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Predica sobre Mefiboset: Gracia y Misericordia.

Predica sobre Mefiboset: Gracia y Misericordia. 

Mefiboset fue el hijo de Jonatán, el amigo más cercano del rey David. Después de la muerte de Jonatán, David prometió a su amigo que cuidaría de su familia. 

Cuando Mefiboset era joven, su niñera lo dejó caer, lo que lo dejó cojo de por vida. Sin embargo, cuando David se convirtió en rey, buscó a los descendientes de Jonatán para cumplir su promesa y encontró a Mefiboset viviendo en la ciudad de Lo-debar.

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David recibió a Mefiboset en su palacio y le devolvió todas las tierras que habían pertenecido a su abuelo, el rey Saúl. Además, Mefiboset siempre comió en la mesa del rey como uno de sus hijos. 

A pesar de que era cojo y de origen humilde, Mefiboset recibió el amor y la gracia de David, que lo trataba como a un miembro de la familia. 

La historia de Mefiboset es una historia de gracia y misericordia. A pesar de su cojera y su origen humilde, fue recibido en el palacio del rey David y tratado como uno de sus hijos. 

Esta historia es un ejemplo del amor de Dios por nosotros, a pesar de nuestras debilidades y limitaciones. 

1: La gracia de Dios nos alcanza en nuestra debilidad.

La historia de Mefiboset es una historia de debilidad. 

Él era cojo y dependía de otros para su sustento. Sin embargo, David lo recibió en su palacio y lo trató con amor y bondad. 

De la misma manera, Dios nos ama a pesar de nuestras debilidades y limitaciones. En 2 Corintios 12:9, el apóstol Pablo dice: "Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí la fuerza de Cristo".

2: La gracia de Dios nos da un lugar en su familia. 

David trató a Mefiboset como uno de sus hijos. 

Él lo recibió en su palacio y le devolvió todas las tierras que habían pertenecido a su abuelo. 

De la misma manera, Dios nos recibe en su familia cuando confiamos en él. En Juan 1:12, se nos dice: "Mas a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". 

Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, somos adoptados en la familia de Dios y recibimos su amor y cuidado.

3: La gracia de Dios nos llama a compartir su amor con otros. 

Mefiboset recibió el amor y la gracia de David, y eso lo llevó a compartir su amor con otros. En 2 Samuel 19:30, Mefiboset dice a David: "¡Que mi señor el rey tenga siempre paz! Tú, tu familia y todo lo que es tuyo". Mefiboset estaba agradecido por la gracia que había recibido y quería bendecir a David.

 De la misma manera, cuando recibimos el amor y la gracia de Dios, debemos compartirlo con otros. En Juan 13:34, Jesús nos dice: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros".

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Conclusión: 

La historia de Mefiboset es una historia de gracia y amor. 

A pesar de su debilidad y su origen humilde, fue recibido en la familia del rey y tratado con amor y cuidado. 

Del mismo modo, Dios nos ama a pesar de nuestras debilidades y nos recibe en su familia cuando confiamos en él. Debemos compartir este amor y gracia con otros, bendiciendo a los que nos rodean con el amor de Cristo.


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Juan 3 16 Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todos los que creen en él no perezcan, sino que tengan vida eterna.