Predica sobre Ofrenda y Diezmos
Ofrenda y Diezmos: Un Acto de Generosidad y Fidelidad
Introducción:
Querida congregación, en la vida de un creyente, la ofrenda y los diezmos tienen un papel esencial. Estos actos no solo son una parte importante de nuestra adoración, sino que también reflejan nuestro corazón y nuestra obediencia a Dios. Hoy, exploraremos estos principios a través de las Escrituras para entender cómo ofrecer nuestras ofrendas y diezmos de manera significativa.
I. Ofrecer con Generosidad (Lucas 6:38)
El Señor Jesús nos anima a dar con generosidad, prometiendo que, al hacerlo, recibiremos en abundancia. Nuestras ofrendas deben ser dadas con un corazón dispuesto, sabiendo que Dios es el dador de todas las cosas. Al dar generosamente, no solo bendecimos a otros, sino que también experimentamos la fidelidad y el amor de Dios en nuestras vidas.
Ofrenda porque Dios es Dios y Él es el Creador de TODO
- Dios creó los cielos, la tierra y todo lo que existe en los cielos y en la tierra. (Génesis 1)
- Es el Dios Eterno quien creó los confines de la tierra. (Isaías 40: 20-28)
- Dios creó todas las cosas y es por su voluntad que existen y fueron creadas. (Apocalipsis 4:11)
- Porque yo soy Dios y no hay otro. (Isaías 46: 9)
- Dios trae prosperidad y crea desastres. (Isaías 45: 7)
II. Ofrenda Voluntaria (2 Corintios 8:12)
La ofrenda debe ser voluntaria y motivada por el amor y la gratitud hacia Dios. No estamos llamados a dar por obligación, sino por el deseo sincero de contribuir al avance del reino de Dios. Dios no valora la cantidad que damos, sino el corazón con el que lo damos. Nuestras ofrendas voluntarias son un testimonio de nuestra dependencia de Dios y nuestro compromiso con Su obra.
III. Ofrecer con Propósito (2 Corintios 9:7)
La Palabra nos enseña que Dios ama al dador alegre. Cuando ofrendamos con un propósito y un corazón gozoso, estamos demostrando nuestra confianza en el plan y la provisión de Dios. Cada ofrenda que damos tiene un propósito en el reino de Dios, ya sea para apoyar la iglesia local, misiones u otras necesidades. Nuestro acto de ofrendar es una inversión en el reino eterno.
IV. Ofrenda Feliz (2 Corintios 9:7)
Nuestras ofrendas deben ser dadas con alegría y gratitud. El apóstol Pablo nos recuerda que Dios ama al que da con alegría en su corazón. Cuando ofrendamos con gozo, estamos expresando nuestra gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros. No es un deber pesado, sino un acto de celebración y adoración.
V. Recompensa por Ofrecer (Mateo 10:42)
Jesús nos asegura que cualquier acto de bondad y generosidad, incluidas nuestras ofrendas, no pasará desapercibido ante los ojos de Dios. Incluso el simple dar de un vaso de agua a alguien en Su nombre tiene su recompensa. Nuestras ofrendas son semillas que Dios multiplica y recompensa en su debido tiempo.
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Conclusión:
Nuestras ofrendas y diezmos son una parte fundamental de nuestra vida de fe. Al ofrecer generosamente, voluntariamente, con propósito y alegría, estamos demostrando nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor y nuestra obediencia a Su llamado. Recordemos las palabras de Jesús y la enseñanza de los apóstoles mientras continuamos ofrendando para el avance del reino de Dios. Que nuestras ofrendas sean una expresión tangible de nuestro amor y devoción a nuestro Salvador.
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