La espera en Dios Salmo 40
Meditar en la virtud de la paciencia, esa cualidad que nos permite confiar en el tiempo perfecto de Dios. En un mundo donde la inmediatez es la norma, la espera puede parecer un acto de debilidad. Sin embargo, la Palabra nos enseña que la espera en Dios es un acto de fe y confianza, una demostración de que creemos en su poder y su sabiduría.
1. La importancia de esperar con paciencia
Como nos dice el Salmo 40:1, "Pacientemente esperé a Jehová, y él se inclinó a mí, y oyó mi clamor". La paciencia no es pasividad, sino una espera activa y confiada. Dios no se olvida de nosotros, sino que actúa en el momento preciso, cuando su plan se cumple.
2. Dios nos saca del lodo del pecado y la aflicción
El Salmo 40:2 nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, Dios está presente: "Me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre roca, y enderezó mis pasos". No importa cuán profundo sea nuestro pozo, Dios tiene el poder de rescatarnos y darnos una nueva dirección.
3. Dios nos da un cántico nuevo y alegría
Cuando esperamos en Dios, Él transforma nuestro dolor en alabanza, como dice el Salmo 40:3: "Y puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios; muchos lo verán, y temerán, y confiarán en Jehová". Nuestra experiencia de fe se convierte en testimonio para otros, inspirándolos a confiar en el Señor.
4. Bienaventurado el que confía en el Señor
El Salmo 40:4 nos invita a la verdadera felicidad: "Bienaventurado el hombre que pone su confianza en el Señor". La dependencia de Dios nos libera de la ansiedad y nos permite experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento.
5. Los planes de Dios para nosotros son innumerables
Los pensamientos y planes de Dios son más grandes de lo que podemos imaginar, como nos dice el Salmo 40:5: "Muchas son, oh Señor, Dios mío, las maravillas que has hecho por nosotros; tus pensamientos y tus planes no pueden enumerarse delante de ti". Confiemos en su sabiduría y permitamos que sus propósitos se cumplan en nuestras vidas.
6. Dios desea la obediencia, más que los sacrificios
El Salmo 40:6 nos enseña que lo que realmente agrada a Dios es un corazón sumiso: "Sacrificio y ofrenda no te agradaron; abriste mis oídos; holocausto y expiación no demandaste". La obediencia es la mejor ofrenda que podemos presentarle.
7. Necesitamos proclamar la fidelidad de Dios
Cuando Dios nos bendice, debemos compartir su fidelidad con otros, como hizo el salmista: "He proclamado justicia en la gran congregación; he aquí, no he reprimido mis labios, oh Señor, tú lo sabes" (Salmo 40:9). Nuestro testimonio fortalece la fe de la comunidad y glorifica el nombre de Dios.
8. Dios nunca nos rechaza, ni siquiera en los momentos difíciles
En los momentos de prueba, recordemos que Dios nunca nos abandona: "Señor, no apartes de mí tu compasión; que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre" (Salmo 40:11). Su compasión y su verdad son nuestro refugio seguro.
9. El enemigo intenta desanimarnos, pero Dios nos libra
El enemigo puede intentar desanimarnos, pero Dios pelea por nosotros: "Sean avergonzados y confundidos todos los que buscan mi alma para destruirla" (Salmo 40:14). Confiemos en su poder y su protección.
10. Dios no nos abandona en nuestra debilidad
Aun en nuestra debilidad, Dios nos sostiene: "Soy pobre y necesitado; pero el Señor cuida de mí" (Salmo 40:17). Su cuidado y su fortaleza nos acompañan en cada paso del camino.
- Predica sobre Camino Equivocado Proverbios 14:12
- Predica sobre Las flechas de la victoria 2 Reyes 13:14
- Predica sobre Negarse a sí mismo Lucas 9:23
Conclusion
Aprendamos a esperar en Dios con paciencia y confianza. Que su paz llene nuestros corazones y su gracia nos fortalezca en la espera. Amén.
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