplirá Sus promesas en nuestras vidas. Nuestra fe en Dios nos da esperanza y nos capacita para perseverar en la oración.

7 pasos para una oración vibrante como Ana

Conclusión

La historia de Ana nos desafía a adoptar una postura de oración persistente y profunda. A través de la amargura, el llanto, los votos solemnes, la persistencia, la entrega del corazón, el alma plena y la fe en las promesas de Dios, podemos experimentar una transformación poderosa en nuestras vidas. Que la oración sea una parte vital de nuestra relación con Dios, y que podamos buscarlo con sinceridad y confianza, sabiendo que Él nos escucha y responde.


Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en nuestro camino de oración. En el nombre de Jesús, amén.

Ana: Una mujer que cumple su promesa ! Samuel 1:22-28

 Ana: Una mujer que cumple su promesa ! Samuel 1:22-28

Su historia nos enseña importantes lecciones sobre la fe, la determinación y la adoración a Dios. A través de su ejemplo, descubrimos la importancia de mantener nuestras promesas, cumplir con nuestra palabra y rendir culto al Señor. Permítanme dividir mi sermón en tres temas principales: la planificación de Ana para mantener su promesa, su cumplimiento de lo prometido y su adoración ferviente al Señor.

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1. Ella planeó mantener su promesa (1 Samuel 1:22)

Ana había enfrentado una gran aflicción en su vida, ya que era estéril y anhelaba tener un hijo. En su desesperación, hizo una promesa al Señor, diciendo que si le concedía un hijo, lo dedicaría a Su servicio. Aunque podríamos pensar que esto era solo una expresión momentánea de angustia, ANa tomó su promesa en serio. No la olvidó ni la dejó a un lado; en cambio, hizo planes concretos para mantenerla.

Al hacer esto, Ana nos enseña la importancia de ser fieles a nuestras promesas, incluso cuando enfrentamos dificultades. Nuestras palabras y compromisos tienen un valor sagrado delante de Dios y de los demás. Así como Ana planificó dedicar a su hijo al servicio de Dios, debemos honrar nuestras promesas y compromisos en todas las áreas de nuestra vida.

2. Ella cumplió lo que prometió (1 Samuel 1:24-28)

Ana no solo hizo planes, sino que también cumplió fielmente su promesa. Una vez que Dios le concedió un hijo, Samuel, no vaciló en llevarlo al templo y entregárselo al sacerdote Elí para que fuera criado en la presencia de Dios. A pesar del amor y el apego que podría haber sentido como madre, cumplió con su palabra y confió en la fidelidad de Dios.

Este acto de obediencia y entrega total nos desafía a ser personas de palabra. Con frecuencia, podemos encontrarnos tentados a abandonar nuestros compromisos cuando enfrentamos obstáculos o cuando nos resulta incómodo. Sin embargo, al mirar el ejemplo de Ana, aprendemos la importancia de cumplir nuestras promesas incluso cuando es difícil o costoso.

3. Ella adoró al Señor (1 Samuel 1:28)

El último aspecto destacado en la vida de Ana es su acto de adoración ferviente al Señor. Después de entregar a Samuel al servicio de Dios, ella levantó un cántico de alabanza y gratitud. Reconoció el poder y la fidelidad de Dios en su vida y alabó Su grandeza.

La adoración no solo fue una respuesta a la respuesta de sus oraciones, sino una expresión de su profundo amor y reverencia por el Señor. En nuestra vida diaria, también debemos cultivar un espíritu de adoración y gratitud hacia Dios. A través de la adoración, nos conectamos con nuestro Creador y reconocemos Su soberanía sobre nuestras vidas.

Ana: Una mujer que cumple su promesa ! Samuel 1:22-28

Conclusión

La historia de Ana nos inspira a mantener nuestras promesas, cumplir con lo que hemos prometido y adorar al Señor con todo nuestro corazón. Sigamos su ejemplo de fe y confianza en Dios, recordando que Él es fiel y digno de toda nuestra adoración.

Que el Espíritu Santo nos capacite para ser personas de palabra, cumpliendo nuestros compromisos y honrando a Dios en todo lo que hacemos. Que nuestra vida sea un testimonio vivo de la fidelidad y el amor de Dios para aquellos que nos rodean.

Oremos juntos y busquemos la guía de Dios en nuestra vida mientras aspiramos a ser como Ana, mujeres y hombres de fe que mantienen sus promesas, cumplen lo que han prometido y adoran al Señor en espíritu y en verdad.

5 reacciones a la obra de evangelización.

 5 reacciones a la obra de evangelización.

Las diferentes reacciones que podemos tener frente a la obra de evangelización. A lo largo de la historia y basados en las Escrituras, encontramos ejemplos de personas que respondieron de diversas maneras al mensaje del evangelio. En este sermón, exploraremos cinco reacciones comunes: enojo, ridiculización, escepticismo, subestimación y creencia. A través de estos ejemplos, seremos desafiados a examinar nuestras propias respuestas y a buscar una actitud de fe y compromiso en la obra de evangelización.

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1: Algunas personas están enojadas por ello.

En Nehemías 4:1, Hechos 7:54 y Hechos 19:23-28, encontramos ejemplos de personas que reaccionaron con enojo ante la obra de evangelización. Esta reacción puede surgir debido a la confrontación de creencias arraigadas o al desafío a sistemas de poder establecidos. Sin embargo, como cristianos, debemos recordar que el mensaje del evangelio es una llamada al arrepentimiento y a la reconciliación con Dios. No debemos desanimarnos por el enojo de otros, sino perseverar en compartir el amor y la verdad de Cristo.


2: Algunas personas ridiculizan la obra de evangelización.

En Nehemías 4:1, 2 Crónicas 30:10, Jeremías 20:7, Marcos 9:40 y Hechos 17:32, encontramos ejemplos de personas que ridiculizaron la obra de evangelización. La ridiculización puede surgir de la incredulidad o el desprecio hacia la fe. Sin embargo, debemos recordar que el poder del evangelio no se ve afectado por la burla de los demás. Debemos seguir compartiendo el mensaje de salvación con amor y valentía, confiando en que Dios obrará en los corazones de aquellos que están abiertos a escuchar.


3: Algunas personas son escépticas de la obra de evangelización.

En Nehemías 4:2, 2 Reyes 7:2, Mateo 13:58 y Lucas 22:67, encontramos ejemplos de personas escépticas ante la obra de evangelización. El escepticismo puede surgir de experiencias pasadas, falta de comprensión o resistencia al cambio. Sin embargo, como creyentes, debemos perseverar en nuestra misión de compartir el evangelio, sabiendo que el poder de transformación de Dios puede romper las barreras del escepticismo y abrir los corazones de aquellos que dudan.


4: Algunas personas subestiman la fuerza de la obra de evangelización.

En Nehemías 4:3, Juan 9:32-34, Daniel 3:15, Mateo 13:55 y 1 Samuel 17:28, 42-43, encontramos ejemplos de personas que subestimaron la fuerza de la obra de evangelización. A menudo, la incredulidad y la falta de confianza pueden llevar a menospreciar el impacto y el poder del evangelio. Sin embargo, debemos recordar que la obra de Dios es poderosa y transformadora. No subestimemos su poder y sigamos compartiendo el mensaje con fe y valentía.

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5: Algunas personas creen en la obra de evangelización.

En Nehemías 4:6, 1 Corintios 9:24-25, Filipenses 3:13-14 y Hechos 18:8, encontramos ejemplos de personas que creyeron en la obra de evangelización y se comprometieron con ella. Estas personas reconocieron la importancia del evangelio y dedicaron su vida a compartirlo con otros. Sigamos su ejemplo, mantengamos nuestra fe en el poder de la salvación y persigamos con pasión la tarea de llevar el mensaje de esperanza a aquellos que lo necesitan.

5 reacciones a la obra de evangelización.



  1. Elige casarte con Cristo
  2. Predica sobre Apocalipsis 3:20 Abrirle la puerta de nuestro corazón a Jesús
  3. Predica sobre Hebreos 4:16 El trono de la Gracia
  4. Predicas para Evangelizar: Evangelización, Misiones y Plantación de Iglesias

Conclusión:

Nuestras reacciones a la obra de evangelización son cruciales. Enfrentaremos diferentes actitudes y respuestas, pero debemos permanecer firmes en nuestra fe y compromiso con la misión de compartir el evangelio. No permitamos que el enojo, la ridiculización, el escepticismo o la subestimación nos desvíen de nuestra tarea. En cambio, busquemos creer en el poder transformador del evangelio y comprometámonos a compartirlo con amor y valentía. Que nuestras acciones y palabras reflejen nuestra fe en el mensaje de salvación. ¡Que seamos testimonios vivientes de la obra de evangelización y participemos activamente en llevar la luz de Cristo al mundo perdido!

Elige casarte con Cristo

 Elige casarte con Cristo: una relación espiritual sólida.

La importancia de nuestras elecciones en cuanto a nuestras relaciones espirituales. En la vida, tenemos la opción de casarnos con diferentes enfoques y mentalidades, pero en este sermón, exploraremos tres opciones fundamentales: casarse con la mundanería, casarse con otros evangelios y casarse con Cristo. Enfocaremos nuestra atención en la tercera opción, la más valiosa y transformadora. Basados en las Escrituras, examinaremos por qué es crucial elegir casarse con Cristo y cómo esto impacta nuestra vida espiritual.

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1: Algunos eligen casarse con la mundanería.

En II Timoteo 4:10, Santiago 4:4, Yo Timoteo 6:10 y 1 Juan 2:15-17, encontramos advertencias claras sobre las consecuencias de casarse con la mundanería. Estos versículos nos enseñan que cuando nos aferramos a los deseos y valores del mundo, nos separamos de Dios y nos volvemos enemigos de Él. 

La mundanería nos lleva a buscar riquezas, placeres y satisfacciones temporales, en lugar de buscar la voluntad de Dios. Elegir casarse con la mundanería nos aleja de una relación profunda con Dios y nos sumerge en un estilo de vida vacío y sin propósito.


2: Algunos eligen casarse con otros evangelios.

En Gálatas 1:6-9, se nos advierte sobre la peligrosa tendencia de casarse con otros evangelios, es decir, creer en enseñanzas falsas o distorsionadas del evangelio de Jesucristo. El evangelio es la "buena noticia" de la salvación por medio de Jesús, y es vital que nos mantengamos firmes en su verdad. 

Sin embargo, en ocasiones, podemos ser seducidos por enseñanzas engañosas que comprometen o distorsionan el verdadero mensaje de salvación. Pablo nos insta a no seguir otros evangelios, ya que solo a través de Jesucristo encontramos la verdadera redención y vida abundante.


3: Algunos eligen casarse con Cristo.

En contraste con las opciones anteriores, debemos elegir casarnos con Cristo. En 2 Corintios 11:2, Efesios 5:22-33 y Apocalipsis 19:7, se nos presenta la imagen poderosa de casarnos con Cristo, de establecer una relación íntima y comprometida con nuestro Señor y Salvador. Esta relación nos transforma y nos llena de propósito y significado. 

Al casarnos con Cristo, somos parte de su cuerpo, la Iglesia, y experimentamos su amor incondicional y su guía en nuestra vida diaria. Como esposos espirituales de Cristo, debemos amarlo, obedecerlo y vivir en comunión constante con Él.

Elige casarte con Cristo



Conclusión:

Nuestras elecciones en cuanto a nuestras relaciones espirituales son cruciales. En lugar de casarnos con la mundanería o con otros evangelios, debemos elegir casarnos con Cristo. Al hacerlo, experimentaremos una relación profunda y transformadora con nuestro Salvador. No permitamos que el mundo nos distraiga o que las enseñanzas falsas nos desvíen de la verdad del evangelio. En cambio, comprometámonos a amar y servir a Cristo, permitiendo que su amor nos guíe y transforme en todas las áreas de nuestras vidas. Que nuestra relación con Cristo sea el fundamento de todo lo que somos y hagamos. ¡Elige casarte con Cristo, elige la plenitud y la bendición de una relación espiritual sólida con nuestro Salvador!

3 pasos para ganar las batallas de la vida.

 3 pasos para ganar las batallas de la vida.

Amados hermanos y hermanas, hoy nos congregamos para reflexionar sobre el pasaje de II Reyes 3, en el que el rey de Israel se enfrenta a la guerra contra Moab. Aunque esta batalla tuvo beneficios políticos y económicos para el rey, podemos encontrar lecciones valiosas que también se aplican a nuestras batallas de la vida. Tres aspectos clave para lograr el éxito en nuestras luchas espirituales: buscar la ayuda de Dios, reconocer a los líderes que Él ha establecido y elegir buenos compañeros de batalla. Acompáñenme mientras profundizamos en las Escrituras y descubrimos cómo podemos alcanzar la victoria en nuestras batallas de la vida.

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I. Buscar la ayuda de Dios:

En II Reyes 3:11, vemos que Josafat, rey de Judá, buscó el consejo de Dios antes de emprender la guerra. En nuestras propias luchas espirituales, es esencial buscar la ayuda de Dios. Como el salmista nos recuerda en el Salmo 121:2: "Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra". 

Cuando buscamos a Dios y confiamos en Su guía y provisión, encontramos la fortaleza y el poder para superar cualquier desafío. Tener éxito en nuestras batallas espirituales comienza con una dependencia total de Dios y Su dirección.


II. Reconocer a los generales de Dios:

En II Reyes 3:12, vemos que Eliseo era un líder reconocido por Dios, una voz profética para el pueblo de Israel. En nuestras luchas espirituales, también necesitamos reconocer y seguir a los líderes que Dios ha establecido en nuestras vidas. En II Corintios 11:1-15, el apóstol Pablo nos advierte sobre los falsos maestros y nos anima a seguir a aquellos que son verdaderamente enviados por Dios. 

Al reconocer y someternos a los líderes espirituales que Dios ha colocado en nuestro camino, recibimos sabiduría, dirección y cobertura espiritual para enfrentar nuestras batallas con valentía y discernimiento.


III. Elegir buenos compañeros:

En II Reyes 3:14, Eliseo hace hincapié en la importancia de la compañía que el rey Josafat aporta a la guerra. En nuestras luchas espirituales, la elección de buenos compañeros de batalla es crucial. La Palabra de Dios nos advierte en 1 Corintios 15:33: "No os engañéis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres". 

Es vital rodearnos de personas piadosas, comprometidas con la verdad y el amor de Dios, que nos animen, nos desafíen y nos fortalezcan en nuestra fe. Al elegir compañeros espirituales sabios y leales, nos fortalecemos mutuamente y aumentamos nuestras posibilidades de éxito en las batallas que enfrentamos.

3 pasos para ganar las batallas de la vida.



Conclusión:

Hermanos y hermanas, alcanzar el éxito en nuestras batallas de la vida no es una tarea fácil, pero es posible si seguimos los principios establecidos en las Escrituras. Buscar la ayuda de Dios, reconocer a los líderes que Él ha establecido y elegir buenos compañeros son aspectos fundamentales para alcanzar la victoria en nuestras luchas espirituales. Recordemos las palabras de Jesús en Juan 16:33: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". Confiemos en la fortaleza de nuestro Señor y apliquemos estos principios a nuestras vidas. ¡Con la ayuda de Dios, podemos ser más que vencedores en Cristo Jesús! 

Dios Proveerá!

Dios Proveerá!

En Génesis, capítulo 22, encontramos la historia del sacrificio de Isaac. Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo, su promesa y heredero. Aunque esto parecía ir en contra de la promesa de Dios, Abraham confió en la fidelidad del Señor. Justo cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a Isaac, Dios intervino y proveyó un carnero como sustituto. Esta experiencia muestra cómo Dios provee incluso en las pruebas más difíciles. Dios siempre tiene un plan y una provisión perfecta en su tiempo y manera.

La maravillosa promesa de Dios de proveer en todas las circunstancias de nuestras vidas, lecciones valiosas sobre la fidelidad de Dios en proveer para sus hijos. Vamos a explorar cuatro aspectos de esta verdad:

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1. Provisión generosa de los hermanos filipenses: 

En el libro de Filipenses, capítulo 4, versículos 14 al 18, leemos cómo los hermanos filipenses demostraron su amor y apoyo a Pablo al proveer generosamente para sus necesidades. Ellos comprendieron la importancia de compartir y apoyar a aquellos que se dedican al servicio del Señor. Su ejemplo nos enseña la bendición de la generosidad y cómo podemos ser instrumentos de Dios para proveer a otros en sus necesidades.


2. La seguridad de que Dios también proveerá: 

En el versículo 19 del mismo capítulo de Filipenses, Pablo afirma con confianza que Dios proveerá todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Esta promesa nos recuerda que no estamos solos ni abandonados. Dios, en su infinito amor y sabiduría, tiene el poder de suplir todo lo que necesitamos. Nuestra confianza debe estar en él, sabiendo que él siempre proveerá en su tiempo y de acuerdo con su plan perfecto.


3. Dios hace todo posible: 

En el evangelio de Mateo, capítulo 10, versículo 42, Jesús nos enseña que incluso el más pequeño acto de generosidad hacia los demás no pasará desapercibido ante Dios. Él es capaz de hacer todo posible y multiplicar nuestras ofrendas y esfuerzos para bendición de otros. No debemos subestimar el poder transformador de nuestras acciones cuando las realizamos con amor y obediencia a Dios. Él puede tomar lo que tenemos y hacerlo abundar en bendición.

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4. Provisión de la victoria final: 

En 1 Corintios, capítulo 15, versículos 50 al 57, encontramos la promesa de la victoria final que Dios nos proveerá a través de la resurrección en Cristo Jesús. En medio de los desafíos y dificultades de la vida, podemos tener la seguridad de que nuestra esperanza no se encuentra en las cosas terrenales, sino en la vida eterna y la gloria que nos espera en el reino de Dios. Esta es la mayor provisión que Dios nos ofrece, la victoria sobre el pecado y la muerte a través de la obra redentora de Jesucristo.

Dios Proveerá!



  1. ¿Cuándo fallamos en honrar a Dios? 
  2. ¡Honra a tu padre y a tu madre!
  3. Conquistando el mundo con amor

Conclusión

La historia de los hermanos filipenses y las palabras de Pablo nos recuerdan la fidelidad de Dios en proveer en todas las circunstancias. No importa cuáles sean nuestras necesidades físicas, emocionales o espirituales, podemos confiar en que Dios suplirá según su voluntad y en su tiempo perfecto. Que seamos generosos en nuestra provisión para los demás, confiando en que Dios hará maravillas con nuestras acciones. Y, sobre todo, mantengamos viva la esperanza de la victoria final que Dios nos proveerá a través de Cristo Jesús

¿Cuándo fallamos en honrar a Dios?

¿Cuándo fallamos en honrar a Dios?

Vamos reflexionar sobre los momentos en los que fallamos en honrar a nuestro Dios. A través de este sermón, exploraremos diferentes áreas en las que podemos deshonrar a Dios y cómo podemos rectificar nuestra actitud para vivir una vida que le honre en todo momento.

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1. Fallamos en honrar a Dios cuando destronamos su posición

En Romanos 1:21, se nos dice que no honraron a Dios como a Dios. Esto significa que en ocasiones permitimos que otras cosas o personas ocupen el lugar que solo le pertenece a Dios en nuestras vidas. Podemos observar cómo esto sucedió en el Jardín del Edén, cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios y permitieron que su propia voluntad se elevara por encima de la voluntad de Dios. Debemos examinar nuestros corazones y asegurarnos de que Dios ocupe el primer lugar en nuestras vidas.


2. Fallamos en honrar a Dios cuando desobedecemos su palabra

En Romanos 1:18, se habla de suprimir la verdad. Jesús nos enseñó en Juan 17:17 que la palabra de Dios es verdad. Cuando desobedecemos los mandamientos y los principios que Dios ha establecido en su palabra, estamos deshonrando a nuestro Creador. La desobediencia muestra una falta de respeto hacia Dios y su autoridad sobre nuestras vidas. Debemos ser diligentes en obedecer su palabra y vivir de acuerdo con sus enseñanzas.


3. Fallamos en honrar a Dios cuando menospreciamos sus bendiciones

En Romanos 1:21, se nos insta a darle gracias a Dios. Muchas veces, nos irritamos con aquellos que no agradecen nuestra amabilidad, pero ¿qué hay de nosotros mismos cuando no agradecemos a Dios por sus bendiciones? A menudo, damos por sentado las bendiciones que Dios nos ha otorgado: nuestra salud, nuestras familias, nuestro trabajo y muchas otras cosas. Debemos ser conscientes de todas las bendiciones que Dios nos ha dado y expresar gratitud hacia él en todo momento.

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4. Fallamos en honrar a Dios cuando no defendemos su causa

En 1 Pedro 3:15, se nos insta a estar siempre preparados para dar respuesta a todo aquel que nos pida razón de nuestra esperanza en Cristo. Como creyentes, tenemos la responsabilidad de hablar en nombre de Jesús y defender su causa en un mundo que a menudo se opone a él. Si no confesamos a Jesús delante de los demás, entonces él no nos confesará delante del Padre. Debemos ser valientes y audaces en compartir el evangelio y vivir vidas que reflejen la fe que profesamos.

¿Cuándo fallamos en honrar a Dios?

  1.  ¡Honra a tu padre y a tu madre!
  2. Conquistando el mundo con amor
  3. Advertir, Enseñar y Presentar a cada persona

Conclusión:

Honrar a Dios es un llamado que debemos tomar seriamente. En nuestras vidas cotidianas, podemos caer en la trampa de deshonrar a Dios cuando le destronamos, desobedecemos su palabra, menospreciamos sus bendiciones y no defendemos su causa. Hoy, te animo a examinar tu vida y buscar áreas en las que puedas mejorar en honrar a Dios en todo momento. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca para vivir vidas que honren a nuestro amado Señor.  

¡Honra a tu padre y a tu madre!

  ¡Honra a tu padre y a tu madre!

Honrar a los padres. Honrar a nuestro padre y a nuestra madre. A través de este sermón, exploraremos las diferentes formas en las que podemos deshonrar a nuestra madre y cómo podemos rectificar nuestra actitud para mostrarles el respeto y amor que se merecen.

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1. Deshonramos a nuestra madre cuando dejamos de obedecerla

En Efesios 6:1 y Colosenses 3:20, se nos exhorta a obedecer a nuestros padres. La desobediencia hacia nuestra madre no solo es una falta de respeto, sino que también atrae la ira de Dios. En Romanos 1:18, 28-32, se nos advierte sobre las consecuencias de ignorar este mandamiento. Es nuestra responsabilidad honrar a nuestra madre a través de la obediencia y el respeto.

2. Deshonramos a nuestra madre cuando dejamos de venerarla

En Levítico 19:3, se nos insta a venerar a nuestros padres. Esto implica tratarlos con respeto y consideración. Cuando maltratamos a nuestra madre o la maldecimos, estamos deshonrándola. Éxodo 21:15 y 21:17 nos enseñan que debemos cuidar nuestras palabras y tratar a nuestra madre con amor y gratitud. No debemos permitir que el lenguaje abusivo o irrespetuoso emane de nuestra boca.

3. Deshonramos a nuestra madre cuando dejamos de apreciarla

En Proverbios 31:28, se destaca la importancia de apreciar a nuestra madre y reconocer sus sacrificios. Nuestros corazones deben estar llenos de gratitud por todo lo que ha hecho por nosotros. En 2 Timoteo 1:5-6, Pablo le recuerda a Timoteo el impacto positivo que su madre y abuela tuvieron en su vida. Debemos seguir este ejemplo y valorar a nuestra madre por su amor incondicional y su dedicación.

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4. Deshonramos a nuestra madre cuando fallamos en proveer para ella

En 1 Timoteo 5:4-8, se nos instruye sobre la responsabilidad de cuidar y proveer para nuestros padres, especialmente en su vejez. Jesús mismo destacó la importancia de este tema, como se registra en Marcos 7:9-13 y Juan 19:25-27. Debemos asegurarnos de que nuestra madre esté cuidada y provista de todo lo necesario, demostrando así nuestro amor y agradecimiento.

¡Honra a tu padre y a tu madre!

  1. Conquistando el mundo con amor
  2. Advertir, Enseñar y Presentar a cada persona
  3. 5 Bendiciones Espirituales que tenemos en Cristo

Conclusión:

Honrar a nuestra madre es un mandato divino que no debemos ignorar. Al desobedecerla, maltratarla, no apreciarla y no proveer para ella, estamos deshonrando a la mujer que nos dio la vida. Hoy, te animo a reflexionar sobre tu relación con tu madre y hacer los cambios necesarios para mostrarle el amor y respeto que se merece. A través de nuestras acciones, podemos honrar a nuestra madre y ser un testimonio vivo del amor de Dios en nuestras vidas. Que el Señor nos dé la sabiduría y la voluntad para cumplir este mandamiento y honrar a nuestras madres en todo momento.  

 
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Juan 3 16 Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todos los que creen en él no perezcan, sino que tengan vida eterna.