- Entonces la mujer, que sabía lo que le había sucedido, temiendo y temblando, vino y se postró ante él, y le dijo toda la verdad. Marcos 5:33
El pasaje que mencionas se encuentra en el Evangelio según Marcos, capítulo 5, versículo 33. Forma parte de la historia en la que Jesús sana a una mujer que había estado sufriendo de una hemorragia durante doce años.
Ella se siente temerosa y temblorosa, posiblemente debido a la gran reverencia y respeto que siente hacia Jesús, así como la magnitud del milagro que acaba de experimentar.
"Siervas Postradas ante el Señor: Un Acto de Humildad y Adoración"
Un pasaje poderoso en la Biblia que nos muestra cómo tres mujeres se postraron ante el Señor, marcando un ejemplo de humildad, adoración y confesión. A través de sus acciones, podemos aprender lecciones profundas sobre cómo debemos acercarnos a Dios en reverencia y sumisión.
I. Se Postraron ante el Señor Temblando (Marcos 5:33)
En el Evangelio de Marcos, encontramos la historia de la mujer que había sufrido hemorragias durante muchos años. Desesperada por encontrar sanidad, tocó el manto de Jesús y al instante fue sanada. Cuando Jesús buscó a la mujer que lo tocó, ella se postró ante él, temblando de temor y reverencia. Su humildad ante la presencia de Dios es un recordatorio de cómo nuestra reverencia debe superar nuestros miedos.
II. Se Postraron ante el Señor en Humildad y Adoración (Marcos 5:33)
La mujer sanada no solo tembló ante el Señor, sino que también se postró en humildad y adoración. Reconoció la autoridad y el poder de Jesús y se sometió a él en un acto de rendición total. Esta actitud de humildad es una lección para nosotros sobre cómo debemos venir ante Dios, reconociendo su grandeza y sometiendo nuestra voluntad a la suya.
III. Se Postraron ante el Señor Confesando (Marcos 5:33)
No solo la mujer sanada se postró ante Jesús, sino que también confesó lo que había hecho. Marcos 5:33 nos dice que ella le contó toda la verdad. Su confesión fue un acto de sinceridad y transparencia ante el Señor. A menudo, en nuestra relación con Dios, es esencial que también nos acerquemos con confesión, reconociendo nuestras faltas y buscando su gracia y perdón.
Su acto de postrarse ante Jesús es una expresión de humildad, adoración y reconocimiento de la autoridad y poder divino de Jesús. Al contarle toda la verdad, la mujer muestra su confianza en Jesús y su disposición a compartir su historia completa, sin ocultar nada. Ella sabía que había sido sanada y deseaba mostrar su gratitud y fe en Jesús.
Recuerda y valora la bendición por cosas distintas al dinero – (Pr 15:17)
El reconocimiento verbal es necesario para la verdadera gratitud (Rom 10:9-11)
Cuéntales a otros acerca de las bendiciones de Dios (1 Crónicas 16:8, 24-25)
Si somos verdaderamente agradecidos, nuestras vidas lo reflejarán (Romanos 12:1-2)
Rebosante de gratitud (Colosenses 2:7).
¡Gratitud por darnos la paz que sobrepasa todo entendimiento! Filipenses 4: 6-7; Mate. 6:31-32
Gratitud por las bendiciones espirituales que tienes - Ef. 1: 3
Acordaos de Quién Es vuestro Padre - 1 Jn. 3:1-2; sá. 50:10
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Conclusión:
Las mujeres en este pasaje nos muestran un modelo profundo de cómo debemos acercarnos a Dios: con temor reverente, humildad, adoración y confesión. A través de sus acciones, podemos aprender a ser siervas postradas ante el Señor, reconociendo su grandeza y buscando su dirección en nuestras vidas. Que sus ejemplos nos inspiren a acercarnos a Dios con corazones dispuestos y adoración sincera, sabiendo que ante Él encontramos sanidad, perdón y amor.
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