La seriedad de la mundanalidad
La mundanalidad, esa sutil pero poderosa atracción hacia los valores y prácticas del mundo, representa un peligro significativo para la vida espiritual del cristiano. Las Escrituras nos advierten sobre las graves consecuencias de ceder a esta influencia, que puede alejarnos de Dios y obstaculizar nuestro crecimiento espiritual.
Consecuencias de la mundanalidad:
1. Separación de Dios:
◦ El pecado, alimentado por la mundanalidad, crea una barrera entre nosotros y Dios (Santiago 1:15; Romanos 5:12; Isaías 59:1-2).
2. Pérdida de reputación:
◦ Ceder a las prácticas mundanas puede dañar nuestra reputación y testimonio ante los demás (Proverbios 22:1; Proverbios 6:27, 33).
3. Pérdida de influencia:
◦ La mundanalidad puede disminuir nuestra capacidad de influir positivamente en el mundo, ya que nuestras acciones contradicen nuestro testimonio (Romanos 2:24; 1 Timoteo 4:12).
4. Obstáculo para la adoración:
◦ Un corazón lleno de mundanalidad dificulta la adoración sincera y la comunión con Dios (1 Pedro 3:7; Juan 9:31).
5. Desensibilización al pecado:
◦ La exposición constante a la mundanalidad puede adormecer nuestra conciencia y hacernos tolerantes al pecado (Salmo 1:1-3).
6. Endurecimiento del corazón:
◦ La mundanalidad puede endurecer nuestro corazón, alejándonos de la gracia y la verdad de Dios (Hebreos 6; 10; 1 Juan 5:18).
7. Generación de otros pecados:
◦ Un corazón mundano es terreno fértil para otros pecados, como la codicia, la envidia y la inmoralidad (2 Samuel 11).
8. Excomunión:
◦ En casos extremos, la mundanalidad persistente y no arrepentida puede llevar a la excomunión de la comunidad cristiana (1 Corintios 5:1-13; 2 Tesalonicenses 3:6-15).
9. Obstáculo para el crecimiento espiritual:
◦ La mundanalidad impide nuestro crecimiento espiritual y nos desvía de la carrera cristiana (Hebreos 12:1-ss).
10. Sufrimiento en esta vida:
◦ Las consecuencias de la mundanalidad pueden traer sufrimiento y dolor a nuestra vida presente (Éxodo 20:5; 34:7).
11. Condenación eterna:
◦ En última instancia, la mundanalidad no arrepentida puede llevar a la condenación eterna (Romanos 6:23; Apocalipsis 21:8).
La vida cristiana se distingue radicalmente de la mundanalidad, presentando un contraste marcado en valores, prioridades y conducta. Las Escrituras delinean claramente esta distinción, exhortando a los creyentes a vivir de una manera que refleje la santidad de Dios.
Características de la vida cristiana:
• Santidad (1 Pedro 1:15-16; 4:1-3):
◦ La santidad implica apartarse del pecado y dedicarse a Dios.
◦ Los cristianos son llamados a ser santos en toda su manera de vivir, imitando la naturaleza de Dios.
• Pureza (1 Juan 3:3):
◦ La pureza de corazón y mente es esencial para la comunión con Dios.
◦ Los creyentes se esfuerzan por mantener sus pensamientos y acciones libres de contaminación.
• Ley por la cual vive (1 Juan 3:4):
◦ La vida cristiana se rige por la ley de Dios, que se resume en amar a Dios y amar al prójimo.
◦ Esta ley no es una carga, sino una guía para una vida plena y satisfactoria.
• Temor de Dios (1 Timoteo 2:9):
◦ El temor de Dios es un profundo respeto y reverencia hacia su autoridad y santidad.
◦ Este temor nos impulsa a obedecer sus mandamientos y a evitar el pecado.
• No seguir pecando (Romanos 6; 1 Juan 3):
◦ La vida cristiana implica un compromiso continuo de alejarse del pecado.
◦ Aunque los creyentes pueden tropezar, su deseo es vivir en obediencia a Dios.
• Respeto a la palabra (Salmo 119:11):
◦ La Palabra de Dios es la fuente de verdad y guía para la vida cristiana.
◦ Los creyentes valoran y estudian las Escrituras, permitiendo que transformen sus vidas.
• Separados del mundo (2 Corintios 6:14-17):
◦ La separación del mundo no significa aislamiento físico, sino una distinción en valores y prácticas.
◦ Los cristianos evitan conformarse a los patrones del mundo, buscando en cambio agradar a Dios.
Contraste con la mundanalidad:
La mundanalidad, en contraste, se caracteriza por:
• La búsqueda de placeres y posesiones terrenales.
• La conformidad con los valores y prácticas del mundo.
• La indiferencia hacia las cosas espirituales.
• La falta de temor de Dios y respeto por su Palabra.
La vida cristiana, por otro lado, se centra en:
• La búsqueda de la santidad y la pureza.
• La obediencia a la Palabra de Dios.
• La comunión con Dios y con otros creyentes.
• La esperanza en la vida eterna.
La elección entre la vida cristiana y la mundanalidad es una decisión crucial que afecta nuestro destino eterno.
- Predica sobre: ¿Todo cristiano tiene fe?
- Predica sobre El Nacimiento de Jesucristo
- Predica sobre Iglesia Local: Nuestras Responsabilidades
Conclusión:
La mundanalidad es un enemigo sutil pero peligroso que puede alejarnos de Dios y destruir nuestra vida espiritual. Debemos estar alerta y resistir su influencia, buscando en cambio la santidad y la comunión con nuestro Padre celestial.
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