Sermón: La Conquista: Avanzando por Fe en la Promesa de Dios
Tema Central: La Conquista, en la vida cristiana, no es una lucha por lo que no tenemos, sino una toma de posesión por fe de aquello que Dios ya nos ha prometido.
Texto Guía: Josué 1:3 y 1:9
Introducción: De la Promesa a la Posesión
Hermanos, ¿quién de nosotros no anhela una "conquista"? Puede ser conquistar una nueva meta personal, superar un desafío de salud, o ganar una batalla espiritual que nos ha estado afligiendo. La Biblia, desde el Éxodo, nos habla de un pueblo llamado a conquistar.
La historia de Josué y la Tierra Prometida no es solo historia antigua; es un paradigma para nuestra vida de fe. Nos enseña cómo pasar de simplemente tener una promesa de Dios a verdaderamente tomar posesión de ella.
1. La Conquista Comienza con la Promesa de Dios (Josué 1:3)
“Yo te he entregado todo lugar que pise la planta de tu pie.”
La verdadera conquista nace de lo que Dios ya ha declarado como una promesa. La tierra ya era de ellos; solo tenían que ir y caminar sobre ella. De igual manera, muchas de nuestras victorias ya están garantizadas en Cristo (paz, gozo, santificación); nuestra tarea es movernos por fe para tomar posesión.
II. Los Requisitos para el Avance (Valentía, Obediencia y Ruptura)
La Tierra Prometida estaba llena de gigantes y muros. La conquista exige una postura activa.
2. Conquistar Requiere Valentía y Fe (Josué 1:9)
“¿No te lo he ordenado yo? ¡Esfuérzate y sé valiente! No temas ni desmayes.”
La valentía no es la ausencia de miedo, sino la acción a pesar del miedo, porque nuestra fe se basa en la presencia de Dios que está con nosotros. Las conquistas espirituales y personales requieren esta valentía, que emana de la certeza de que Dios ya dio la orden.
3. La Obediencia Es el Camino a la Conquista (Deuteronomio 28:2)
“Todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán si obedeces la voz del Señor.”
No conquistamos por estrategia militar, sino por obediencia radical. La obediencia abre puertas de bendición y victoria que nuestro esfuerzo humano, nuestra inteligencia o nuestros recursos jamás podrían abrir. La obediencia es la clave que activa las promesas.
4. Para Conquistar, Es Necesario Romper con el Pasado (Filipenses 3:13-14)
“Olvidando ciertamente lo que queda atrás… prosigo a la meta.”
El pueblo de Israel siempre miraba atrás, al desierto. El apego a los errores pasados, a las comodidades antiguas o a las viejas heridas impide el progreso hacia las conquistas que Dios tiene para nosotros. Debemos soltar el ancla de ayer para navegar hacia el mañana de Dios.
III. La Naturaleza Sobrenatural de la Conquista (Fe, Espíritu y Dirección)
Nuestra fuerza es limitada, pero el poder de Dios no lo es.
5. La Conquista Requiere Perseverancia (Hebreos 10:36)
“Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”
Rara vez la conquista es instantánea. Hay que tener paciencia y perseverancia para esperar el tiempo de Dios. Solo quienes se mantienen firmes a pesar de las dificultades y las demoras llegan a obtener la promesa completa.
6. La Conquista Se Alcanza Cuando Marchamos por Fe (Hebreos 11:30)
“Por la fe cayeron los muros de Jericó.”
Los muros de Jericó no cayeron por estrategia humana (¿quién conquista marchando y gritando?), sino por la fe activa de un pueblo obediente. La fe transforma los obstáculos que parecen insuperables en un testimonio de la victoria de Dios.
7. La Victoria No Se Logra con la Fuerza Humana, Sino con el Espíritu (Zacarías 4:6)
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu —dice el Señor—”.
Esta es la verdad central. Toda victoria verdadera es fruto de la acción poderosa del Espíritu Santo, no de nuestra capacidad, talento o poder personal. La conquista requiere nuestra participación, pero la victoria viene de Dios.
8. Dios Va Delante de Su Pueblo en Victoria (Éxodo 14:14)
“El Señor peleará por ustedes; ustedes solo necesitan estar quietos”.
No conquistamos solos; Dios es el General de nuestro ejército. Él lucha, Él abre caminos y Él garantiza la victoria para Su pueblo. A veces, la mayor acción de fe es estar quietos y dejar que Él pelee.
9. La Victoria Se Alcanza Cuando Seguimos la Dirección de Dios (Salmo 32:8)
“Yo te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir”.
Las victorias duraderas no provienen de nuestros propios planes. La verdadera conquista requiere seguir la guía divina, la instrucción de la Palabra y la dirección del Espíritu.
IV. La Conquista Eterna
10. La Mayor Conquista de un Cristiano Es Espiritual (1 Juan 5:4)
“Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe”.
La tierra que conquistamos hoy, los bienes que obtenemos, son temporales. La mayor y más noble conquista no es adquirir posesiones materiales, sino vencer al mundo (su sistema, sus valores, sus tentaciones) mediante nuestra fe en Jesucristo. Esta es la conquista que tiene valor eterno.
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Conclusión y Llamado
Hermanos, ¿qué "tierra prometida" le ha dado Dios hoy? ¿Qué batalla debe conquistar?
Recuerde:
1. Ya es Suyo: Reclame la promesa de Dios por fe (v. 3).
2. Actúe con Valor: Deje de lado el miedo y la inercia (v. 9).
3. Dependa del Espíritu: Camine en obediencia, sabiendo que Él pelea por usted (Zacarías 4:6).
Avance hoy con valentía y fe, y tome posesión de aquello que Dios ya le ha entregado.
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