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Predica sobre La Fe Verdadera: Fundamento de la Vida Cristiana

 La Fe Verdadera: Fundamento de la Vida Cristiana

La fe es el cimiento sobre el cual se edifica toda nuestra relación con Dios. No es una mera creencia intelectual, sino una convicción profunda del corazón que nos impulsa a la acción y nos sostiene en cada circunstancia de la vida. Hoy, exploraremos las características esenciales de la fe verdadera, la fe que agrada a Dios y nos conecta con su poder transformador.

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1. La definición de la verdadera fe (Hebreos 11:1)

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” El autor de Hebreos nos ofrece una definición concisa pero profunda de la fe. Es la firme seguridad, la plena confianza en las promesas de Dios, aun cuando estas aún no se hayan materializado en nuestra experiencia. Es también la convicción inquebrantable de la realidad de aquello que no podemos percibir con nuestros sentidos naturales, pero que sabemos que es verdadero por la revelación divina.


2. La fe que agrada a Dios (Hebreos 11:6)

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Este versículo fundamental nos revela la importancia crucial de la fe para nuestra relación con Dios. Sin fe, es imposible agradarle. La fe que agrada a Dios implica creer firmemente en su existencia y en su carácter como un Dios que recompensa a aquellos que lo buscan con sinceridad y diligencia.


3. La verdadera fe produce obediencia (Santiago 2:17 y Hebreos 11:8)

Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” (Santiago 2:17). “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como heredad; y salió sin saber a dónde iba.” (Hebreos 11:8). La fe genuina nunca permanece inactiva; siempre se manifiesta en acciones de obediencia a la Palabra de Dios. Como Abraham, la verdadera fe nos impulsa a seguir el llamado de Dios, incluso cuando el camino por delante no esté completamente claro. Una fe que no produce frutos de obediencia es una fe incompleta, una fe "muerta".


4. La fe se prueba en la adversidad (Santiago 1:3 y 1 Pedro 1:7)

“sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” (Santiago 1:3). “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” (1 Pedro 1:7). Las pruebas y las dificultades no vienen para destruir nuestra fe, sino para refinarla y fortalecerla. Así como el oro se purifica en el fuego, nuestra fe genuina se hace más preciosa y resistente cuando es sometida a la prueba. La perseverancia en medio de la adversidad es una señal de una fe auténtica.


5. La verdadera fe confía en Dios incluso sin ver (2 Corintios 5:7 y Juan 20:29)

“porque por fe andamos, no por vista.” (2 Corintios 5:7). “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” (Juan 20:29). La fe verdadera no se basa en lo que podemos ver o entender completamente con nuestros sentidos naturales. Caminamos por fe, confiando en la fidelidad y las promesas de Dios, aunque no siempre comprendamos sus caminos. Jesús mismo bendijo a aquellos que creen sin haber visto, reconociendo la naturaleza trascendente de la fe.


6. La fe salvadora está en Cristo (Efesios 2:8 y Juan 3:16)

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.” (Efesios 2:8). “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). La fe que nos salva y nos reconcilia con Dios tiene su único objeto en Jesucristo. Es a través de la fe en su persona y en su obra redentora en la cruz que recibimos la gracia de la salvación, un don inmerecido de Dios. Nuestra fe no está en nuestras propias obras o méritos, sino completamente en Cristo.


7. La verdadera fe perdura hasta el fin (Mateo 24:13 y 2 Timoteo 4:7)

Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” (Mateo 24:13). “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” (2 Timoteo 4:7). La fe verdadera no es una chispa momentánea, sino una llama que arde continuamente a lo largo de nuestra vida. Implica perseverancia, mantenernos firmes en nuestra confianza en Dios hasta el final de nuestra jornada terrenal. Como Pablo, la verdadera fe nos capacita para pelear la buena batalla, terminar la carrera y guardar la fe hasta el último aliento.

Predica sobre La Fe Verdadera: Fundamento de la Vida Cristiana

  1. Predica sobre El Egoísmo a la Luz de la Palabra de Dios
  2. Predica sobre Salmo 27: La Confianza Inquebrantable
  3. Predica sobre Esdras 9: Confrontando el Pecado 

Conclusion

Que la definición, la motivación, la manifestación, la prueba, la naturaleza invisible, el objeto y la perseverancia de la fe verdadera moldeen cada aspecto de nuestras vidas. Que nuestra fe sea la certeza de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos, la obediencia a la voz de Dios, la fortaleza en la adversidad, la confianza sin necesidad de ver, la puesta en Cristo para la salvación y la perseverancia hasta el fin. Que esta fe genuina nos conecte profundamente con nuestro Dios y nos asegure una herencia eterna en su reino. Amén.

Predica sobre El Egoísmo a la Luz de la Palabra de Dios

 El Peligro del Egoísmo a la Luz de la Palabra de Dios: Un Llamado al Altruismo

La Palabra de Dios nos confronta repetidamente con el peligro sutil pero destructivo del egoísmo. Esta inclinación natural del corazón humano a priorizar nuestros propios intereses por encima de los demás se opone directamente al carácter de Dios y obstaculiza el cumplimiento de su propósito para nuestras vidas. Hoy, examinaremos a la luz de las Escrituras por qué el egoísmo es tan pernicioso y cómo el camino del altruismo nos conduce a una vida plena y eterna.

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1. El egoísmo es contrario al carácter de Dios (1 Corintios 10:24)

“Ninguno busque su propio bien, sino el del prójimo.” El apóstol Pablo nos exhorta a abandonar la búsqueda exclusiva de nuestros propios intereses y a priorizar el bienestar de los demás. Este mandamiento refleja el carácter inherentemente generoso y desinteresado de Dios, quien en su amor incondicional se entregó a sí mismo por la salvación de la humanidad. El egoísmo, en su esencia, es una negación de este carácter divino y nos aísla de la imagen de Dios en la que hemos sido creados.


2. El egoísmo es la raíz de muchos pecados (Santiago 3:16)

“Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.” El egoísmo, con su séquito de celos, envidia, contienda y ambición egoísta, es la tierra fértil donde germinan muchos otros pecados. Cuando nuestro corazón está centrado en nosotros mismos, somos más propensos a pisotear a los demás para alcanzar nuestros objetivos, a resentir el éxito ajeno y a generar división y perturbación en nuestras relaciones. El egoísmo corroe la armonía y la paz que Dios desea para su pueblo.


3. Jesús nos enseñó el camino del altruismo (Filipenses 2:3)

“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo.” El ejemplo supremo de altruismo lo encontramos en la vida y el ministerio de nuestro Señor Jesucristo. Él, siendo Dios, se humilló a sí mismo, tomando forma de siervo y entregando su vida en rescate por muchos. Nos enseñó a no actuar por egoísmo o vanidad, sino con humildad, considerando a los demás como más importantes que nosotros mismos. Seguir a Jesús implica abrazar este camino de entrega y servicio desinteresado.


4. El egoísmo obstaculiza el verdadero amor cristiano (1 Corintios 13:5)

“[El amor] no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” El capítulo del amor por excelencia en la Biblia nos muestra cómo el egoísmo es diametralmente opuesto a la naturaleza del amor verdadero. El amor no es egoísta; busca el bienestar del otro, no insiste en sus propios derechos, no se irrita fácilmente y no guarda resentimiento. Un corazón egoísta es incapaz de amar genuinamente, ya que siempre estará buscando su propio beneficio por encima del de los demás.


5. El egoísmo es una señal del fin de los tiempos (2 Timoteo 3:1-2)

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos.” La Palabra de Dios profetiza que una de las características distintivas de los últimos tiempos será el aumento del egoísmo. Una sociedad centrada en sí misma, donde el individualismo extremo y la búsqueda desenfrenada del placer personal prevalecen, es una señal de los tiempos peligrosos que precederán el regreso de Cristo. Como creyentes, debemos resistir esta corriente cultural y cultivar un espíritu de generosidad y servicio.


6. La verdadera vida está en servir a los demás (Gálatas 6:2)

“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” El apóstol Pablo nos revela que la esencia de la ley de Cristo se resume en el amor práctico y el servicio mutuo. La verdadera vida cristiana no se encuentra en la búsqueda de nuestra propia comodidad y satisfacción, sino en la disposición a llevar las cargas de nuestros hermanos, a apoyarlos en sus necesidades y a invertir nuestras vidas en el bienestar de los demás. Al servir a otros, cumplimos el mandamiento de Cristo y experimentamos la verdadera alegría y propósito.


7. El que vive para sí mismo pierde la vida eterna (Marcos 8:35)

“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; pero todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” Esta paradoja profunda nos enseña que aferrarnos egoístamente a nuestra propia vida, buscando únicamente nuestros propios intereses, nos conduce a la pérdida de la vida eterna. Por el contrario, aquellos que están dispuestos a renunciar a sus propios deseos egoístas y a vivir para Cristo y su Evangelio, sirviendo a los demás con amor, encontrarán la verdadera vida, tanto ahora como en la eternidad.

Predica sobre El Egoísmo a la Luz de la Palabra de Dios

  1. Predica sobre Salmo 27: La Confianza Inquebrantable
  2. Predica sobre Esdras 9: Confrontando el Pecado 
  3. Predica sobre Juan 8:31-36: La Verdadera Libertad

Conclusion

El egoísmo es un lazo que nos aprisiona, nos aísla de Dios y de nuestros semejantes, y nos conduce a la perdición. A la luz de la Palabra de Dios, vemos claramente su peligro y su oposición al carácter divino y al camino de Jesús. Que el Espíritu Santo nos conceda la gracia de reconocer las manifestaciones sutiles del egoísmo en nuestros corazones y nos impulse a abrazar el camino del altruismo, siguiendo el ejemplo de Cristo, amándonos los unos a los otros y sirviendo a los demás con generosidad. En la entrega desinteresada encontramos la verdadera vida y la plenitud que Dios desea para nosotros. Amén.

Predica sobre Salmo 27: La Confianza Inquebrantable

 Salmo 27: La Confianza Inquebrantable en la Presencia de Dios en Medio de la Adversidad

El Salmo 27 es un poderoso testimonio de la confianza inquebrantable que el rey David deposita en el Señor en medio de la oposición y la incertidumbre. Es un canto que nos anima a buscar refugio en la presencia de Dios, reconociéndolo como nuestra luz, nuestra salvación y nuestra fortaleza en todo tiempo.

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1. El Señor es fuente de luz, salvación y fuerza (Salmo 27:1)

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” David comienza declarando su absoluta confianza en el Señor. Él es su luz, disipando toda oscuridad y confusión; su salvación, librándolo de todo peligro; y la fortaleza de su vida, sosteniéndolo en cada dificultad. Cuando Dios es nuestra fuente, el temor pierde su poder.


2. Confianza frente a los enemigos (Salmo 27:2)

Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.” David recuerda cómo, incluso cuando sus adversarios se levantaron con la intención de destruirlo, fueron ellos quienes tropezaron y cayeron. Esta experiencia pasada refuerza su fe en la capacidad de Dios para derrotar a sus enemigos presentes y futuros. La fe en Dios garantiza la victoria sobre la oposición.


3. Coraje incluso en medio de la guerra (Salmo 27:3)

Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.” La paz interior que David experimenta no depende de la ausencia de luchas, sino de la firme presencia de Dios en su vida. Incluso frente a la amenaza de un ejército o el fragor de la guerra, su corazón permanece confiado en la protección divina.


4. Un deseo central: habitar con Dios (Salmo 27:4)

Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” Por encima de cualquier otra petición o anhelo, el deseo primordial de David es habitar en la presencia de Dios. Prioriza la comunión íntima con Él, anhelando contemplar su hermosura y buscar su guía en su templo.


5. Refugio en el día de la adversidad (Salmo 27:5)

Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.” David confía plenamente en que Dios será su refugio seguro en tiempos de dificultad. Él lo esconderá en su tabernáculo, lo ocultará en su morada y lo exaltará sobre la roca, brindándole protección y seguridad inexpugnables.


6. Exaltación sobre los enemigos con alabanza (Salmo 27:6)

Luego será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y alabaré a Jehová.” La respuesta de David a la liberación divina es la adoración llena de júbilo. Con su cabeza levantada en victoria sobre sus enemigos, ofrece sacrificios de alabanza y eleva cánticos al Señor en su tabernáculo.


7. Oración por misericordia y respuesta divina (Salmo 27:7)

Oye, oh Jehová, mi voz con que clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme.” David muestra una dependencia constante de la gracia y la intervención de Dios a través de la oración ferviente. Clama por misericordia y espera una respuesta divina a su súplica. La oración es el medio por el cual expresamos nuestra necesidad y recibimos la ayuda de Dios.


8. Buscar sinceramente el rostro del Señor (Salmo 27:8)

Mi corazón me ha dicho: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová.” La obediencia a la voz de Dios que nos llama a buscar su rostro surge de un corazón inclinado hacia su presencia. David responde afirmativamente a este llamado, expresando su profundo deseo de buscar la comunión íntima con el Señor.


9. Oremos por guía y protección contra los enemigos (Salmo 27:11)

Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos.” En medio del conflicto y la oposición, David pide específicamente la dirección de Dios para caminar por sendas de rectitud y su protección contra las maquinaciones de sus enemigos. Necesitamos la guía divina para navegar por las dificultades de la vida.


10. Esperanza y confianza hasta el final (Salmo 27:13–14)

Hubiera yo desmayado, si no creyese que había de ver la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. Espera a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.” La fe sostiene el alma de David, dándole la esperanza de experimentar la bondad de Dios en esta vida. Su exhortación final es a esperar en el Señor con esfuerzo y valentía, fortaleciendo nuestro corazón en la confianza de que su promesa se cumplirá.

Predica sobre Salmo 27: La Confianza Inquebrantable

  1. Predica sobre Esdras 9: Confrontando el Pecado 
  2. Predica sobre Juan 8:31-36: La Verdadera Libertad
  3. Predica sobre Las oportunidades de Dios  

Conclusion

El Salmo 27 nos inspire a depositar nuestra confianza inquebrantable en el Señor, reconociéndolo como nuestra luz, nuestra salvación y nuestra fortaleza. Que busquemos su presencia con un deseo ferviente, confiemos en su protección en medio de la adversidad, respondamos a su liberación con alabanza y esperemos en Él con esperanza y valentía hasta el final. Amén.

Predica sobre Esdras 9: Confrontando el Pecado y Clamando por la Misericordia Divina

 Esdras 9: Confrontando el Pecado y Clamando por la Misericordia Divina

El capítulo 9 del libro de Esdras nos presenta un momento sombrío pero crucial en la historia del pueblo de Dios. Tras regresar del exilio babilónico, se descubre una grave apostasía: la contaminación espiritual a través de matrimonios mixtos con las naciones paganas que rodeaban la tierra prometida. La reacción de Esdras ante este pecado colectivo nos enseña valiosas lecciones sobre la sensibilidad al pecado, el arrepentimiento genuino y la total dependencia de la misericordia divina.

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1. La constatación del pecado del pueblo (Esdras 9:1)

Acabadas estas cosas, se acercaron a mí los principales, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y levitas, no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos.” La noticia que llega a Esdras es alarmante: el pueblo que había sido liberado para restaurar la adoración a Dios había caído en la desobediencia directa a sus mandamientos, mezclándose con culturas y prácticas idolátricas. Esta contaminación espiritual comprometía la identidad y el propósito del pueblo de Dios.


2. El liderazgo también se ha vuelto corrupto (Esdras 9:2)

Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y la simiente santa ha sido mezclada con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.” La gravedad de la situación se agrava al saber que los líderes espirituales y civiles, aquellos que debían ser ejemplos de obediencia, habían sido los primeros en transgredir la ley de Dios. Esto subraya la gran responsabilidad que recae sobre el liderazgo y el impacto devastador de su corrupción en todo el pueblo.


3. La reacción de Esdras ante el pecado (Esdras 9:3)

Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado.” La reacción de Esdras ante la noticia del pecado es de profundo dolor y quebrantamiento. Rasgar sus vestiduras, su manto y arrancarse el cabello eran señales de duelo extremo y humillación. Su angustia demuestra una profunda sensibilidad ante la ofensa cometida contra la santidad de Dios.


4. El temor de Dios entre los fieles (Esdras 9:4)

Y se juntaron conmigo todos los que temblaban a las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los del cautiverio; y yo estuve sentado angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde.” No todos se habían corrompido. Había un remanente fiel que temblaba ante la Palabra de Dios y compartía el quebrantamiento de Esdras al ver la magnitud del pecado. La reverencia por la ley divina unió a estos fieles en un espíritu de contrición.


5. Humillación en la oración ante el pecado colectivo (Esdras 9:5)

Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios.” En el momento del sacrificio vespertino, Esdras se levanta de su angustia para interceder en oración delante de Dios. Su postura de rodillas y sus manos extendidas son una expresión de profunda humildad y reconocimiento de la necesidad de la misericordia divina.


6. Reconocimiento de la injusticia y la vergüenza (Esdras 9:6)

Y dije: Oh Dios mío, confuso estoy, y avergonzado para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestra culpa ha crecido hasta el cielo.” La oración de Esdras comienza con una confesión de la profunda vergüenza e indignidad que siente al reconocer la magnitud de los pecados del pueblo. Admite que sus iniquidades se han acumulado hasta sobrepasarlos y que su culpa ha alcanzado los cielos.


7. La larga historia de infidelidad (Esdras 9:7)

Desde los días de nuestros padres hasta este día hemos estado en gran culpa; y a causa de nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de las tierras, a espada, a cautiverio, a robo y a vergüenza pública, como en este día.” Esdras reconoce que la apostasía no era un hecho aislado, sino un patrón de desobediencia histórica que había llevado al juicio del exilio. Esta confesión de la larga historia de infidelidad subraya la gravedad de la situación presente.


8. La gracia de Dios a pesar del juicio (Esdras 9:8)

Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos un lugar seguro en su santuario; para alumbrar nuestros ojos nuestro Dios, y para darnos un poco de vida en nuestra servidumbre.” A pesar del justo juicio de Dios, Esdras reconoce su inmensa gracia al permitir que un remanente regresara y al ofrecerles un lugar seguro en su templo y un rayo de esperanza en medio de su anterior servidumbre.


9. Advertencia contra el retorno al pecado (Esdras 9:10–12)

Y ahora, oh Dios nuestro, ¿qué diremos después de esto? Porque hemos abandonado tus mandamientos, que prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, es tierra inmunda a causa de la inmundicia de los pueblos de las tierras, por sus abominaciones con que la han llenado de uno extremo a otro. Ahora pues, no daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis sus hijas para vuestros hijos, ni procuraréis jamás su paz ni su prosperidad, para que seáis fuertes y comáis lo mejor de la tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos para siempre.” Esdras recuerda al pueblo los mandamientos claros de Dios contra las alianzas con las naciones paganas y advierte sobre las consecuencias de volver a los mismos errores. Su llamado es al temor del Señor para evitar la repetición de la historia.


10. Dependencia total de la misericordia divina (Esdras 9:15)

Oh Jehová Dios de Israel, tú eres justo, porque hemos quedado un remanente como en este día; henos aquí delante de ti en nuestra culpa, porque a causa de esto no podemos estar delante de ti.” La oración de Esdras concluye con un reconocimiento de la justicia de Dios, incluso en el juicio. La existencia de un remanente no se basa en la justicia del pueblo, sino en la misericordia divina. Esdras reconoce la profunda culpa del pueblo y su total dependencia de la gracia de Dios para poder estar en su presencia.

Predica sobre Esdras 9: Confrontando el Pecado y Clamando por la Misericordia Divina

  1. Predica sobre Juan 8:31-36: La Verdadera Libertad
  2. Predica sobre Las oportunidades de Dios  
  3. Predica sobre El Estudio de la Palabra de Dios 

Conclusion

El capítulo 9 de Esdras nos llama a examinar nuestra propia sensibilidad al pecado y nuestra disposición al arrepentimiento. Nos recuerda la gravedad de la apostasía, especialmente cuando involucra al liderazgo, y la importancia de temer la Palabra de Dios. Que la humildad y la contrición de Esdras nos inspiren a confesar nuestros pecados colectivos e individuales, reconociendo nuestra total dependencia de la justicia y la misericordia de nuestro Dios para la restauración y la vida eterna. Amén.

Predica sobre El Estudio de la Palabra de Dios

 El Estudio de la Palabra de Dios: Fundamento para la Vida Cristiana

La Palabra de Dios es mucho más que un libro; es la revelación viva del corazón de nuestro Creador, la guía segura para nuestra vida y la fuente inagotable de verdad y sabiduría. Dedicar tiempo y esfuerzo al estudio de las Escrituras es esencial para nuestro crecimiento espiritual y nuestra relación con el Señor.

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1. La Palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12)

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Estudiar la Palabra no es simplemente leer letras en una página, sino entrar en contacto con algo vivo y dinámico, con el poder inherente de transformar nuestra mente y nuestro corazón. Penetra en lo más profundo de nuestro ser, exponiendo nuestras motivaciones y guiándonos hacia la verdad.


2. Estudiar la Palabra es un mandato de Dios (Josué 1:8)

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” El Señor mismo nos manda a meditar constantemente en las Escrituras. Este estudio diligente no es solo para adquirir conocimiento, sino para vivir con sabiduría y experimentar el éxito espiritual que proviene de obedecer sus enseñanzas.


3. Estudiar la Palabra nos hace aprobados ante Dios (2 Timoteo 2:15)

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” Quien se dedica al estudio correcto y diligente de la Palabra se presenta ante Dios como un obrero fiel y competente en su servicio. Manejar la Escritura con precisión y aplicarla correctamente a nuestra vida y a la de otros es fundamental para la aprobación divina.


4. La Palabra ilumina el camino del cristiano (Salmo 119:105)

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” En la oscuridad de este mundo y ante las encrucijadas de la vida, el estudio bíblico nos proporciona dirección, claridad y seguridad para nuestro caminar cristiano. La Palabra es la luz que guía nuestros pasos y nos muestra el sendero que debemos seguir para agradar a Dios.


5. La Palabra produce crecimiento espiritual (1 Pedro 2:2)

desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.” Así como el alimento físico nutre y fortalece nuestro cuerpo, la Palabra de Dios es el alimento espiritual esencial para el crecimiento y la madurez de nuestra alma. Anhelar y consumir la leche pura de la Escritura nos permite crecer en nuestra fe y en nuestro conocimiento de Dios.   


6. La Palabra de Dios enseña, corrige e instruye (2 Timoteo 3:16-17)

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Estudiar la Biblia implica permitir que ella nos moldee en todas las áreas de nuestra vida. Nos enseña la verdad, nos reprende cuando nos desviamos, nos corrige en nuestros errores y nos instruye en el camino de la justicia, preparándonos para vivir una vida que honra a Dios.   


7. La Palabra nos guarda del pecado (Salmo 119:11)

En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” El estudio diligente y la memorización de la Palabra fortalecen nuestra vida moral y espiritual. Al atesorar las enseñanzas de Dios en nuestro corazón, encontramos la fuerza y la sabiduría necesarias para resistir la tentación y vivir en obediencia a sus mandamientos.


8. Debemos ser hacedores de la Palabra, no solo oidores (Santiago 1:22)

Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” El verdadero propósito del estudio bíblico no es solo acumular conocimiento intelectual, sino conducirnos a la obediencia práctica y a la transformación de nuestro comportamiento. Debemos ser diligentes en aplicar lo que aprendemos, permitiendo que la Palabra moldee nuestras acciones y nuestra manera de vivir.

Predica sobre El Estudio de la Palabra de Dios

  1. Predica sobre Las Maquinaciones de Satanás 
  2. Predica sobre Andar en el Espíritu: La Vida Sobrenatural Guiada por Dios
  3. Predica sobre Las 7 Coronas en la Vida de un Cristiano

Conclusion

Que cada uno de nosotros se comprometa con un estudio diligente y constante de la Palabra de Dios. Que permitamos que su poder vivo y eficaz transforme nuestras vidas, que su luz ilumine nuestro camino, que su alimento nos haga crecer espiritualmente y que sus enseñanzas nos guarden del pecado. Seamos no solo oidores, sino hacedores de la Palabra, para que podamos presentarnos aprobados ante Dios y vivir una vida que le glorifique. Amén.

Predica sobre Andar en el Espíritu: La Vida Sobrenatural Guiada por Dios

Andar en el Espíritu: La Vida Sobrenatural Guiada por Dios

El concepto de "caminar en el Espíritu" es central para la vida cristiana. No se trata de una experiencia mística reservada para unos pocos, sino de la manera normal y continua en que todo creyente debe vivir, permitiendo que el Espíritu Santo sea la fuerza motriz y la guía constante de cada aspecto de su existencia.

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1. Andar en el Espíritu es un mandato, no una opción (Gálatas 5:16)

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” El apóstol Pablo no presenta el caminar en el Espíritu como una sugerencia piadosa, sino como un mandato directo. Es la manera divinamente ordenada para vencer la lucha contra nuestra naturaleza pecaminosa y vivir una vida que agrada a Dios. La alternativa es ser esclavos de nuestros deseos carnales.


2. El que anda en el Espíritu es guiado por Dios (Romanos 8:14)

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Una de las marcas distintivas de un verdadero hijo de Dios es su disposición a ser guiado por el Espíritu Santo. Caminar en el Espíritu implica una rendición continua a su dirección, confiando en su sabiduría y siguiendo sus impulsos en cada decisión y acción de nuestra vida.


3. Andar en el Espíritu produce fruto espiritual (Gálatas 5:22-23)

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” El estilo de vida gobernado por el Espíritu Santo se evidencia de manera tangible a través de un carácter transformado. El fruto del Espíritu no son meros esfuerzos humanos, sino las cualidades divinas que florecen en nosotros cuando permitimos que el Espíritu controle nuestras vidas. Estas actitudes y este carácter son visibles para el mundo y glorifican a Dios.


4. Andar en el Espíritu es dar muerte a las obras de la carne (Romanos 8:13)

Porque si vivís según la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” Caminar en el Espíritu implica una lucha activa contra los impulsos de nuestra naturaleza caída. Es el Espíritu Santo quien nos capacita y nos da el poder para resistir la tentación, mortificar nuestros deseos egoístas y vivir en obediencia a la voluntad de Dios. Sin la ayuda del Espíritu, somos impotentes ante el pecado.


5. El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu (Romanos 8:16)

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” La comunión íntima con el Espíritu Santo trae una profunda seguridad de nuestra salvación y de nuestra identidad como hijos de Dios. Su testimonio interior confirma en nuestro espíritu la verdad de que pertenecemos a la familia de Dios, llenándonos de paz y confianza.


6. Andar en el Espíritu nos mantiene alejados de la esclavitud del pecado (2 Corintios 3:17)

Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” La vida gobernada por el Espíritu Santo nos libera de las cadenas de la esclavitud al pecado. Donde el Espíritu de Dios obra, hay libertad de la condenación, del poder del pecado y de la ley como un medio para alcanzar la justicia. Caminar en el Espíritu nos conduce a una vida plena y abundante en Cristo.


7. Debemos vivir y andar en el Espíritu (Gálatas 5:25)

Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” No basta con haber recibido el Espíritu Santo en el momento de la conversión; necesitamos movernos, actuar y vivir conforme a su guía de manera diaria y continua. Nuestra vida entera debe estar permeada por la presencia y el poder del Espíritu.


8. El Espíritu intercede por nosotros y nos ayuda en nuestras debilidades (Romanos 8:26)

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Aquellos que caminan en el Espíritu no están solos en sus luchas y debilidades. El Espíritu Santo mismo intercede por nosotros delante de Dios, especialmente en aquellos momentos en que no sabemos cómo orar o qué pedir. Su ayuda constante es un gran consuelo y fortaleza.


9. Andar en el Espíritu trae vida y paz (Romanos 8:6)

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” Enfocarnos en los deseos de nuestra carne conduce a la muerte espiritual y a la angustia. En contraste, ocupar nuestra mente y nuestro corazón en las cosas del Espíritu trae vida abundante, descanso para nuestra alma, dirección clara y un propósito eterno que sobrepasa cualquier circunstancia terrenal.


10. No contristéis el Espíritu con un estilo de vida pecaminoso (Efesios 4:30)

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” Quien desea caminar en el Espíritu debe rechazar todo aquello que le entristece: el pecado, la amargura, la ira, la malicia y toda forma de impureza. Vivir en santidad es honrar al Espíritu Santo que mora en nosotros y mantener abierta la puerta para su guía y su poder en nuestras vidas.

Predica sobre Andar en el Espíritu: La Vida Sobrenatural Guiada por Dios

  1. Predica sobre Las 7 Coronas en la Vida de un Cristiano
  2. Predica sobre El Amor Fraternal: Un Mandamiento Esencial 
  3. Predica sobre Yo Soy, el Camino, la Verdad y la Vida

Conclusion

Que el anhelo de nuestro corazón sea caminar cada día en el Espíritu Santo, permitiendo que Él nos guíe, nos fortalezca y produzca en nosotros el fruto de su presencia. Que nuestra vida sea un testimonio visible del poder transformador del Espíritu, trayendo gloria a nuestro Dios y bendición a quienes nos rodean. Amén.

Predica sobre Las 7 Coronas en la Vida de un Cristiano

 Las Siete Coronas en la Vida de un Cristiano: Recompensas Eternas por la Fidelidad Terrenal

La Escritura nos habla de diversas coronas que aguardan a aquellos que viven su fe con fidelidad y perseverancia. Estas no son coronas terrenales de oro y piedras preciosas, sino recompensas celestiales que reflejan el honor y el reconocimiento de Dios por nuestra labor y nuestra entrega en esta vida. Meditemos en estas siete coronas que nos inspiran a vivir con propósito eterno.

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1. La Corona Incorruptible – Para los que se gobiernan a sí mismos (1 Corintios 9:25)

Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.” Esta corona es para aquellos que viven con disciplina espiritual, ejercitando el dominio propio y resistiendo los deseos carnales. Al igual que un atleta se entrena rigurosamente para obtener una corona que pronto se marchitará, nosotros debemos esforzarnos por alcanzar una recompensa eterna que jamás se desvanecerá.


2. La Corona de Justicia – Para los que aman la venida de Cristo (2 Timoteo 4:8)

Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” Esta es la recompensa prometida a quienes viven con una ferviente esperanza en el regreso glorioso de nuestro Señor Jesucristo y permanecen fieles a Él hasta el final. Es una corona que simboliza la vindicación y la justicia de Dios para aquellos que han esperado con anhelo su aparición.


3. La Corona de Vida – Para los que soportan las pruebas con fidelidad (Santiago 1:12 y Apocalipsis 2:10)

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” (Santiago 1:12). “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Apocalipsis 2:10). Esta corona se promete a aquellos que perseveran con fidelidad a través de las tribulaciones y las pruebas, incluso hasta la muerte. Es una recompensa por su resistencia y su amor inquebrantable por Dios en medio de la adversidad.   


4. La Corona de Gloria – Para Pastores y Líderes Fieles (1 Pedro 5:4)

Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” Esta corona está destinada a aquellos que pastorean el rebaño de Dios con dedicación, humildad y amor, sirviendo como ejemplos para la grey y velando por su bienestar espiritual. Es una recompensa especial para aquellos líderes que han cuidado del pueblo de Dios con un corazón de siervo.   


5. La Corona de Exaltación – Para los Ganadores de Almas (1 Tesalonicenses 2:19)

Porque ¿quién es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?” Esta corona es la recompensa para aquellos que se dedican a la evangelización y cuyo ministerio tiene un impacto significativo en la vida espiritual de otros, llevándolos a los pies de Cristo. Las almas ganadas para el Reino son su corona de gloria y gozo en la presencia del Señor.   


6. La Corona de Oro – Representación de la Recompensa Celestial de los Santos (Apocalipsis 4:4)

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.” Estas coronas de oro simbolizan el honor, la realeza y la autoridad que los redimidos recibirán en el cielo. Representan su participación en la gloria de Cristo y su reinado junto a Él por la eternidad.   


7. La Corona Inolvidable – Para Quienes Vencen y Permanecen Fieles (Apocalipsis 3:11)

He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Ésta es tanto una advertencia como una promesa. La corona está disponible para aquellos que vencen las pruebas y permanecen fieles a Cristo. Sin embargo, también existe el peligro de perderla si no perseveramos hasta el final. Nos llama a aferrarnos a nuestra fe y a vivir con vigilancia para no ser descalificados de la recompensa eterna.

Predica sobre Las 7 Coronas en la Vida de un Cristiano

  1. Predica sobre El Amor Fraternal: Un Mandamiento Esencial 
  2. Predica sobre Yo Soy, el Camino, la Verdad y la Vida
  3. Predica sobre Salmo 66: Un Canto Universal de Alabanza

Conclusion

La perspectiva de estas siete coronas debe inspirarnos a vivir con diligencia, esperanza y fidelidad en nuestro caminar cristiano. Que anhelemos la corona incorruptible a través del dominio propio, la corona de justicia amando la venida de Cristo, la corona de vida soportando las pruebas, la corona de gloria sirviendo con humildad, la corona de exaltación ganando almas para el Reino y la corona de oro como señal de nuestra redención y reinado con Cristo. Que la advertencia de la corona inolvidable nos motive a perseverar hasta el final, asegurando nuestra recompensa eterna en la presencia de nuestro Señor. Amén.

Predica sobre El Amor Fraternal: Un Mandamiento Esencial

 El Amor Fraternal: Un Mandamiento Esencial que Testifica de Cristo

En el corazón del Evangelio yace un mandamiento fundamental que define la esencia de nuestra identidad como seguidores de Jesucristo: el amor fraternal. No es una sugerencia piadosa, sino un imperativo divino que debe caracterizar nuestras relaciones dentro de la familia de la fe.

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1. El amor fraternal es un mandamiento de Cristo (Juan 13:34-35)

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Jesús mismo establece el amor mutuo como la señal distintiva de sus verdaderos discípulos. Este amor no es meramente un sentimiento, sino una acción deliberada y sacrificial, modelada según el amor que Cristo nos mostró.


2. El amor fraternal debe ser sincero y no fingido (Romanos 12:9-10)

El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” El amor genuino entre hermanos en la fe debe ser auténtico, sin hipocresía ni doblez. Debe ir acompañado de honor, respeto y un cuidado mutuo que se manifieste en preferir los intereses de los demás a los propios.   


3. El amor fraternal es señal de vida espiritual (1 Juan 3:14)

Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.” El apóstol Juan nos revela una profunda verdad espiritual: el amor hacia nuestros hermanos en la fe es una evidencia tangible de que hemos experimentado la regeneración y hemos pasado de la muerte espiritual a la vida en Cristo. La falta de amor fraternal señala una ausencia de verdadera comunión con Dios.   


4. El amor fraternal debe aumentar cada vez más (1 Tesalonicenses 4:9-10)

Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios a amaros unos a otros; y también lo hacéis así con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más.” El amor fraternal no es un logro estático, sino una virtud que debe madurar y expandirse continuamente en nuestras vidas y en la iglesia. Debemos esforzarnos por amar más profundamente y extender ese amor a un número cada vez mayor de nuestros hermanos en la fe.   


5. Debemos soportarnos unos a otros en amor (Efesios 4:2-3)

con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” El amor fraternal en la práctica implica paciencia, tolerancia y disposición a perdonar las faltas de los demás. Requiere un compromiso activo con la unidad del cuerpo de Cristo, manteniendo la paz y soportándonos mutuamente en amor a pesar de nuestras diferencias y debilidades.


6. El amor fraternal hace de la Iglesia un testimonio vivo ante el mundo (Hechos 2:44-47)

Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” La comunión práctica y el amor visible entre los primeros creyentes impactaron profundamente a la sociedad que los rodeaba, atrayendo a otros al Evangelio. Nuestro amor fraternal sigue siendo un testimonio poderoso y vivo del amor de Cristo ante un mundo necesitado.


7. Debemos demostrar amor no solo con palabras, sino con acciones (1 Juan 3:18)

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” El amor fraternal genuino se expresa en gestos concretos de ayuda, servicio y cuidado hacia nuestros hermanos en la fe. No basta con profesar amor con nuestras palabras; debemos demostrarlo activamente a través de nuestras acciones, satisfaciendo sus necesidades y brindándoles apoyo práctico.

Predica sobre El Amor Fraternal: Un Mandamiento Esencial

  1. Predica sobre Yo Soy, el Camino, la Verdad y la Vida
  2. Predica sobre Salmo 66: Un Canto Universal de Alabanza
  3. Predica sobre Abundancia Espiritual - La Plenitud de Dios en el Creyente

Conclusion

El amor fraternal es un mandamiento esencial que define nuestra identidad como discípulos de Cristo y testifica de su amor transformador ante el mundo. Que este amor sincero, creciente, paciente y práctico caracterice nuestras relaciones dentro de la familia de la fe, fortaleciendo la unidad del cuerpo de Cristo y atrayendo a otros al conocimiento de nuestro Salvador. Amén.


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Predica sobre Yo Soy, el Camino, la Verdad y la Vida

 Tema del Sermón: Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida - La Triple Revelación de Dios (Juan 14:6)

En medio de la incertidumbre y la confusión que a menudo experimentamos en este mundo, las palabras de Jesús en Juan 14:6 resuenan con una claridad y una autoridad incomparables: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” En esta declaración concisa pero profunda, nuestro Señor se revela como la única vía de acceso a Dios, la personificación de la verdad divina y la fuente misma de la vida eterna. Meditemos hoy en esta triple revelación que transforma nuestras vidas y nos ofrece esperanza segura.

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1. Jesús es el Camino – El Único Medio de Reconciliación con Dios (Juan 14:6)

Yo soy el camino...” Con estas palabras, Jesús no solo señala una dirección, sino que se presenta como la senda misma que conduce a la presencia del Padre. Él no es simplemente un guía que nos muestra el camino; Él es el camino, el único medio de reconciliación entre la humanidad pecadora y el Dios santo.

A diferencia de los múltiples caminos religiosos que el hombre ha ideado a lo largo de la historia, llenos de rituales, obras y filosofías humanas, Cristo se ofrece como el único acceso verdadero al Padre. Su sacrificio en la cruz abrió un camino nuevo y vivo, derribando la barrera del pecado que nos separaba de Dios. Como bien lo declara Hechos 4:12: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Jesús es el único camino, la única puerta hacia la salvación y la comunión con el Padre celestial.


2. Jesús es la Verdad – La Revelación Perfecta de Dios (Juan 14:6)

...y la verdad...” Jesús no solo nos muestra el camino correcto, sino que también encarna la verdad absoluta de Dios. Él es la revelación perfecta de quién es Dios, de cuál es su carácter, su voluntad y su plan para la humanidad. En Jesús, vemos la gloria del Padre manifestada en carne humana.

A diferencia de las verdades relativas y cambiantes del mundo, en Cristo no hay error, no hay mentira ni engaño. Él es la Palabra hecha carne, la luz que ilumina toda oscuridad espiritual. Como Juan 1:17 nos dice: “pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” Y Juan 8:32 añade una promesa transformadora: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Conocer a Jesús es conocer la verdad que libera nuestras vidas de la esclavitud del pecado y la ignorancia espiritual.


3. Jesús es la Vida – La Fuente de Vida Eterna y Abundante (Juan 14:6)

“...y la vida...” Jesús no solo nos guía por el camino de la verdad, sino que también es la fuente misma de la vida espiritual y la vida eterna. Fuera de Él, la Escritura nos enseña que los seres humanos están espiritualmente muertos en sus pecados, separados de la fuente de toda vida.

Pero en Cristo encontramos la plenitud de la vida. Él vino para darnos vida y para que la tengamos en abundancia, como lo declara Juan 10:10: “Yo he venido para que tengáis vida, y para que la tengáis en abundancia.” Esta vida abundante no se limita a la existencia terrenal, sino que trasciende la muerte, ofreciéndonos la promesa de la vida eterna en la presencia de Dios. Como lo afirma 1 Juan 5:12: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” Jesús es la resurrección y la vida, y creer en Él nos asegura la vida eterna.


4. Nadie viene al Padre sino por Jesús – Exclusividad de la Salvación (Juan 14:6)

“... nadie viene al Padre sino por mí.” Esta declaración de Jesús establece la exclusividad de la salvación a través de su persona y su obra. No hay otro camino, no hay otra verdad, no hay otra fuente de vida que nos pueda llevar al Padre celestial. La salvación es exclusivamente por medio de la fe en Jesucristo.

No hay otro mediador entre Dios y los hombres. Como nos enseña 1 Timoteo 2:5: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Jesús es el puente que une el abismo entre un Dios santo y una humanidad pecadora. Rechazar a Jesús es rechazar el único camino hacia el Padre, la única verdad que nos libera y la única fuente de vida eterna.


5. Aplicación: Seguir a Cristo es someterse a su verdad y caminar en vida nueva (Efesios 4:21-24)

La respuesta a esta triple revelación de Jesús es seguirlo con todo nuestro corazón. Esto implica someternos a su verdad, renunciando a nuestras viejas maneras de pensar y vivir, y caminando en la vida nueva que Él nos ofrece por medio del Espíritu Santo. Como nos exhorta Efesios 4:21-24: “si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y 1  renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”   

 

Predica sobre Yo Soy, el Camino, la Verdad y la Vida

  1. Predica sobre Salmo 66: Un Canto Universal de Alabanza
  2. Predica sobre Abundancia Espiritual - La Plenitud de Dios en el Creyente
  3. Predica sobre Es Mejor Dar Que Recibir Hechos 20:35

COnclusion

Ser cristiano es recorrer el camino estrecho que Jesús nos muestra, vivir según la verdad del Evangelio que Él encarna y disfrutar de la vida plena y abundante que solo se encuentra en Él. Que cada día renovemos nuestro compromiso de seguir a Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida, para la gloria de Dios Padre. Amén.


www.blueletterbible.org

Predica sobre Salmo 66: Un Canto Universal de Alabanza

 Salmo 66: Un Canto Universal de Alabanza por las Obras Poderosas de Dios

El Salmo 66 es un poderoso himno de alabanza que brota de un corazón agradecido por las maravillas y la fidelidad de Dios. Es una invitación universal a todas las naciones y a cada individuo a reconocer la grandeza de nuestro Señor y a exaltar su nombre con alegría.

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1. Una invitación universal a alabar a Dios (Salmo 66:1–2)

Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.” El salmista comienza con un llamado ferviente que trasciende fronteras y culturas. No es una alabanza reservada para un pueblo específico, sino una invitación universal para que toda la tierra eleve su voz con alegría y proclame la gloria del nombre de Dios a través de cánticos llenos de alabanza.


2. Las obras de Dios son motivo de temor y admiración (Salmo 66:3)

Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.” Las poderosas acciones de Dios en la historia y en la vida de su pueblo son motivo de profundo temor reverente y asombro. Su poder se manifiesta de tal manera que incluso aquellos que se oponen a Él se ven obligados a reconocer su grandeza y soberanía.


3. Toda la tierra debe adorar al Señor (Salmo 66:4)

Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantará a tu nombre.” La visión del salmista es la de una adoración que abarca toda la creación. El culto a Dios no es una práctica aislada o limitada a un grupo selecto, sino un llamado universal para que cada rincón de la tierra reconozca su señorío y eleve cánticos en honor a su santo nombre.


4. Las maravillas del pasado deben ser recordadas (Salmo 66:5–6)

Venid, y ved las obras de Dios, Asombroso en sus hechos hacia los hijos de los hombres. Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie; Allí nos alegramos en él.” El salmista nos exhorta a recordar las obras maravillosas que Dios ha realizado en el pasado, como la división del Mar Rojo y el cruce del río Jordán. La fidelidad de Dios demostrada en el pasado es el fundamento sólido de nuestra confianza en su poder y su amor en el presente.


5. Dios gobierna soberanamente y vela por las naciones (Salmo 66:7)

Él señorea con su poder para siempre; Sus ojos atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no serán enaltecidos.” La soberanía de Dios es eterna y absoluta. Nada escapa a su vigilancia y control. Él gobierna con poder sobre todas las naciones, y su mirada atenta discierne y humilla a aquellos que se levantan en rebeldía contra su voluntad.


6. Reconocimiento de las bendiciones divinas y preservación (Salmo 66:8–9)

Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios, Y haced oír la voz de su alabanza. Él es quien preservó nuestra vida, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.” El cuidado diario y constante de Dios en nuestras vidas debe movernos a una alabanza continua y audible. Él es quien nos sostiene, nos preserva del peligro y evita que tropecemos en nuestro caminar.


7. Las pruebas son instrumentos de purificación (Salmo 66:10–12)

Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua,   Pero nos sacaste a lugar    de abundancia.” El salmista reconoce que Dios utiliza las dificultades y las pruebas en nuestras vidas como instrumentos para refinar nuestro carácter, purificar nuestra fe y fortalecernos. Aunque el proceso sea doloroso, el propósito final es llevarnos a un lugar de abundancia espiritual.   

 

8. La liberación de Dios después de la aflicción (Salmo 66:12)

Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Pero nos sacaste a lugar de abundancia.” A pesar de las pruebas intensas y los momentos de gran dificultad, el salmista testifica de la fidelidad de Dios para guiar a sus siervos a través del dolor hacia la liberación y la restauración. Dios no nos abandona en la aflicción, sino que nos lleva a un lugar de plenitud y bendición.


9. Fidelidad en las promesas y ofrendas al Señor (Salmo 66:13–15)

Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos, Los que pronunciaron mis labios Y habló mi boca cuando estaba en angustia. Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con incienso de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos.” El salmista responde a la liberación de Dios con un profundo sentido de compromiso y adoración. Cumple sus votos y ofrece sacrificios como una expresión de gratitud por la fidelidad divina. Nuestra respuesta a la bondad de Dios debe ser una entrega total y una adoración sincera.


10. La oración contestada es prueba del amor de Dios (Salmo 66:19–20)

Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica. Bendito sea Dios, Que no desechó mi oración, ni de mí su misericordia.” El testimonio final del salmista es la certeza de que Dios escucha y responde a la oración sincera. La fidelidad de Dios se manifiesta en su respuesta misericordiosa a nuestro clamor, demostrando su amor y su cuidado por nosotros.

Predica sobre Salmo 66: Un Canto Universal de Alabanza

  1. Predica sobre Abundancia Espiritual - La Plenitud de Dios en el Creyente
  2. Predica sobre Es Mejor Dar Que Recibir Hechos 20:35
  3. Predica sobre Un Buen Soldado de Cristo 2 Timoteo 2:3-4

Conclusion

El Salmo 66 nos inspire a elevar una alabanza universal y constante a nuestro Dios por sus obras poderosas y su fidelidad inagotable. Que recordemos sus maravillas del pasado, confiemos en su soberanía presente y esperemos en su liberación futura. Que nuestras vidas sean una ofrenda continua de gratitud por su amor y su misericordia, manifestada especialmente en su respuesta a nuestras oraciones. Amén.

Predica sobre Un Buen Soldado de Cristo 2 Timoteo 2:3-4

 “Un Buen Soldado de Cristo”: Firmeza, Enfoque y Poder Divino (2 Timoteo 2:3-4)

El apóstol Pablo, en su segunda carta a Timoteo, utiliza la poderosa metáfora del soldado para describir las cualidades esenciales de aquel que sirve fielmente a Jesucristo. Ser un buen soldado de Cristo implica una entrega total, una disciplina rigurosa y una dependencia absoluta del poder divino en la batalla espiritual que enfrentamos.

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1. Un buen soldado soporta las dificultades (2 Timoteo 2:3)

Tú, pues, sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Jesucristo.” Seguir a Cristo no es un camino exento de desafíos. Al igual que un soldado terrenal enfrenta penalidades, privaciones y peligros, el soldado de Cristo debe estar dispuesto a afrontar las luchas, las pruebas y las persecuciones con perseverancia y valentía, sabiendo que estas forman parte del entrenamiento para la victoria.


2. Un buen soldado no se enreda en las cosas del mundo (2 Timoteo 2:4)

Ninguno que milita se enreda en los negocios de esta vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.” La vida cristiana requiere un enfoque claro y una separación de aquellos intereses mundanos que puedan obstaculizar nuestra misión espiritual. Así como un soldado en servicio activo debe priorizar su deber por encima de los asuntos personales, nosotros debemos evitar enredarnos en las distracciones del mundo para poder agradar a nuestro Comandante, Jesucristo.


3. Un buen soldado pelea con las armas de Dios (Efesios 6:11)

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” Nuestra batalla no es contra carne ni sangre, sino contra potestades espirituales de maldad. Por lo tanto, necesitamos prepararnos para la guerra espiritual revistiéndonos de toda la armadura que Dios provee: la verdad como cinturón, la justicia como coraza, el evangelio de la paz como calzado, la fe como escudo, la salvación como yelmo y la Palabra de Dios como espada.   


4. Un buen soldado siempre está vigilante (1 Pedro 5:8)

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.” La vigilancia constante es esencial para resistir los ataques de nuestro enemigo espiritual, Satanás. Debemos mantenernos sobrios en espíritu, alertas a sus artimañas y listos para resistir sus tentaciones y engaños. La complacencia es una puerta abierta a la derrota.   


5. Un buen soldado obedece las órdenes del comandante (Juan 14:15)

Si me amáis, guardad mis mandamientos.” La obediencia a Cristo es la marca distintiva de nuestra fidelidad y amor hacia Él. Como buenos soldados, debemos conocer y seguir diligentemente las órdenes de nuestro Comandante, Jesucristo, demostrando así nuestra lealtad y nuestro compromiso con su causa.


6. Un buen soldado permanece en la misión hasta el final (2 Timoteo 4:7)

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” El apóstol Pablo, al final de su vida, pudo declarar con convicción que había permanecido fiel a su misión hasta el final. Un verdadero soldado de Cristo no se rinde ante la adversidad ni abandona su puesto. Permanece firme, luchando la buena batalla y completando la carrera que se le ha encomendado.


7. Un buen soldado busca ser fuerte en el Señor (Efesios 6:10)

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” La verdadera fuerza del cristiano no proviene de sí mismo, sino de Dios. Debemos buscar continuamente fortalecernos en el Señor a través de la oración ferviente, el estudio diligente de su Palabra y la comunión constante con otros creyentes. Estas disciplinas espirituales nos sostienen y nos equipan para la batalla.


8. Un buen soldado no lucha contra hombres, sino contra poderes espirituales (Efesios 6:12)

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Se requiere discernimiento espiritual para comprender la verdadera naturaleza de nuestra guerra cristiana. Nuestro conflicto principal no es contra personas, sino contra las fuerzas espirituales de maldad que operan en el mundo. Esta comprensión nos ayuda a enfocar nuestras energías y a utilizar las armas correctas en la batalla.   

Predica sobre Un Buen Soldado de Cristo 2 Timoteo 2:3-4

  1. Predica sobre La Confesión de Pecados
  2. Predica sobre Génesis 12: ¿Qué Sucede Cuando Dios Nos Llama a una Misión?
  3. Predica sobre Sin Santidad Nadie Verá al Señor Hebreos 12:14

Conclusion

Que cada uno de nosotros se esfuerce por ser un buen soldado de Cristo, dispuesto a soportar las dificultades, enfocado en agradar a nuestro Comandante, revestido de la armadura de Dios, vigilante contra el enemigo, obediente a sus mandamientos, perseverando hasta el final y buscando nuestra fortaleza en el Señor. Que nuestra vida sea un testimonio de fidelidad y valentía en la batalla espiritual, para la gloria de nuestro Rey y Salvador, Jesucristo. Amén.

Predica sobre Génesis 12: ¿Qué Sucede Cuando Dios Nos Llama a una Misión?

 Génesis 12: ¿Qué Sucede Cuando Dios Nos Llama a una Misión? El Viaje de la Fe y la Fidelidad Divina

El capítulo 12 del libro de Génesis marca un punto crucial en la historia de la redención con el llamado de Abram (más tarde Abraham). Este llamado no solo transformó la vida de un hombre, sino que también puso en marcha el plan de Dios para bendecir a toda la humanidad. Al examinar este pasaje, descubrimos principios vitales sobre lo que sucede cuando Dios nos llama a una misión.

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1. El llamado de Dios requiere separación (Génesis 12:1)

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” El llamado de Dios a Abram implicó una separación radical de su entorno familiar y cultural conocido. Seguir la voluntad divina a menudo nos exige salir de nuestra zona de confort, romper lazos que nos atan al pasado y aventurarnos en lo desconocido, confiando únicamente en la guía de Dios.


2. La obediencia al llamado trae promesa (Génesis 12:2)

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.” Las promesas de Dios están intrínsecamente ligadas a nuestra obediencia a su llamado. Abram respondió en fe, y Dios le prometió una descendencia numerosa, bendición personal y un nombre engrandecido. Cuando obedecemos la voz de Dios, nos abrimos a recibir sus abundantes promesas.


3. Estamos llamados a ser bendición (Génesis 12:2)

“...y serás bendición.” La misión de Abram no se trataba solo de su propio beneficio. Dios lo llamó para que fuera un canal a través del cual la bendición divina fluyera hacia otros. De manera similar, como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser instrumentos de bendición para quienes nos rodean, compartiendo el amor, la gracia y la verdad de Dios. No somos depósitos de bendiciones para acumular, sino canales para derramar.


4. Dios defiende a los que envía (Génesis 12:3)

“Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Dios se compromete a proteger y defender a aquellos que caminan en obediencia a su llamado. Él bendice a quienes bendicen a sus siervos y maldice a quienes los maldicen. Podemos tener la confianza de que Dios está de nuestro lado cuando estamos cumpliendo su propósito.


5. El alcance del plan de Dios es universal (Génesis 12:3)

“...en ti serán benditas todas las familias de la tierra.” El llamado de Abram no era un evento aislado, sino parte del plan redentor de Dios para toda la humanidad. A través de su descendencia, llegaría el Mesías, Jesucristo, quien traería bendición y salvación a todas las naciones. Nuestro llamado individual se inscribe en este plan universal de Dios.


6. La fe se manifiesta en la acción inmediata (Génesis 12:4)

“Entonces Abram se fue, como el Señor le había dicho; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.” La respuesta de fe de Abram no se quedó en meros sentimientos o intenciones; se manifestó en una acción inmediata de obediencia. Se levantó y se fue, tal como el Señor le había ordenado. La fe genuina siempre va acompañada de una actitud dispuesta y confiada que nos impulsa a actuar según la Palabra de Dios.


7. El camino de la fe incluye etapas y altares (Génesis 12:7)

“Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.” El viaje de fe de Abram estuvo marcado por encuentros con Dios y la construcción de altares en señal de adoración y gratitud. Cada paso de fe, cada manifestación de la presencia divina, merece un altar de reconocimiento. Nuestra vida de fe también estará llena de etapas significativas donde experimentamos a Dios y respondemos con adoración.   


8. En tiempos de escasez, es necesario buscar el discernimiento (Génesis 12:10)

“Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para peregrinar allá, porque era grande el hambre en la tierra.” Ante la dificultad del hambre, Abram tomó la decisión de descender a Egipto en busca de sustento. Si bien la supervivencia era una necesidad, este versículo nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar la dirección de Dios incluso en tiempos de crisis, para no desviarnos de su plan.


9. El miedo puede llevarnos a comprometer valores (Génesis 12:13)

“Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.” El temor por su vida llevó a Abram a pedirle a Sarai que mintiera sobre su relación. La fe genuina debe vencer el miedo, ya que el temor puede llevarnos a tomar decisiones que comprometan nuestros valores y la verdad. Debemos confiar en la protección de Dios en lugar de recurrir al engaño.   


10. La gracia de Dios interviene incluso en nuestros fracasos (Génesis 12:17)

Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai, mujer de Abram.” A pesar del error de Abram, Dios intervino para proteger a Sarai y, en última instancia, para preservar su promesa. Incluso cuando fallamos y cometemos errores, la gracia de Dios puede obrar para mantener su propósito y proteger a sus siervos, aunque esto no nos exime de las consecuencias de nuestras acciones.

Predica sobre Génesis 12: ¿Qué Sucede Cuando Dios Nos Llama a una Misión?

  1. Predica sobre Sin Santidad Nadie Verá al Señor Hebreos 12:14
  2. Predica sobre Cómo Escuchar la Voz de Dios
  3. Predica sobre David contra Goliat: Ganando en el Nombre de Dios (1 Samuel 17)

Conclusion

El llamado de Dios a una misión es un viaje de fe que requiere separación, obediencia y una confianza constante en sus promesas. Estamos llamados a ser canales de bendición para el mundo, sabiendo que Dios nos defiende y que su plan tiene un alcance universal. Que nuestra fe se manifieste en acciones inmediatas, marcando nuestro camino con altares de adoración, buscando su discernimiento en tiempos difíciles y confiando en su gracia incluso en medio de nuestros fracasos. Amén.

Predica sobre Cómo Escuchar la Voz de Dios

 Cómo Escuchar la Voz de Dios: Una Guía para el Corazón Atento

El anhelo de escuchar la voz de Dios es un deseo profundo en el corazón de todo creyente. Queremos conocer su voluntad, recibir su guía y experimentar su presencia de manera personal. Si bien Dios se comunica de diversas maneras, cultivar una relación íntima con Él y desarrollar sensibilidad espiritual son claves para discernir su voz en medio del ruido del mundo.

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1. Dios habla a quienes lo buscan con un corazón sincero (Jeremías 29:13)

Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.” La promesa de Dios es clara: aquellos que lo buscan con sinceridad y con todo su corazón lo encontrarán. Escuchar su voz comienza con un deseo genuino de conocerlo y una disposición a buscarlo con una entrega total de nuestro ser.


2. Dios habla a través de Su Palabra (2 Timoteo 3:16-17)

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” La Biblia es la Palabra inspirada de Dios, su revelación escrita para la humanidad. A través de sus páginas, conocemos su carácter, sus mandamientos, sus promesas y su plan de redención. La lectura, el estudio y la meditación en la Escritura son fundamentales para escuchar la voz de Dios de manera clara y autoritativa.   


3. Dios habla a través del Espíritu Santo a nuestros corazones (Juan 16:13)

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” El Espíritu Santo, el Consolador enviado por Jesús, mora en el corazón de cada creyente. Él nos guía a toda la verdad, nos recuerda las enseñanzas de Jesús y nos revela la voluntad de Dios de manera personal e íntima. Escuchar la voz de Dios a menudo se experimenta como una convicción profunda, una paz interior o una dirección clara en nuestro espíritu.   


4. Dios habla en silencio y quietud (1 Reyes 19:12)

y tras el fuego un silbo apacible y delicado.” En el relato de Elías, Dios no se manifestó en el viento fuerte, ni en el terremoto, ni en el fuego, sino en un "silbo apacible y delicado". A menudo, la voz de Dios no es un estruendo, sino un susurro suave que se escucha en los momentos de silencio y quietud. Apartar el ruido del mundo y buscar momentos de soledad con Dios es esencial para percibir su voz.


5. La voz de Dios es reconocida por sus ovejas (Juan 10:27)

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.” Jesús, el Buen Pastor, conoce a sus ovejas y ellas reconocen su voz. A medida que crecemos en nuestra relación con Cristo y nos familiarizamos con sus enseñanzas en la Palabra y la guía del Espíritu Santo, desarrollamos la capacidad de discernir su voz de otras voces.


6. La obediencia es esencial para seguir escuchando la voz de Dios (Isaías 1:19)

Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra.” La disposición a obedecer la voz de Dios es crucial para seguir escuchándola. Cuando respondemos con obediencia a lo que ya hemos oído, nuestro corazón se vuelve más sensible a su dirección futura. La desobediencia, por otro lado, puede endurecer nuestro corazón y dificultar la percepción de su voz.


7. El pecado puede impedirte escuchar la voz de Dios (Isaías 59:2)

Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” El pecado crea una barrera entre nosotros y Dios, impidiendo nuestra comunión con Él y dificultando nuestra capacidad de escuchar su voz. Confesar nuestros pecados, arrepentirnos y buscar la purificación en Cristo son pasos necesarios para restaurar nuestra sensibilidad espiritual.   


8. Dios habla a través de otras personas y circunstancias (Hechos 9:10-11)

En el caso de Saulo (Pablo), Dios habló a través de Ananías, un discípulo en Damasco, para darle dirección específica. Dios también puede usar a otros creyentes maduros, líderes espirituales y las circunstancias de nuestra vida para comunicarnos su voluntad. Es importante discernir estas voces y eventos a la luz de la Palabra y la guía del Espíritu Santo.


9. Escuchar la voz de Dios requiere sensibilidad y discernimiento espiritual (Hebreos 5:14)

Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” El discernimiento espiritual se desarrolla a través de la práctica y el ejercicio de nuestros sentidos espirituales. A medida que maduramos en la fe y nos exponemos a la Palabra de Dios, nuestra capacidad para distinguir entre la voz de Dios, nuestra propia voz y otras voces se agudiza.   


10. Si hoy escucháis la voz de Dios, no endurezcáis vuestro corazón (Hebreos 3:15)

Porque se dice: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.” La respuesta a la voz de Dios es crucial. Endurecer nuestro corazón, resistir su llamado o ignorar su dirección puede tener consecuencias espirituales graves. Debemos responder con humildad, fe y obediencia a la voz de Dios cuando la percibimos.

Predica sobre Cómo Escuchar la Voz de Dios

  1. Predica sobre David contra Goliat: Ganando en el Nombre de Dios (1 Samuel 17)
  2. Predica sobre Isaías 62:3 - La Gloriosa Restauración de Sión:
  3. Predica sobre 1 Reyes 21: La Injusticia Contra Nabot y la Respuesta Justa de Dios

Conclusion

Escuchar la voz de Dios es un proceso continuo que requiere un corazón sincero, una inmersión en su Palabra, sensibilidad al Espíritu Santo, búsqueda de quietud, obediencia y discernimiento espiritual. Que cultivemos una relación íntima con nuestro Padre celestial, afinando nuestros oídos espirituales para reconocer su voz amorosa y seguir su guía en cada paso de nuestro camino. Amén.

 
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Juan 3 16 Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todos los que creen en él no perezcan, sino que tengan vida eterna.