Celebrar un evento extraordinario que cambió el curso de la historia: el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo. En medio de las luces brillantes y los cantos alegres, recordemos las profecías cumplidas que señalaron la llegada del Mesías. Abramos nuestras Biblias a Isaías 7:14 y Mateo 1:18-23 para explorar la asombrosa profecía de un nacimiento virginal.
I. Nacerá de una Virgen y Su Nombre Será Emanuel (Isaías 7:14, Mateo 1:18-23):
Isaías, inspirado por Dios, profetizó hace siglos que una virgen concebiría y daría a luz a un hijo llamado Emanuel, que significa "Dios con nosotros". Este cumplimiento se registra en Mateo 1:18-23, donde la virgen María da a luz al Hijo de Dios, cumpliendo la promesa divina de que Dios estaría con su pueblo.
El milagro del nacimiento
Ángel visitó a José en un sueño
Nacimiento: fue a Belén para un censo romano; no había vacantes en establecimientos y posadas, por eso Jesús nació en el pesebre - humilde; visitado por pastores y ángeles se apareció a los pastores (Reis Magos) que traen regalos (oro, incienso, mirra)
Escape a Egipto (Herodes quería matar al Mesías; ordenó matar a todos los niños menores de dos años; Ángel advierte a José en un sueño que lleve a la familia a Egipto y no regrese hasta que lo visiten nuevamente)
Todos los bebés varones de 2 años o menos fueron asesinados. Mt 2:16. No tuvo éxito en matar a Cristo antes de su tiempo.
II. Tendrá un Nombre Maravilloso y Estará Destinado a Reinar (Isaías 9:6-7, Lucas 2:11):
Otra profecía asombrosa se encuentra en Isaías 9:6-7, que declara que el niño nacido tendría un nombre maravilloso y estaría destinado a reinar para siempre. En Lucas 2:11, los ángeles anuncian el nacimiento de Jesús como el Salvador, el Cristo, el Señor, cumpliendo la profecía de Isaías.
III. Será de la Familia de David (Isaí) Isaías 11:1, Mateo 1 (vía José) y Lucas 3:
Otra conexión profética importante es la descendencia de Jesús de la familia de David, según Isaías 11:1. Mateo y Lucas registran las genealogías de Jesús, mostrando que Él es el descendiente prometido, cumpliendo la profecía mesiánica.
IV. El Espíritu del Señor Reposará Sobre Él (Isaías 11:2, Mateo 3:16):
Isaías también profetizó que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías. En el bautismo de Jesús, registrado en Mateo 3:16, el Espíritu Santo descendió sobre Él como una confirmación divina de su identidad y misión.
V. Vivió sin Pecado (Hebreos 4:15):
Hebreos 4:15 nos asegura que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, vivió sin pecado. A diferencia de cualquier otro líder religioso, Jesús fue impecable, lo que lo califica para ser nuestro Salvador perfecto.
VI. Murió por Nuestros Pecados (1 Corintios 15:1-4):
Fue rechazado por los hombres - Jn 1:11
Rechazado por la élite religiosa. Se enorgullecían de conocer la Ley
Deberían haber conocido las profecías acerca de Cristo - Génesis 49:10, Sal 22, Is 53
Rechazado por sus seguidores - Jn 6: 66-69 e incluso por sus discípulos. Pedro negó al Señor tres veces - Mt 26: 69-75, Mc 14: 66-72, Lc 22: 54-62, Jn 18: 13-18, 25-27. Judas lo traicionó - Mt 26: 47-56, Mc 14: 43-52, Lc 22: 47-53, Jn 18: 1-11
La razón fundamental de la venida de Jesús fue cumplir el propósito redentor de Dios. Como señala 1 Corintios 15:3-4, Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras. En la cruz, llevó sobre sí mismo el castigo que merecíamos.
VII. Resucitado de Entre los Muertos (Hechos 2:24, 32):
La tumba vacía proclama la victoria de Jesús sobre la muerte. Como se registra en Hechos 2:24, Dios resucitó a Jesús, rompiendo las cadenas del sepulcro y confirmando que Él es el Hijo de Dios.
VIII. Resucitó para Darnos Esperanza (Juan 11:25-26):
La resurrección de Jesús no solo es un evento histórico, sino que también es fuente de esperanza para nosotros. En Juan 11:25-26, Jesús asegura que aquellos que creen en Él, aunque mueran, vivirán eternamente.
IX. Él Nos Dio las Palabras de Vida Eterna (Juan 6:68; 14:6):
Jesús no solo es nuestro Salvador, sino también nuestro Maestro. En Juan 6:68, Pedro reconoce que las palabras de Jesús son palabras de vida eterna. Jesús mismo declara en Juan 14:6 que Él es el camino, la verdad y la vida.
Conclusión:
En esta temporada de Navidad, recordemos con asombro y gratitud las profecías cumplidas en el nacimiento, vida, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Su venida no solo cumplió antiguas promesas, sino que también nos ofreció la esperanza de la vida eterna. Que esta celebración nos inspire a adorar con corazones agradecidos y a compartir la buena noticia de salvación que encontramos en Jesús. En Su glorioso nombre oramos. Amén.