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Predica sobre Aniversario de la Iglesia

  Aniversario de la Iglesia


Queridos hermanos y hermanas, hoy estamos aquí reunidos para celebrar un año más de la existencia de nuestra amada iglesia. Este es un momento de profunda gratitud y reflexión, un tiempo para recordar el propósito que Dios ha trazado para nosotros como Su pueblo y para celebrar Su fidelidad a lo largo de estos años. A través de esta celebración, recordamos que Dios ha sido fiel desde el principio y que Su amor y propósito para nosotros son eternos.

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1. Celebración de la Fidelidad de Dios (Romanos 11:36)

En Romanos 11:36 leemos: “Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.” Este aniversario es un reconocimiento de que todo lo que hemos alcanzado es por la fidelidad de Dios. A Él le debemos todo, y es Su amor y Su gracia los que nos han sostenido. Nuestra celebración es un acto de gratitud, reconociendo que Él ha sido nuestra guía y nuestro soporte en cada paso del camino.


2. Recordando las Promesas de Dios (1 Tesalonicenses 5:24)

Dios es fiel para cumplir Sus promesas. En 1 Tesalonicenses 5:24 se nos dice: “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” Hoy recordamos cómo Dios ha sido constante en cumplir Sus promesas con esta iglesia. Cada etapa que hemos atravesado es testimonio de Su fidelidad. Recordar esto nos llena de esperanza y nos invita a confiar en que Sus promesas seguirán cumpliéndose en los años venideros.


3. Unidad en el Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:27)

Somos una comunidad de creyentes, todos unidos como parte del Cuerpo de Cristo. 1 Corintios 12:27 nos recuerda: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” Este aniversario también es una celebración de nuestra unidad. Como iglesia, cada uno de nosotros tiene un papel importante. Unidos, cumplimos la misión que Dios nos ha encomendado.


4. Gratitud por Todos los que Fueron Antes (Hebreos 13:7)

En Hebreos 13:7 se nos instruye a recordar a nuestros líderes y a aquellos que nos enseñaron la Palabra de Dios. Hoy, con corazones agradecidos, honramos a quienes trabajaron incansablemente antes que nosotros, sembrando las primeras semillas de esta iglesia. Su compromiso y sacrificio son la base de lo que hoy tenemos, y damos gracias a Dios por sus vidas y su ejemplo de fe.

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5. Renovar el Compromiso con la Misión de la Iglesia (Marcos 16:15)

Celebrar nuestro aniversario es también una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la misión que Cristo nos dejó en Marcos 16:15: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Como iglesia, nuestro propósito principal es llevar el mensaje de salvación y amor de Jesús a todos. Que este aniversario sea un recordatorio de nuestro llamado y un impulso para seguir compartiendo el evangelio.


6. Celebrando el Crecimiento Espiritual y Numérico (Hechos 2:47)

Hechos 2:47 relata cómo los primeros cristianos vivían en comunión y cómo el Señor añadía a la iglesia cada día a los que habían de ser salvos. Hoy damos gracias por el crecimiento, no solo numérico, sino espiritual, que hemos experimentado. Cada nuevo miembro y cada corazón transformado es evidencia del amor de Dios y del poder de Su Espíritu Santo.


7. Fortalecimiento de la Fe y la Perseverancia (Gálatas 6:9)

Gálatas 6:9 nos anima a no cansarnos de hacer el bien, porque a su tiempo cosecharemos. En los momentos de dificultad, Dios nos ha dado la fuerza para perseverar y mantenernos firmes. Esta perseverancia ha fortalecido nuestra fe y nos ha llevado a un entendimiento más profundo de Su gracia. Sigamos avanzando con esta misma dedicación, confiando en que Dios nos sostendrá.


8. El Brillante Futuro de la Iglesia (Jeremías 29:11)

Dios tiene planes de bien y no de mal para nosotros, tal como nos recuerda Jeremías 29:11. Con fe, miramos hacia el futuro, sabiendo que Dios tiene un propósito especial para esta iglesia. Él guiará cada paso que demos, y Su amor nos acompañará en cada desafío. Este aniversario es solo el comienzo de todo lo que Dios quiere hacer en y a través de nosotros.


9. La Iglesia como Luz del Mundo (Mateo 5:14)

Somos llamados a ser luz en medio de un mundo que necesita esperanza. Mateo 5:14 dice: “Vosotros sois la luz del mundo.” Este aniversario nos recuerda nuestra responsabilidad de ser un faro de luz y esperanza, reflejando el amor y la verdad de Cristo en nuestra comunidad y más allá. Que sigamos siendo un testimonio vivo de Su amor y de Su poder transformador.


10. Alabanza y Adoración como Forma de Gratitud (Salmo 100:4)

Finalmente, Salmo 100:4 nos invita a entrar por Sus puertas con acción de gracias y con alabanza. Hoy, como familia en Cristo, nos unimos en adoración y gratitud, agradeciendo por todo lo que Dios ha hecho y seguirá haciendo en medio de nosotros. Que nuestra alabanza y adoración sean la respuesta a Su bondad y fidelidad, y que cada día en esta iglesia se llene de Su presencia y de Su gloria.

Predica sobre Aniversario de la Iglesia

  1. Predica sobre Cómo educar a nuestros hijos
  2. Predica sobre El propósito de Dios en mi vida
  3. Predica sobre Testigos Fortalecidos por el Espíritu Santo Hechos 1:8

Conclusión

Queridos hermanos, este aniversario no es solo una celebración de lo que hemos logrado como iglesia, sino, sobre todo, un tributo a la fidelidad y el amor de Dios. Que esta ocasión especial nos inspire a seguir avanzando, firmes en nuestra misión y comprometidos con nuestro propósito. Demos gracias a Dios por Su fidelidad, y con fe miremos hacia adelante, confiando en que Él seguirá guiando a Su iglesia en el camino que ha preparado. ¡A Él sea la gloria! Amén.

Predica sobre Cómo educar a nuestros hijos

 Cómo educar a nuestros hijos


La crianza de nuestros hijos es una gran responsabilidad, y Dios nos ha dado principios fundamentales para guiar a nuestros pequeños en el camino de la fe. Educar a los hijos en el amor y el conocimiento de Dios no solo afecta sus vidas, sino que también puede tener un impacto eterno. Hoy exploraremos algunos principios bíblicos sobre cómo guiar y formar a nuestros hijos en el Señor.

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1. Enseñando el camino desde la niñez (Proverbios 22:6)

Proverbios 22:6 nos dice: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él." Desde temprana edad, los niños están abiertos a aprender y absorben lo que ven y escuchan. Es una oportunidad invaluable para inculcarles los valores y el amor de Dios. La educación espiritual debe comenzar en casa, guiándolos en el camino de la verdad y la fe en Cristo.


2. Instruir con Amor y Disciplina (Efesios 6:4)

Efesios 6:4 exhorta a los padres a "criarles en disciplina y amonestación del Señor." La disciplina es esencial para el desarrollo de un carácter sólido. Sin embargo, es importante que esta disciplina se ejerza con amor y respeto, sin exasperar a los niños. La corrección amorosa y sabia enseña a los niños a discernir el bien del mal, y los ayuda a entender que Dios los guía y corrige en amor.


3. Sea un ejemplo de vida cristiana (1 Corintios 11:1)

Los niños aprenden mucho más de lo que ven que de lo que escuchan. 1 Corintios 11:1 nos llama a ser imitadores de Cristo. Como padres, debemos modelar una vida que refleje el amor, la paciencia y la compasión de Jesús. No podemos esperar que nuestros hijos sigan un camino que nosotros mismos no estamos transitando. Nuestra vida de fe y obediencia puede ser la guía más poderosa para nuestros hijos.


4. Enseñar a respetar la autoridad y obedecer a Dios (Efesios 6:1)

Efesios 6:1 dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo." Desde pequeños, los niños deben aprender a respetar la autoridad, tanto la de sus padres como la de Dios. Este respeto por la autoridad se trasladará a otras áreas de sus vidas, como la escuela, el trabajo y la sociedad. Enseñarles a obedecer a Dios y a sus padres les ayudará a construir una vida de responsabilidad y respeto.

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5. Fomentar el amor a Dios sobre todo (Deuteronomio 6:5-7)

Deuteronomio 6:5-7 nos recuerda que debemos "amar a Jehová tu Dios de todo tu corazón." Alentar a nuestros hijos a amar a Dios con todo su ser es crucial para su desarrollo espiritual. A medida que les enseñamos a valorar a Dios sobre todo, los estamos guiando a construir una relación personal con Él, lo cual será su mayor fortaleza y esperanza.


6. Enseñar sabiduría y temor de Jehová (Proverbios 9:10)

Proverbios 9:10 dice: "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría." La verdadera sabiduría comienza con una reverencia por Dios. Enseñar a los niños a respetar y temer a Dios los lleva a tomar decisiones sabias. Este temor no es de miedo, sino de respeto y reconocimiento de la grandeza de Dios. Al cultivar esta actitud, les ayudamos a vivir una vida que honra a Dios.


7. Corregir con Amor, no con Ira (Proverbios 29:15)

Proverbios 29:15 nos enseña que la corrección debe ser aplicada con amor, no con ira. Es fácil reaccionar con enojo, pero eso puede lastimar el corazón de un niño. La corrección amorosa los guía en la dirección correcta, mostrando comprensión y paciencia. Cuando corregimos con amor, los niños aprenden que cada lección es para su propio bien y crecimiento.


8. Orar por y con los niños (Deuteronomio 6:6-7)

Deuteronomio 6:6-7 destaca la importancia de orar con y por nuestros hijos. La oración los conecta con Dios y les muestra que Él está presente en cada aspecto de sus vidas. Orar en familia fortalece los lazos y les enseña a los niños a depender de Dios en todas las circunstancias. La oración familiar puede ser un refugio de paz y amor en sus vidas.


9. Enseñar la responsabilidad y el cuidado de los demás (Mateo 7:12)

En Mateo 7:12 encontramos el principio de la “Regla de Oro”: "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos." Enseñar a nuestros hijos a ser responsables y a preocuparse por el bienestar de los demás es esencial. Cuando aprenden a vivir con generosidad y respeto, reflejan el amor de Dios y se convierten en una bendición para la comunidad.


10. Fomente la confianza y la dependencia de Dios (Proverbios 3:5)

Finalmente, Proverbios 3:5 nos aconseja: "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia." Es importante enseñar a nuestros hijos a confiar en Dios, especialmente cuando enfrentan desafíos o dificultades. Saber que pueden contar con Dios les da seguridad y paz. Esta confianza en Dios se convierte en su guía y fortaleza a lo largo de la vida.

Predica sobre Cómo educar a nuestros hijos

  1. Predica sobre El propósito de Dios en mi vida
  2. Predica sobre Testigos Fortalecidos por el Espíritu Santo Hechos 1:8
  3. Predica sobre La purificación y el Espíritu Santo Eclesiastés 9:8

Conclusión

Queridos hermanos, educar a nuestros hijos en los caminos del Señor es una responsabilidad y un privilegio. Sigamos estos principios bíblicos para guiar sus corazones hacia el amor, el respeto y la obediencia a Dios. Al hacerlo, no solo los estamos ayudando a tener una vida en paz y propósito, sino que también estamos sembrando en ellos una fe que perdurará. Que Dios nos dé sabiduría y paciencia para ser los padres que Él desea que seamos, y que nuestros hijos crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. ¡Amén!

Predica sobre El propósito de Dios en mi vida

 


El propósito de Dios para mi vida


Queridos hermanos y hermanas, todos nos hemos preguntado en algún momento de nuestras vidas: “¿Cuál es mi propósito?” Esta es una de las preguntas más importantes que podemos hacer porque nos ayuda a alinear nuestras vidas con el plan divino que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros. A través de las Escrituras, encontramos dirección y claridad sobre el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.

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1. Dios tiene un plan específico para cada vida (Jeremías 29:11)

Dios nos recuerda en Jeremías 29:11: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis." No estamos aquí por accidente. Dios tiene un plan específico para cada uno de nosotros. Desde antes de nacer, Él ya tenía un propósito diseñado para nuestras vidas. Este plan está lleno de esperanza y está orientado a nuestro bien.


2. Descubrimos nuestro propósito al buscar a Dios (Mateo 6:33)

En Mateo 6:33, Jesús nos dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Descubrimos nuestro propósito en la medida en que buscamos a Dios. Cuando ponemos a Dios en primer lugar en nuestras vidas y hacemos de Su voluntad nuestra prioridad, comenzamos a ver con mayor claridad cuál es Su propósito para nosotros. Buscando a Dios diariamente en oración y a través de Su Palabra, Él nos guía hacia Su plan perfecto.


3. Dios nos permite cumplir su propósito (Filipenses 4:13)

A menudo, cuando entendemos cuál es el propósito de Dios para nuestras vidas, podemos sentirnos abrumados o incapaces de cumplirlo. Pero debemos recordar que no estamos solos. Filipenses 4:13 dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Dios nos da la fuerza y la capacidad para cumplir Su propósito. No se trata de nuestras habilidades, sino de Su poder obrando en nosotros. Él nos capacita para hacer lo que nos llama a hacer.


4. El propósito de Dios es transformarnos a la imagen de Cristo (Romanos 8:29)

Uno de los aspectos más importantes del propósito de Dios es que seamos transformados a la imagen de Su Hijo, Jesucristo. Romanos 8:29 nos dice: "A los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo." El plan de Dios para nuestras vidas no es solo cumplir tareas o alcanzar metas, sino que seamos transformados interiormente. A medida que nos parecemos más a Cristo, reflejamos Su amor, Su carácter y Su gracia al mundo.

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5. Llamados a servir a los demás (Efesios 2:10)

Efesios 2:10 nos enseña que "somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." Parte de nuestro propósito es servir a los demás. Dios nos ha dado dones y habilidades para que podamos usarlos en el servicio a nuestra comunidad y a aquellos que nos rodean. Al servir a los demás, cumplimos el propósito de Dios y mostramos Su amor en acción.


6. Dios usa nuestros dones para su propósito (1 Corintios 12:4)

En 1 Corintios 12:4, leemos: "Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo." Cada uno de nosotros ha sido dotado de dones y talentos únicos que Dios desea usar para Su gloria. Al identificar y desarrollar esos dones, estamos participando en el plan de Dios para nuestras vidas. No todos estamos llamados a hacer lo mismo, pero cada uno tiene un papel vital en el Cuerpo de Cristo.


7. En el propósito de Dios, las tribulaciones producen crecimiento (Romanos 5:3)

En ocasiones, el camino hacia el cumplimiento del propósito de Dios incluye dificultades y tribulaciones. Romanos 5:3 nos recuerda que las tribulaciones producen paciencia y carácter. A través de las pruebas, Dios nos moldea y nos fortalece para que podamos cumplir Su propósito con más madurez y dependencia en Él. Las dificultades no son obstáculos al plan de Dios, sino herramientas que Él utiliza para perfeccionarnos.


8. El propósito de Dios nos da paz y gozo (Salmo 16:11)

Cumplir el propósito de Dios no solo nos da satisfacción, sino que también nos llena de paz y gozo. Salmo 16:11 dice: "Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre." Cuando caminamos en el propósito de Dios, experimentamos una paz que el mundo no puede dar. Vivir conforme a Su voluntad trae un gozo profundo que trasciende las circunstancias.


9. Vivir para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31)

Finalmente, el propósito último de nuestras vidas es vivir para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31 nos exhorta: "Hacedlo todo para la gloria de Dios." Todo lo que hacemos, desde nuestras acciones diarias hasta nuestras decisiones más grandes, debe reflejar nuestro deseo de glorificar a Dios. Vivir para Su gloria significa que nuestras vidas apuntan a Él y que, a través de nosotros, otros pueden ver Su amor y Su poder.

Predica sobre El propósito de Dios en mi vida

  1. Predica sobre Testigos Fortalecidos por el Espíritu Santo Hechos 1:8
  2. Predica sobre La purificación y el Espíritu Santo Eclesiastés 9:8
  3. Predica sobre: ¿Cómo ser leal a Cristo? Mateo 12:30

Conclusión

Hermanos y hermanas, Dios tiene un propósito específico y hermoso para cada uno de nosotros. Este propósito no solo incluye nuestras habilidades y talentos, sino también nuestro crecimiento espiritual, nuestro servicio a los demás y nuestra transformación a la imagen de Cristo. Al buscar a Dios, depender de Su fuerza y vivir para Su gloria, encontraremos paz, gozo y satisfacción en cumplir Su plan. Que cada día podamos caminar en Su propósito, confiando en que Él nos guiará y capacitará en todo momento. ¡Amén!

Predica sobre Testigos Fortalecidos por el Espíritu Santo Hechos 1:8

 


Fortalecidos por el Espíritu Santo


Cómo el Espíritu Santo nos fortalece para cumplir con la misión que Jesús nos ha encomendado. El Espíritu Santo no solo nos llena de poder, sino que también nos guía, nos equipa y nos capacita para ser testigos fieles de Cristo en un mundo que necesita desesperadamente Su mensaje de esperanza. Vamos a profundizar en cómo podemos ser fortalecidos por el Espíritu Santo.


1. El poder del Espíritu Santo (Hechos 1:8)

Jesús les dijo a Sus discípulos en Hechos 1:8: "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos..." El poder del Espíritu Santo no es un poder cualquiera. Es el poder de Dios mismo que viene a vivir en nosotros. Es el mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos. Este poder nos capacita para llevar el mensaje del Evangelio con valentía y eficacia.

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2. La necesidad de esperar el empoderamiento divino (Hechos 1:4)

Antes de que los discípulos comenzaran su misión, Jesús les dio una instrucción clave: "no se vayan de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre." (Hechos 1:4). A veces, queremos actuar por nuestra cuenta, pero debemos aprender a esperar el empoderamiento del Espíritu Santo. No podemos cumplir el propósito de Dios con nuestras propias fuerzas. Debemos esperar el momento en que Él nos llene y nos capacite para la obra.


3. La misión de ser testigos de Cristo (Hechos 1:8)

La razón por la cual somos fortalecidos por el Espíritu Santo es para ser testigos de Cristo. En Hechos 1:8, Jesús deja clara esta misión: "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra." Ser testigos significa proclamar lo que hemos experimentado de Jesús. Cada uno de nosotros tiene un testimonio que compartir sobre cómo Dios ha transformado nuestras vidas.


4. La Universalidad de la Misión (Hechos 1:8)

La misión no está limitada a un solo lugar. Jesús nos llama a ser testigos "en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra." Esto significa que nuestra tarea es llevar el mensaje de Cristo a cada rincón del mundo. El Espíritu Santo nos da la capacidad para romper barreras culturales, raciales y lingüísticas, llevando el Evangelio a todos los pueblos.

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5. El Espíritu Santo como fuente de valor y sabiduría (Mateo 10:19)

En Mateo 10:19, Jesús dice a Sus discípulos: "Cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar." El Espíritu Santo no solo nos da poder, sino también sabiduría para hablar en momentos de dificultad. Cuando enfrentamos oposición o pruebas, podemos confiar en que el Espíritu nos dará las palabras correctas para hablar con valentía y sabiduría.


6. Testimonio fiel en tiempos de oposición (Hechos 5:40)

La oposición es una realidad para los que siguen a Cristo. En Hechos 5:40, los apóstoles fueron golpeados por predicar el nombre de Jesús, pero salieron "gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre." El Espíritu Santo nos fortalece para soportar la persecución y el rechazo con gozo. No podemos permitir que la oposición nos desanime, porque el Espíritu nos da la fuerza para perseverar.


7. La expansión del Reino de Dios (Mateo 28:19)

La misión de ser testigos va de la mano con la gran comisión de Jesús en Mateo 28:19: "Id, y haced discípulos a todas las naciones." El Espíritu Santo nos fortalece para cumplir con esta gran comisión. No estamos solos en esta misión; el Espíritu nos guía y nos capacita para llevar el Reino de Dios a todo el mundo, haciendo discípulos y enseñando todo lo que Cristo nos ha mandado.


8. La Promesa del Espíritu Santo como Sello de Adopción (Efesios 4:30)

En Efesios 4:30, el apóstol Pablo nos recuerda que el Espíritu Santo es "el sello con el que fuisteis sellados para el día de la redención." El Espíritu es la garantía de que pertenecemos a Dios. Es nuestra adopción como hijos e hijas de Dios, y nos asegura que estamos protegidos y guiados por nuestro Padre celestial. Este sello nos da confianza y seguridad en nuestra salvación.


9. La Iglesia como Cuerpo Vivo que da testimonio de Cristo (1 Corintios 12:27)

Somos el cuerpo de Cristo en la tierra, y el Espíritu Santo es quien nos une como Iglesia. En 1 Corintios 12:27, Pablo dice: "Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular." Cada miembro tiene un papel único, y juntos damos testimonio de Cristo al mundo. El Espíritu Santo nos da los dones necesarios para edificar la Iglesia y llevar el Evangelio al mundo.


10. El papel central del Espíritu Santo en la expansión de la Iglesia (Hechos 2:4)

Finalmente, vemos en Hechos 2:4 cómo el Espíritu Santo fue el motor detrás de la expansión de la Iglesia. El día de Pentecostés, los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo, y eso dio lugar al crecimiento explosivo de la Iglesia. El Espíritu es quien nos equipa, nos guía y nos envía a llevar el mensaje de Cristo al mundo entero.

Predica sobre Testigos Fortalecidos por el Espíritu Santo Hechos 1:8
  1. Predica sobre La purificación y el Espíritu Santo Eclesiastés 9:8
  2. Predica sobre: ¿Cómo ser leal a Cristo? Mateo 12:30
  3. Predica sobre La Música como Alabanza a Dios


Conclusión

Queridos hermanos y hermanas, el Espíritu Santo es nuestra fuente de fortaleza, poder y sabiduría. A través de Su presencia en nosotros, somos capacitados para ser testigos fieles de Cristo, llevando el Evangelio a todas partes. Nuestra misión no es opcional; es un mandato divino. Pidamos al Espíritu Santo que nos llene cada día, que nos guíe en nuestra tarea de ser luz y sal en este mundo, y que nos dé el valor para proclamar a Cristo en todo momento y lugar. ¡Que Dios nos fortalezca en esta misión! Amén.

Predica sobre La purificación y el Espíritu Santo Eclesiastés 9:8

 La purificación y el Espíritu Santo


La purificación espiritual y el rol esencial del Espíritu Santo en nuestras vidas. A lo largo de las Escrituras, encontramos imágenes poderosas que nos revelan la pureza, la unción y la preparación que Dios demanda de nosotros para vivir en Su presencia. Comencemos con una visión clara de la pureza espiritual y cómo el Espíritu Santo obra en nosotros para mantenernos en ese estado de santidad.

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1. Pureza espiritual en túnicas blancas (Eclesiastés 9:8)

En Eclesiastés 9:8 leemos: "En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza." Aquí, las túnicas blancas simbolizan pureza y santidad. Dios desea que vivamos en pureza, con corazones limpios y vidas que reflejen Su santidad. Estas vestiduras blancas son una señal visible de una vida transformada y dedicada a Dios. Es un llamado constante a mantenernos puros en nuestra conducta, palabras y pensamientos.


2. La necesidad de una santificación continua (Hebreos 12:14)

Hebreos 12:14 nos exhorta: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." La santificación no es un evento único, sino un proceso continuo. El Espíritu Santo es quien nos santifica diariamente, ayudándonos a dejar atrás las obras de la carne y a caminar en la justicia. Sin esa santificación continua, no podremos estar en la presencia de Dios ni experimentar la plenitud de Su gloria.


3. Túnicas blancas: señal de ganadores (Apocalipsis 3:5)

Apocalipsis 3:5 nos ofrece una hermosa promesa: "El que venciere será vestido de vestiduras blancas." Aquellos que perseveran en la fe y caminan en santidad recibirán la recompensa de Dios: vestiduras blancas que simbolizan victoria y pureza. Estas túnicas representan el triunfo sobre el pecado y el mal. Solo aquellos que se mantengan firmes en la fe y en la pureza espiritual serán considerados dignos de vestir estas túnicas blancas.


4. La Simbología del Aceite: Unción y Presencia del Espíritu Santo (Eclesiastés 9:8)

En el mismo versículo de Eclesiastés 9:8, encontramos otra imagen poderosa: "nunca falte ungüento sobre tu cabeza." El aceite es un símbolo recurrente de la unción y de la presencia del Espíritu Santo. La unción es lo que nos capacita para vivir en la presencia de Dios y hacer Su obra. El Espíritu Santo es quien unge nuestras vidas, dándonos poder para cumplir nuestro llamado y vivir en santidad.

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5. La Unción para Vivir en la Presencia de Dios (1 Juan 2:27)

1 Juan 2:27 nos recuerda que la unción que recibimos del Espíritu Santo permanece en nosotros: "La unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros." Esta unción nos enseña todas las cosas y nos guía en la verdad. No podemos vivir una vida espiritual sin la unción del Espíritu Santo. Él es nuestro consejero, nuestro guía y nuestro poder para permanecer en la presencia de Dios.


6. El óleo del gozo en medio de las luchas (Salmo 23:5)

El Salmo 23:5 dice: "Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando." Incluso en medio de las dificultades y los desafíos de la vida, el Espíritu Santo nos unge con el óleo del gozo. Esta unción nos permite tener paz y alegría, aun cuando enfrentamos las pruebas. La unción no solo nos da poder, sino también consuelo y gozo, recordándonos que Dios está con nosotros en cada momento.


7. Pureza y Unción: Una Vida Consagrada (Romanos 12:1)

Romanos 12:1 nos llama a presentar nuestros cuerpos como "sacrificio vivo, santo, agradable a Dios." La pureza y la unción están ligadas a una vida consagrada. No podemos vivir en santidad sin entregar completamente nuestras vidas a Dios. La consagración es el acto de separar nuestra vida para los propósitos de Dios, y es en ese estado de entrega total que el Espíritu Santo puede obrar poderosamente en nosotros.


8. Preparados para el banquete celestial (Apocalipsis 22:14)

En Apocalipsis 22:14, se nos da una visión de aquellos que estarán preparados para el banquete celestial: "Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad." Solo aquellos que han sido purificados y vestidos con las túnicas blancas de la santidad podrán participar del banquete celestial. El Espíritu Santo nos prepara y purifica para ese día glorioso.


9. La urgencia de estar preparados (Lucas 12:35)

Lucas 12:35 nos advierte: "Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas." Este es un llamado a estar siempre listos, espiritualmente preparados para el regreso de Cristo. No podemos permitir que la impureza o la distracción nos alejen de nuestro propósito. El Espíritu Santo nos mantiene alertas y enfocados en la tarea que tenemos por delante.


10. Una vida de comunión continua con Dios (Apocalipsis 3:4)

Finalmente, Apocalipsis 3:4 nos habla de aquellos que caminan en comunión constante con Dios: "Tienes unos pocos nombres en Sardis que no han manchado sus vestiduras." La pureza y la unción nos permiten vivir en una relación continua y profunda con nuestro Creador. El Espíritu Santo es quien nos capacita para mantener esa comunión constante, guiándonos en nuestro caminar diario con Dios.

Predica sobre La purificación y el Espíritu Santo Eclesiastés 9:8

  1. Predica sobre: ¿Cómo ser leal a Cristo? Mateo 12:30
  2. Predica sobre La Música como Alabanza a Dios
  3. Predica sobre Matrimonio en Crisis

Conclusión

Queridos hermanos y hermanas, Dios nos llama a vivir en pureza espiritual y bajo la unción del Espíritu Santo. A través de la santificación continua, el Espíritu Santo nos guía, nos purifica y nos prepara para el encuentro con nuestro Señor. Mantengamos nuestras vestiduras blancas, simbolizando la pureza de nuestras vidas, y permitamos que el aceite de la unción del Espíritu Santo nunca falte en nuestras cabezas. Solo así podremos vivir una vida consagrada y estar preparados para el banquete celestial. Que Dios nos bendiga y nos llene de Su Espíritu Santo cada día. Amén.

¿Cómo ser leal a Cristo? Mateo 12:30

 El que no está conmigo, está contra mí Mateo 12:30


Hermanos y hermanas, hoy quiero hablarles sobre un tema crucial para nuestra vida espiritual: la importancia de tomar una decisión clara y firme respecto a nuestra lealtad a Cristo. Jesús nos dice en Mateo 12:30: "El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama." Esta afirmación es fuerte, pero nos recuerda una verdad fundamental: en el Reino de Dios, no hay espacio para la neutralidad. Hoy exploraremos lo que significa estar completamente con Cristo y las consecuencias de no tomar esa decisión.

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1. La neutralidad no es una opción en el Reino de Dios (Mateo 12:30)

Jesús es claro cuando dice que quien no está con Él, está en Su contra. No hay un punto intermedio. Muchas personas creen que pueden ser neutrales, mantenerse en una zona de confort, no tomando una posición firme a favor o en contra del Reino de Dios. Sin embargo, la verdad es que esa neutralidad es imposible. Vivir sin tomar una decisión por Cristo es, en sí misma, una decisión en Su contra. Estamos llamados a elegir: o estamos con Cristo, o estamos contra Él. No hay terreno neutral.


2. Lealtad Total a Cristo (Mateo 6:24)

Jesús también nos advierte en Mateo 6:24: "Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro." Esto nos recuerda que nuestra lealtad debe ser total. No podemos vivir una vida de doble ánimo, tratando de servir a Dios y al mismo tiempo aferrándonos a las cosas de este mundo. Debemos entregar por completo nuestro corazón y nuestra vida a Cristo. Solo entonces podremos experimentar la plenitud de Su amor y Su propósito en nuestras vidas.


3. La necesidad de elegir entre la luz y las tinieblas (Efesios 5:8)

En Efesios 5:8, Pablo nos exhorta: "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz." Cada día enfrentamos decisiones que determinan si caminamos en la luz de Cristo o en las tinieblas del pecado. No podemos caminar en ambos caminos al mismo tiempo. Ser discípulos de Cristo implica alejarnos de las tinieblas y elegir vivir en la luz de Su verdad.


4. El llamado a trabajar en la cosecha de Dios (Mateo 9:37)

Jesús nos dice en Mateo 9:37: "La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos." El Reino de Dios necesita obreros, personas comprometidas a trabajar en la cosecha. No podemos simplemente ser espectadores en la obra de Dios. Estamos llamados a involucrarnos activamente, a llevar el mensaje de salvación a otros y a participar en el avance del Reino. Quedarse al margen es desparramar, no reunir. Si no estamos activos en el trabajo de Dios, estamos contribuyendo a la dispersión.

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5. Las consecuencias de esparcir en lugar de reunir (Mateo 18:7)

Jesús advierte sobre las consecuencias de aquellos que, en lugar de reunir, esparcen. En Mateo 18:7, nos dice: "¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!" Ser indiferentes o apáticos hacia el Reino de Dios puede llevar a que otros tropiecen. Tenemos la responsabilidad de ser una influencia positiva en el cuerpo de Cristo, ayudando a reunir, no a esparcir.


6. El peligro de la apatía espiritual (Apocalipsis 3:15)

En Apocalipsis 3:15, Jesús reprende a la iglesia de Laodicea: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!" La tibieza espiritual es peligrosa. Cuando no tomamos una posición clara, cuando permitimos que la apatía y la indiferencia dominen nuestro corazón, nos alejamos de Dios. Es mejor ser honesto en nuestra necesidad de Dios que vivir en una falsa comodidad espiritual.


7. Unificación en el Cuerpo de Cristo (Juan 17:21)

En Su oración por los creyentes en Juan 17:21, Jesús ruega: "Que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti." Ser parte del Reino de Dios implica unidad. No podemos ser parte del cuerpo de Cristo y, al mismo tiempo, actuar en contra de esa unidad. Cuando estamos verdaderamente con Cristo, buscamos la unidad y el bienestar de todo el cuerpo de creyentes.


8. La Urgencia de Ser Parte del Reino de Dios (Mateo 6:33)

Mateo 6:33 nos recuerda: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." La urgencia de ser parte del Reino de Dios es clara. No podemos dejar nuestras decisiones espirituales para después. Debemos priorizar el Reino de Dios sobre todas las cosas, poniendo nuestra confianza en que Dios proveerá para nuestras necesidades.


9. Cristo, el Punto Central de la Vida (Romanos 11:36)

Romanos 11:36 nos dice: "Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas." Cristo debe ser el centro de nuestra vida. Todo lo que hacemos, lo que pensamos y lo que planeamos debe estar orientado hacia Él. Al estar completamente con Cristo, encontramos propósito y significado en cada aspecto de nuestra vida.


10. La necesidad de un compromiso total en el discipulado (Lucas 14:27)

En Lucas 14:27, Jesús nos advierte: "El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo." Seguir a Cristo requiere un compromiso total. No podemos seguirle a medias. Debemos tomar nuestra cruz, morir a nosotros mismos y seguirle con todo nuestro corazón. Este es el verdadero llamado del discipulado: una entrega total.

¿Cómo ser leal a Cristo? Mateo 12:30

  1. Predica sobre La Música como Alabanza a Dios
  2. Predica sobre Matrimonio en Crisis
  3. Predica sobre Un Corazón Nuevo Ezequiel 36:26

Conclusión

Hermanos y hermanas, Jesús nos llama a una decisión clara y a una lealtad total. No podemos permanecer neutrales en el Reino de Dios. Debemos elegir seguir a Cristo con todo nuestro ser, trabajar en Su obra y vivir en la luz de Su verdad. Que hoy renovemos nuestro compromiso con Él, sabiendo que el que está con Cristo, está en el lado de la vida, la verdad y la victoria eterna. Amén.

Predica sobre La Música como Alabanza a Dios

 La Música como Alabanza a Dios: Un Instrumento de Adoración y Gratitud


Quiero hablar sobre un tema que toca nuestras almas profundamente: la música como alabanza a Dios. A lo largo de la Biblia, la música ha sido utilizada como un poderoso medio de adoración y una expresión de gratitud. En este sermón, exploraremos cómo la música ha sido una herramienta clave para exaltar el nombre de Dios y fortalecer nuestro espíritu.

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1. La música como medio para adorar a Dios (Salmo 33:2)

El Salmo 33:2 nos exhorta: "Alabad a Jehová con arpa; cantadle con salterio y decacordio". Desde tiempos antiguos, los instrumentos musicales han sido utilizados como medios para glorificar a Dios. La música es una forma poderosa de adoración porque trasciende las palabras, permitiéndonos expresar los sentimientos más profundos de nuestro corazón hacia el Creador. Cuando alabamos a Dios a través de la música, nos conectamos espiritualmente con Él de una manera especial.


2. La música como expresión de gratitud (Isaías 42:10)

Isaías 42:10 nos invita a cantar un cántico nuevo al Señor como una expresión de gratitud: "Cantad a Jehová un cántico nuevo, su alabanza desde el fin de la tierra". Cantar a Dios es una forma de agradecerle por todas las bendiciones que nos ha dado. La música nos permite reconocer Su grandeza y Su bondad con nuestras voces y corazones llenos de gozo. En los momentos de alegría, la música se convierte en una forma natural de alabanza y gratitud a Dios.


3. Miriam y el cántico de victoria (Éxodo 15:20)

Un ejemplo memorable en la Biblia de música como alabanza a Dios es el cántico de victoria de Miriam. En Éxodo 15:20, después de que Dios liberó a los israelitas del ejército egipcio al cruzar el Mar Rojo, Miriam tomó un pandero y, junto con las mujeres de Israel, cantaron y danzaron en agradecimiento por la victoria. Este cántico no solo era una expresión de júbilo, sino también un reconocimiento del poder de Dios para salvar y liberar.


4. Música en el Templo de Dios (1 Crónicas 25:6)

En 1 Crónicas 25:6, vemos cómo la música era parte integral de la adoración en el templo de Dios. Los levitas, asignados específicamente para tocar música, eran responsables de liderar la alabanza a través de cánticos e instrumentos. Esto nos muestra que la música en la adoración es más que entretenimiento; es un acto sagrado dedicado a honrar la santidad de Dios. La música en el templo de Dios era cuidadosamente preparada y ofrecida como un sacrificio espiritual.

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5. La alabanza de David a través de la música (1 Crónicas 13:8)

El rey David es uno de los personajes bíblicos más asociados con la música. En 1 Crónicas 13:8, vemos a David y todo Israel tocando música con todas sus fuerzas mientras llevaban el arca de Dios. La vida de David estaba llena de alabanzas a través de la música. Escribió muchos de los salmos que hoy en día seguimos utilizando como parte de nuestra adoración a Dios. David entendió el poder de la música para elevar nuestras almas y acercarnos más a Dios.


6. La música como instrumento de alivio espiritual (1 Samuel 16:23)

La música también tiene el poder de traer alivio espiritual y emocional. En 1 Samuel 16:23, cuando Saúl estaba afligido por un espíritu maligno, David tocaba el arpa, y Saúl encontraba alivio. Este pasaje nos muestra que la música puede ser un instrumento de sanación, paz y consuelo. Dios utiliza la música para tocar nuestros corazones, aliviar nuestras cargas y recordarnos Su presencia.


7. Cantos de alabanza en la cárcel (Hechos 16:25)

En Hechos 16:25, encontramos a Pablo y Silas en la cárcel, orando y cantando himnos a Dios. A pesar de estar encarcelados, utilizaron la música como una forma de alabanza y resistencia espiritual. Este ejemplo nos enseña que, incluso en medio de la adversidad, la música puede ser una herramienta para mantener nuestra fe firme en Dios y para atraer Su intervención divina.


8. Canciones de alegría y acción de gracias (Esdras 3:11)

En Esdras 3:11, los israelitas cantaron con gran júbilo al Señor mientras reconstruían el templo: "Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová". En momentos de renovación y esperanza, la música es una forma de dar gracias a Dios por Su fidelidad. Estos cánticos de alegría celebran las obras de Dios y su misericordia, y nos recuerdan que nuestra gratitud debe ser una constante en nuestra adoración.


9. La música como parte de la adoración y la enseñanza espiritual (Colosenses 3:16)

Colosenses 3:16 nos insta a cantar "con gracia en vuestros corazones al Señor". La música no solo es una expresión de alabanza, sino también una herramienta para enseñar y edificarnos unos a otros en la fe. A través de himnos y cánticos espirituales, aprendemos más sobre la verdad de Dios y experimentamos Su presencia en nuestras vidas de manera más profunda.


10. La alabanza final en la eternidad (Apocalipsis 5:9)

Finalmente, la Biblia nos dice que en la eternidad, la alabanza a Dios será eterna. En Apocalipsis 5:9, vemos una visión de los santos en el cielo cantando un cántico nuevo: "Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos". La música será una parte central de nuestra adoración en la presencia de Dios para siempre, cantando con gozo la grandeza de nuestro Señor y Salvador.

Predica sobre La Música como Alabanza a Dios

  1. Predica sobre Matrimonio en Crisis
  2. Predica sobre Un Corazón Nuevo Ezequiel 36:26
  3. Predica sobre El pecado de David 2 Samuel 11

Conclusión:

Hermanos, la música es un regalo precioso de Dios que podemos usar para Su gloria. Ya sea en momentos de alegría, victoria, alivio o adoración, la música nos conecta con nuestro Creador de una manera única. Que nuestras vidas sean una constante melodía de alabanza a Dios, no solo con nuestras palabras, sino también con nuestras acciones y corazones. Amén.

Predica sobre Matrimonio en Crisis

 Consejos para un Matrimonio en Crisis: Restaurando el Amor y la Unidad


Vamos a hablar sobre un tema crucial y sensible: el matrimonio en crisis. En la actualidad, muchas parejas enfrentan desafíos que pueden parecer imposibles de superar. Sin embargo, la Palabra de Dios nos ofrece orientación y sabiduría para restaurar y fortalecer los matrimonios. A través de principios bíblicos, podemos encontrar soluciones que nos ayudan a enfrentar los problemas, sanar heridas y reconstruir el amor y la confianza. Aquí hay diez consejos bíblicos para un matrimonio en crisis.

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1. El amor es el fundamento de las relaciones (1 Corintios 13:4)

El amor es la base de todo matrimonio. El apóstol Pablo, en 1 Corintios 13:4, describe el amor como paciente, bondadoso, y libre de envidia o resentimiento. En tiempos de crisis, es fácil perder de vista este amor. Sin embargo, cuando ambos cónyuges se esfuerzan por practicar este tipo de amor, pueden superar las dificultades. El verdadero amor es una decisión diaria de actuar con paciencia y bondad, incluso en medio de las pruebas.


2. La comunicación es clave (Proverbios 15:1)

Una de las causas más comunes de los conflictos en el matrimonio es la falta de una buena comunicación. Proverbios 15:1 nos recuerda que "la respuesta suave quita la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor". Es importante escuchar con atención y hablar con suavidad, evitando el uso de palabras hirientes. Una comunicación efectiva permite expresar sentimientos sin herir al otro y es fundamental para resolver malentendidos.


3. El perdón debe ser recíproco (Efesios 4:32)

El perdón es esencial en cualquier relación, especialmente en el matrimonio. Efesios 4:32 nos llama a "perdonarnos unos a otros, como Dios también nos perdonó en Cristo". El resentimiento y la falta de perdón pueden destruir un matrimonio. Aprender a perdonar no significa ignorar el dolor, sino elegir liberar a la otra persona de la culpa y buscar la reconciliación. El perdón recíproco ayuda a sanar las heridas y a restaurar la confianza.


4. Dios debe ser el centro del matrimonio (Salmo 127:1)

El salmista nos recuerda en el Salmo 127:1: "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican". Cuando Dios está en el centro de un matrimonio, Él da la sabiduría y la gracia necesarias para enfrentar los desafíos. Un matrimonio centrado en Dios busca su dirección y ayuda en cada circunstancia. Esto significa orar juntos, buscar su voluntad y mantener una relación personal con Él.

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5. El papel del hombre como líder amoroso (Efesios 5:25)

Efesios 5:25 instruye a los esposos a "amar a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia". Esto significa liderar con amor, sacrificio y comprensión. El liderazgo en el matrimonio no es dictatorial, sino que se trata de servir y cuidar a la esposa con respeto y amor incondicional. Un esposo que sigue el ejemplo de Cristo creará un ambiente en el hogar donde el amor y la paz florezcan.


6. Una esposa debe ser sabia y respetuosa (Proverbios 14:1)

Por otro lado, Proverbios 14:1 nos dice que "la mujer sabia edifica su casa". Una esposa sabia sabe cómo construir y fortalecer su matrimonio con palabras y acciones llenas de respeto. El respeto mutuo es fundamental para cualquier relación. Las esposas pueden ayudar a sus esposos a convertirse en mejores líderes al apoyarlos, respetarlos y orar por ellos.


7. Orar juntos fortalece el matrimonio (1 Tesalonicenses 5:17)

La oración es una herramienta poderosa en la vida de cualquier creyente, y orar juntos como pareja es fundamental. En 1 Tesalonicenses 5:17, se nos insta a orar sin cesar. La oración une a la pareja, les permite escuchar a Dios y alinear sus corazones con Su voluntad. Cuando oramos juntos, invitamos a Dios a intervenir en nuestras dificultades y nos permite ver nuestra relación a través de Sus ojos.


8. Respete el tiempo y el proceso de curación (Eclesiastés 3:1)

Eclesiastés 3:1 nos enseña que "todo tiene su tiempo". En una crisis matrimonial, es importante recordar que la sanación lleva tiempo. No todas las heridas se curan de la noche a la mañana. Es necesario ser pacientes con uno mismo y con el otro mientras ambos trabajan para restaurar su relación. El proceso de curación puede ser largo, pero con paciencia y fe en Dios, la restauración es posible.


9. Humildad para admitir errores (Santiago 5:16)

Santiago 5:16 nos llama a confesar nuestras ofensas unos a otros. La humildad es clave en un matrimonio en crisis. Ambos cónyuges deben ser lo suficientemente humildes como para admitir sus errores y pedir perdón. La humildad abre la puerta a la reconciliación, ya que permite que cada persona reconozca su parte en los problemas y trabaje en las soluciones.


10. Compromiso con el pacto matrimonial (Mateo 19:6)

Finalmente, debemos recordar el pacto matrimonial. En Mateo 19:6, Jesús dice: "lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre". El matrimonio es un pacto sagrado ante Dios, y ambos cónyuges deben estar comprometidos a honrar ese pacto, incluso en los momentos difíciles. Este compromiso no es solo con el otro, sino también con Dios, quien los unió.

Predica sobre Matrimonio en Crisis

  1. Predica sobre Un Corazón Nuevo Ezequiel 36:26
  2. Predica sobre El pecado de David 2 Samuel 11
  3. Predica sobre Zacarías 3 Restauración en la Presencia de Dios

Conclusión:

Un matrimonio en crisis no significa el fin. Con amor, comunicación, perdón, y poniendo a Dios en el centro, cualquier relación puede ser restaurada. Dios nos ha dado un modelo perfecto de amor y reconciliación, y cuando seguimos Sus principios, podemos encontrar esperanza, sanidad y fortaleza para superar los desafíos. No importa cuán grande sea la crisis, Dios siempre está dispuesto a ayudar y restaurar lo que ha sido dañado. Que busquemos siempre Su guía en nuestros matrimonios y confiemos en Su poder transformador. Amén.

Predica sobre Un Corazón Nuevo Ezequiel 36:26

  Un Corazón Nuevo: La Promesa de Dios para la Transformación


Hoy exploraremos una promesa transformadora que Dios nos da en Ezequiel 36:26-27. Esta promesa nos muestra el anhelo de Dios de darnos un "corazón nuevo" y un espíritu renovado, una promesa de cambio profundo que va más allá de lo superficial y nos conduce a una vida completamente renovada en Cristo. Vamos a examinar cada aspecto de esta transformación que Dios realiza en nuestras vidas.

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1. Dios promete una transformación interior (Ezequiel 36:26a)

Dios, a través del profeta Ezequiel, promete una transformación profunda en su pueblo: "Les daré un corazón nuevo". Esta no es solo una reforma externa de comportamientos, sino una renovación interior, donde nuestras actitudes, deseos y pensamientos son cambiados por completo. Esta transformación es obra de Dios. No podemos cambiar nuestro corazón por nuestra propia fuerza o esfuerzo. Es Él quien toma la iniciativa de darnos un corazón nuevo, uno que esté alineado con su voluntad.


2. El retiro del corazón de piedra (Ezequiel 36:26b)

Dios dice: "Y quitaré de su carne el corazón de piedra". Un corazón de piedra es duro, insensible y resistente a la guía de Dios. Es el corazón que está atrapado en el pecado, la incredulidad y la autosuficiencia. Este tipo de corazón es frío hacia las cosas de Dios y no responde a su amor. Dios, en su gracia, se compromete a quitar ese corazón de piedra, a eliminar esa resistencia espiritual que nos impide vivir conforme a sus mandamientos. Esto simboliza el inicio de una vida nueva, libre de las cadenas del pecado.


3. La implantación de un corazón de carne (Ezequiel 36:26c)

A continuación, Dios promete reemplazar el corazón de piedra con un "corazón de carne". Este corazón de carne es suave, sensible y receptivo a la voz de Dios. Es un corazón capaz de sentir el amor y la compasión, uno que puede ser moldeado por el Espíritu Santo. Con este nuevo corazón, somos capaces de amar a Dios y a los demás con sinceridad y profundidad, algo que no es posible con un corazón endurecido por el pecado. Este es el tipo de corazón que busca la justicia y se deleita en hacer la voluntad de Dios.


4. La transformación comienza con Dios (Ezequiel 36:26a)

Es crucial recordar que esta transformación no comienza con nosotros. Dios es quien toma la iniciativa. Somos incapaces de cambiar nuestras vidas sin su intervención. Él es quien nos llama, quien abre nuestros ojos para que veamos nuestra necesidad de cambio. Este es un recordatorio de que todo comienza y termina con la gracia de Dios. Su amor por nosotros lo lleva a hacer esta promesa: "Les daré un corazón nuevo".

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5. El Espíritu de Dios habita en nosotros (Ezequiel 36:27a)

En el versículo 27, Dios nos da otra promesa poderosa: "Pondré dentro de ustedes mi Espíritu". Esta promesa se cumple en la vida del creyente a través del Espíritu Santo, que habita en nosotros. El Espíritu no solo nos transforma, sino que también nos capacita para vivir de acuerdo con los estándares divinos. El Espíritu Santo es nuestro guía, nuestro consuelo y el que nos da poder para caminar en la vida cristiana.


6. Empoderados para caminar en obediencia (Ezequiel 36:27b)

La presencia del Espíritu Santo en nosotros tiene un propósito claro: "Haré que anden en mis estatutos y guarden mis preceptos". El Espíritu no solo nos cambia internamente, sino que también nos capacita para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Esta nueva vida es una vida de obediencia, no por obligación, sino porque el nuevo corazón desea complacer a Dios. No estamos solos en este caminar; el Espíritu nos da la fuerza para vencer el pecado y vivir de acuerdo con su Palabra.


7. La nueva naturaleza en Cristo (2 Corintios 5:17)

Esta promesa de Ezequiel se cumple plenamente en Cristo. En 2 Corintios 5:17, el apóstol Pablo declara que "si alguno está en Cristo, nueva criatura es". La transformación que Dios prometió en el Antiguo Testamento se hace realidad en la vida de aquellos que han puesto su fe en Jesús. Somos hechos nuevas criaturas, con una nueva naturaleza que desea agradar a Dios y reflejar su carácter.


8. El corazón nuevo nos libera del egoísmo (Ezequiel 36:26a)

Con un corazón nuevo, somos liberados del egoísmo y la autoindulgencia. En lugar de vivir solo para nosotros mismos, somos transformados para vivir para Dios y para servir a los demás. El corazón de piedra estaba centrado en sí mismo, pero el corazón de carne se centra en Dios y en amar a los demás.


9. El nuevo corazón produce frutos espirituales (Juan 15:5)

Jesús nos enseña en Juan 15:5 que si permanecemos en Él, daremos mucho fruto. Un corazón transformado por Dios produce frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe y autocontrol. Estos frutos no son resultado de nuestro propio esfuerzo, sino de la obra del Espíritu Santo en nosotros. El corazón nuevo es una fuente de vida espiritual, que da fruto en abundancia.


10. Un corazón renovado conduce a la vida eterna (Ezequiel 36:27a)

Finalmente, un corazón renovado y guiado por el Espíritu de Dios nos lleva a la vida eterna. Este es el destino final de aquellos que han sido transformados por Dios. Su Espíritu en nosotros es el sello de su promesa, garantizando nuestra herencia eterna (Efesios 1:13-14). Vivimos con la esperanza de que, un día, estaremos en la presencia de Dios por toda la eternidad.

Predica sobre Un Corazón Nuevo Ezequiel 36:26
  1. Predica sobre El pecado de David 2 Samuel 11
  2. Predica sobre Zacarías 3 Restauración en la Presencia de Dios
  3. Predica sobre El Amor al Dinero 1 Timoteo 6:10


Conclusión:


Hemos visto que Dios no solo quiere transformar nuestras acciones externas, sino que desea darnos un corazón nuevo, un corazón que lo ame y lo obedezca de manera genuina. Esta transformación comienza con Dios, se realiza a través de su Espíritu y nos lleva a una vida fructífera y eterna. Que hoy podamos rendir nuestras vidas a Él, permitiéndole que nos dé ese corazón nuevo y renovado que promete en su Palabra. Amén.

Predica sobre El pecado de David 2 Samuel 11

 El pecado de David: Lecciones de Advertencia y Restauración


Adentraremos en uno de los relatos más conocidos de la Biblia: el pecado de David. A través de este relato, aprenderemos sobre el peligro de ceder a la tentación, las devastadoras consecuencias del pecado, y la maravillosa misericordia de Dios cuando hay arrepentimiento genuino.

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1. El peligro de estar fuera de lugar (2 Samuel 11:1)


El capítulo 11 de 2 Samuel comienza con un detalle que es clave para entender todo lo que sucederá después: "En la primavera, cuando los reyes salían a la guerra... David se quedó en Jerusalén". Este pequeño detalle nos enseña que David no estaba donde debía estar. Como rey, su lugar estaba en el campo de batalla junto a su ejército, pero en cambio, eligió quedarse en casa. Esto nos recuerda que cuando estamos fuera del lugar que Dios ha dispuesto para nosotros, nos volvemos vulnerables a la tentación. La ociosidad y la falta de vigilancia espiritual nos colocan en el terreno del enemigo.


2. El pecado comienza con una mirada (2 Samuel 11:2)


El relato nos cuenta que David, al estar en su palacio, vio a Betsabé bañándose desde su terraza. Lo que comenzó como una mirada se transformó en un deseo carnal. Aquí vemos una lección importante: el pecado muchas veces comienza con algo aparentemente insignificante, como una mirada. Santiago 1:14-15 nos enseña que el pecado comienza con la tentación, luego el deseo da a luz al pecado, y el pecado lleva a la muerte. Debemos ser diligentes en mantener nuestros corazones y ojos puros, evitando alimentar deseos que nos alejen de Dios.


3. El corazón no controlado por la carne (2 Samuel 11:4)


En lugar de rechazar la tentación, David cede a sus deseos y manda traer a Betsabé. Esto nos muestra el poder del pecado cuando no se controla. David, aunque era un hombre conforme al corazón de Dios, permitió que su carne tomara control de sus decisiones. El apóstol Pablo nos enseña en Gálatas 5:16 que debemos andar en el Espíritu para no satisfacer los deseos de la carne. El pecado se fortalece cuando dejamos que nuestros deseos carnales dirijan nuestras acciones.


4. El pecado intenta ocultar sus consecuencias (2 Samuel 11:6)


Cuando David se entera de que Betsabé está embarazada, su primer instinto es ocultar su pecado. Llama a Urías, el esposo de Betsabé, con la esperanza de que vuelva a su casa y esté con su esposa, ocultando así la verdadera paternidad del niño. Este es un patrón común en el pecado: intentamos ocultar nuestras transgresiones, creyendo que podemos evitar las consecuencias. Pero Proverbios 28:13 nos dice: "El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia".

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5. El plan de ocultación del pecado agrava la situación (2 Samuel 11:14-15)


Cuando su primer plan falla, David toma una decisión aún más grave: ordena que Urías sea puesto en la primera línea de batalla para que muera. El pecado, cuando no es confrontado, tiende a crecer y multiplicarse. Un pecado lleva a otro, y las decisiones equivocadas nos arrastran a un ciclo de destrucción. David no solo pecó con Betsabé, sino que ahora estaba culpable de asesinato indirecto.


6. El pecado afecta a otros inocentes (2 Samuel 11:17)


La muerte de Urías no fue la única consecuencia del pecado de David. Varios soldados inocentes también perdieron la vida en la batalla como parte del plan de David. Esto nos recuerda que el pecado no solo afecta a quien lo comete, sino que también tiene un impacto en los demás. Las decisiones pecaminosas de David trajeron sufrimiento a muchas personas. El pecado siempre tiene un costo, y a menudo, ese costo lo pagan aquellos que no tienen culpa.


7. Dios siempre ve el pecado, incluso cuando tratamos de ocultarlo (2 Samuel 11:27)


Después de la muerte de Urías, David cree que ha cubierto su pecado. Sin embargo, el versículo 27 dice: "Pero lo que David había hecho fue desagradable ante los ojos del Señor". Aunque David intentó ocultar su pecado de los demás, no podía ocultarlo de Dios. Esto es un recordatorio para nosotros: nada está oculto ante los ojos de Dios. Él ve nuestras acciones, incluso las que intentamos mantener en secreto. El salmista escribió: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?" (Salmo 139:7).


8. Confrontación profética y arrepentimiento (2 Samuel 12:1, 7)


Dios, en su misericordia, envía al profeta Natán para confrontar a David. Natán, a través de una parábola, expone el pecado de David, y David finalmente reconoce su transgresión. Este es un momento crucial, porque la confrontación lleva al arrepentimiento. Todos necesitamos a alguien que nos hable con la verdad en amor cuando estamos en el error. David pudo haber rechazado la corrección, pero en cambio, reconoció su pecado y buscó el perdón de Dios.


9. Las consecuencias del pecado son reales (2 Samuel 12:10)


Aunque David se arrepintió, las consecuencias de su pecado no desaparecieron. Natán le advierte que la espada no se apartaría de su casa, y David experimentó tragedias familiares como resultado de su pecado. Esto nos enseña que el arrepentimiento no siempre elimina las consecuencias inmediatas del pecado, pero nos reconcilia con Dios y restaura nuestra relación con Él.


10. El perdón y la misericordia de Dios (2 Samuel 12:13)


A pesar de la gravedad del pecado de David, Dios en su infinita misericordia lo perdonó. David clamó a Dios en el Salmo 51: "Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado". La misericordia de Dios es más grande que cualquier pecado. Cuando confesamos y nos arrepentimos, Él es fiel para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).

Predica sobre El pecado de David 2 Samuel 11

  1. Predica sobre Zacarías 3 Restauración en la Presencia de Dios
  2. Predica sobre El Amor al Dinero 1 Timoteo 6:10
  3. Predica sobre El Derramamiento del Espíritu Santo

Conclusión:


El pecado de David nos enseña poderosas lecciones sobre el peligro de ceder a la tentación, las devastadoras consecuencias del pecado y la asombrosa misericordia de Dios. Que este relato nos inspire a vivir vidas de integridad, a confrontar el pecado en nuestras vidas y a buscar siempre la restauración a través del arrepentimiento genuino. ¡Que siempre corramos hacia la misericordia de Dios, confiando en su perdón y gracia! Amén.

Predica sobre Zacarías 3 Restauración en la Presencia de Dios

 Restauración en la Presencia de Dios


Meditamos sobre el maravilloso tema de la restauración, utilizando la historia del sacerdote Josué que encontramos en Zacarías 3. Este pasaje nos muestra el proceso transformador por el cual Dios no solo restaura nuestra dignidad y limpieza espiritual, sino que también nos equipa para vivir en Su servicio. A través de esta visión, Dios nos revela su profunda misericordia, poder y plan de redención para nuestras vidas.

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1. El sacerdote Josué ante Dios (Zacarías 3:1a)


La escena de Zacarías 3 comienza con el sacerdote Josué de pie ante Dios. Josué era el sumo sacerdote, el representante del pueblo, pero también simboliza a cada uno de nosotros. Todos estamos, en algún momento, en esa misma posición: de pie ante Dios. Esta imagen nos recuerda que somos llamados a la presencia del Señor, tal como somos. Pero como veremos más adelante, aunque venimos con nuestras imperfecciones, Dios no nos deja en ese estado. Él nos transforma.


2. La acusación de Satanás contra el sacerdote (Zacarías 3:1b)


En esta visión, Satanás está presente, listo para acusar a Josué. El enemigo siempre busca recordarnos nuestras fallas y acusarnos delante de Dios. Nos señala con el dedo, resaltando nuestros errores y nuestras impurezas. A menudo, nos sentimos paralizados por la culpa y el arrepentimiento, y Satanás desea mantenernos en ese estado. Sin embargo, la restauración comienza cuando reconocemos que, aunque el enemigo pueda acusarnos, hay alguien que nos defiende.


3. Dios nos defiende contra la acusación (Zacarías 3:2a)


El versículo 2 es impactante porque muestra que Dios mismo defiende a Josué: "El Señor dijo a Satanás: 'El Señor te reprenda'". Este es el corazón de Dios. Aunque Satanás nos acuse, Dios no solo ignora las acusaciones, sino que también las rechaza activamente. Dios no se enfoca en nuestras faltas, sino en su plan para nuestra restauración. Esto nos da esperanza, porque tenemos un defensor en Cristo, quien intercede por nosotros.


4. Dios invirtió en Josué como un tizón sacado del fuego (Zacarías 3:2b)


Dios compara a Josué con un "tizón arrebatado del fuego". Esto indica que Josué había pasado por pruebas, y aunque había sido quemado por las circunstancias, Dios lo rescató. Del mismo modo, nosotros a menudo enfrentamos dificultades, tentaciones y caídas, pero Dios no nos deja consumidos. Nos saca del fuego y nos restaura. Él no abandona a aquellos en quienes ha invertido su amor y propósito.

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5. Las vestiduras sucias del sacerdote (Zacarías 3:3)


Zacarías describe a Josué con vestiduras sucias, simbolizando su pecado y la impureza del pueblo que representaba. En la Biblia, las vestiduras sucias son una imagen de nuestra condición pecaminosa. Todos nosotros, como Josué, venimos ante Dios con nuestras propias "ropas sucias". Sin embargo, esta visión no se queda en la condición pecaminosa del sacerdote, sino que nos muestra el proceso de transformación que Dios está por realizar.


6. El cambio de ropa: de lo sucio a lo limpio (Zacarías 3:4)


Dios le dice a los ángeles que quiten las vestiduras sucias de Josué y le pongan ropas limpias. Este acto es simbólico de la justificación y santificación. No podemos quitarnos las vestiduras sucias por nosotros mismos; solo Dios puede hacerlo. Él nos da una nueva identidad y nos viste con la justicia de Cristo. Así como Josué fue limpiado y renovado, nosotros también podemos experimentar la renovación de nuestras vidas al ser lavados por la gracia de Dios.


7. La Corona Limpia: Restauración de la Dignidad (Zacarías 3:5)


Dios no solo cambia las vestiduras de Josué, sino que también ordena colocar una "mitra limpia" en su cabeza. Esta es una señal de autoridad y dignidad restaurada. A menudo, cuando pecamos o caemos, sentimos que hemos perdido nuestro valor o dignidad. Sin embargo, Dios no solo nos perdona, sino que también restaura nuestra posición. Nos llama a una vida de propósito y servicio, con una nueva identidad en Cristo.


8. La condición para permanecer en el servicio de Dios (Zacarías 3:7a)


Dios le dice a Josué que si camina en sus caminos y guarda su ley, tendrá autoridad sobre su casa. Esto nos recuerda que nuestra restauración no es solo para nuestro beneficio personal, sino para que podamos servir a Dios y a su pueblo. La obediencia es clave para permanecer en el lugar de bendición y autoridad que Dios nos ha dado. La restauración no es el final del camino, sino el comienzo de una vida de servicio a Dios.


9. La señal de la redención: el siervo, el renuevo (Zacarías 3:8b)


Dios le promete a Josué la llegada de "mi siervo, el Renuevo", una clara referencia a Cristo, el Mesías. Toda nuestra restauración y redención se encuentran en Jesucristo. Él es el siervo fiel que vino a salvarnos y a restaurarnos completamente. A través de Cristo, Dios no solo restaura lo que hemos perdido, sino que también nos da una esperanza futura y eterna.


10. La promesa de paz y seguridad bajo el Mesías (Zacarías 3:10)


Finalmente, en el versículo 10, Dios promete paz y seguridad. La verdadera paz solo puede venir cuando estamos bajo el gobierno y el cuidado de Cristo, nuestro Mesías. La restauración no solo es espiritual, sino que también trae paz a nuestras vidas, nuestras familias y nuestras comunidades.

Predica sobre Zacarías 3 Restauración en la Presencia de Dios

  1. Predica sobre El Amor al Dinero 1 Timoteo 6:10
  2. Predica sobre El Derramamiento del Espíritu Santo
  3. Predica sobre Nadie Desprecia tu Juventud 1 Timoteo 4:12-16

Conclusión:


Queridos hermanos y hermanas, el mensaje de Zacarías 3 es un recordatorio de que, aunque el enemigo nos acuse, Dios está siempre dispuesto a restaurarnos. Él quita nuestras vestiduras sucias y nos viste de justicia. Nos restaura nuestra dignidad y nos llama a un servicio santo. A través de Cristo, el Renuevo, tenemos una promesa de paz, seguridad y vida eterna. ¡Que siempre busquemos su restauración y vivamos para su gloria! ¡Amén!

Predica sobre El Amor al Dinero 1 Timoteo 6:10

 El Amor al Dinero es la Raíz de Todos los Males


Meditaremos sobre una advertencia bíblica que es tan relevante hoy como lo fue en los días de los primeros creyentes: el amor al dinero. En 1 Timoteo 6:10, se nos dice claramente que "el amor al dinero es la raíz de todos los males." No es el dinero en sí mismo el problema, sino el afecto desordenado hacia él, que puede desviarnos del camino de la fe y alejarnos de los propósitos de Dios. Vamos a explorar esta verdad y aprender cómo vivir con una correcta perspectiva sobre las riquezas.


1. El Amor al Dinero Desvía del Camino de la Fe (1 Timoteo 6:10)


La Palabra de Dios es clara: “El amor al dinero es la raíz de todos los males; y algunos, por codiciarlo, se extraviaron de la fe.” El deseo desenfrenado de riqueza puede hacer que nuestras prioridades se desalineen y nos alejemos de nuestra fe en Cristo. Cuando nuestra vida gira en torno a la búsqueda de dinero, podemos caer en tentaciones y trampas que nos apartan de nuestra relación con Dios. Nuestra fe debe estar fundamentada en Cristo, no en las riquezas temporales de este mundo.

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2. El Dinero No Puede Comprar la Paz (Juan 14:27)


En Juan 14:27, Jesús nos dice: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da." El mundo ofrece una paz falsa basada en la seguridad financiera y la abundancia material, pero esta paz es frágil y temporal. El dinero no puede comprar la verdadera paz, esa paz que solo Cristo puede dar. Por más que acumulemos riquezas, si no tenemos a Cristo, nuestras almas seguirán inquietas. La paz verdadera es un don espiritual que trasciende las circunstancias económicas.


3. El Peligro de la Avaricia (Lucas 12:15)


Jesús nos advirtió: “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15). La avaricia es un deseo insaciable de tener más, un deseo que nunca se satisface. Es fácil caer en la trampa de pensar que, si solo tuviéramos un poco más de dinero o posesiones, entonces seríamos felices. Pero la realidad es que el deseo de más nunca se detiene, y nos roba la capacidad de disfrutar lo que ya tenemos.


4. La Riqueza Puede Llevar a la Arrogancia (1 Timoteo 6:17)


En 1 Timoteo 6:17, Pablo advierte a los ricos de no ser arrogantes ni poner su esperanza en las riquezas. Cuando las personas confían en sus bienes materiales, es fácil volverse autosuficientes y olvidarse de Dios. La riqueza puede darnos una falsa sensación de seguridad y hacer que creamos que no necesitamos depender de Dios para nuestra provisión diaria. Pero todo lo que poseemos proviene de Él, y debemos reconocerlo con humildad y gratitud.

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5. La Prioridad Debe Ser Buscar el Reino de Dios (Mateo 6:33)


Jesús nos recuerda en Mateo 6:33: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Nuestra prioridad no debe ser acumular riqueza terrenal, sino buscar el Reino de Dios. Cuando ponemos a Dios en el centro de nuestra vida, Él se encarga de nuestras necesidades. Las cosas materiales son pasajeras, pero lo espiritual tiene valor eterno. Si centramos nuestra vida en Cristo, nuestras necesidades serán suplidas por el Señor.


6. La Riqueza es Temporal (Mateo 6:19)


En Mateo 6:19, Jesús nos advierte: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde ladrones minan y hurtan.” Las riquezas terrenales son efímeras. Todo lo que acumulamos en esta vida se desmoronará con el tiempo o será dejado atrás cuando partamos. Debemos invertir en tesoros celestiales, aquellos que no se desvanecen, como el amor, la fe y las buenas obras que reflejan a Cristo.


7. La Ilusión de la Seguridad en las Riquezas (Proverbios 18:11)


Proverbios 18:11 dice: "La riqueza del rico es su ciudad fortificada, y como un muro alto en su imaginación." Las riquezas pueden darnos una falsa sensación de seguridad, pero es solo una ilusión. Ninguna cantidad de dinero puede protegernos de las dificultades de la vida, de la enfermedad o de la muerte. Solo en Dios podemos encontrar verdadera seguridad y protección.


8. La Riqueza Puede Distraer la Atención del Propósito de Dios (Mateo 13:22)


En la parábola del sembrador, Jesús menciona que las riquezas pueden sofocar la Palabra de Dios en nuestros corazones. "El afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra" (Mateo 13:22). Las preocupaciones materiales pueden distraernos de nuestro llamado y de nuestra misión en la vida. El dinero no debe ser un obstáculo para cumplir el propósito que Dios tiene para nosotros.


9. La Generosidad es la Clave para una Vida Bendecida (Proverbios 11:25)


Proverbios 11:25 nos enseña: "El alma generosa será prosperada, y el que saciare, él también será saciado." En lugar de acumular, debemos aprender a dar generosamente. La generosidad refleja el corazón de Dios, quien es nuestro Proveedor. Cuando damos de lo que tenemos, no solo bendecimos a otros, sino que también experimentamos las bendiciones de Dios de una manera más profunda.


10. El Contentamiento es una Gran Ganancia Espiritual (1 Timoteo 6:8)


Finalmente, Pablo nos recuerda en 1 Timoteo 6:8 que "si tenemos sustento y abrigo, estemos contentos con esto." El contentamiento es una gran ganancia espiritual. Aprender a estar satisfechos con lo que Dios nos ha dado nos libera de la trampa del materialismo y nos permite experimentar la verdadera paz y alegría en Cristo.

Predica sobre El Amor al Dinero

  1. Predica sobre El Derramamiento del Espíritu Santo
  2. Predica sobre Nadie Desprecia tu Juventud 1 Timoteo 4:12-16
  3. Predica sobre Viviendo una Vida Transformada en Cristo  Colosenses 3

Conclusión:


El amor al dinero es una trampa peligrosa que puede desviar nuestras vidas del propósito de Dios. El dinero en sí no es malo, pero debemos tener cuidado de no ponerlo en el lugar que solo le pertenece a Dios. Que busquemos primeramente el Reino de Dios, que confiemos en Su provisión y que aprendamos a vivir con contentamiento, sabiendo que nuestra mayor riqueza es nuestra relación con Él. ¡Amén!

 
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Juan 3 16 Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todos los que creen en él no perezcan, sino que tengan vida eterna.