Un Clamor y una Confianza: La Grandeza de Dios en Nuestra Necesidad
Introducción
Nos sumergimos en el Salmo 86, un grito sincero de un siervo necesitado que reconoce su total dependencia de Dios. En este salmo, encontramos un modelo de oración que nos enseña a acercarnos a Dios con humildad, confianza y gratitud.
1. Un grito de un siervo necesitado
"Inclina, oh Señor, tu oído y escúchame, porque estoy pobre y necesitado." (Salmo 86:1)
El salmista comienza su oración reconociendo su necesidad. Esta humildad es el primer paso para una comunicación genuina con Dios. No hay barreras para el clamor de un corazón necesitado.
2. Confianza en el carácter de Dios
"Guarda mi alma, porque soy piadoso; tú, Dios mío, salva a tu siervo que en ti confía." (Salmo 86:2)
En medio de la tribulación, el salmista deposita su confianza en el carácter de Dios. Él sabe que Dios es fiel y que protege a quienes confían en Él.
3. Dios responde a los que claman
"Clamo a ti todo el día." (Salmo 86:3)
La perseverancia en la oración es una demostración de nuestra fe. Dios escucha el clamor constante de los justos y responde en su tiempo perfecto.
4. Dios es la fuente de la alegría
"Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma." (Salmo 86:4)
La verdadera alegría no se encuentra en las circunstancias, sino en la presencia de Dios. Al entregar nuestra alma al Señor, encontramos gozo y paz.
5. El Señor es bueno y perdonador
"Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan." (Salmo 86:5)
Dios es un Dios de amor y misericordia. Él nunca se cansa de perdonar y su amor es más grande que cualquier pecado.
6. Dios es incomparable
"Entre los dioses no hay nadie como tú, oh Señor, ni hay obras como las tuyas." (Salmo 86:8)
No hay otro como nuestro Dios. Él es único en poder y majestad. Su grandeza trasciende toda comparación.
7. Todos los pueblos reconocerán la gloria de Dios
"Todas las naciones que has hecho vendrán y se inclinarán ante ti..." (Salmo 86:9)
La soberanía de Dios se extiende a toda la tierra. Un día, todas las naciones reconocerán su señorío y le rendirán homenaje.
8. Dios es grande y hace maravillas
"Porque tú eres grande y haces maravillas; sólo tú eres Dios." (Salmo 86:10)
Dios es el Dios de lo imposible. Él realiza milagros para glorificar su nombre y demostrar su poder.
9. Un corazón dócil y temeroso
"Enséñame, oh Señor, tu camino, y andaré en tu verdad; unifica mi corazón para que tema tu nombre." (Salmo 86:11)
Un corazón dispuesto a aprender es esencial para caminar fielmente con Dios. El temor del Señor nos guía por sendas de justicia.
10. Gratitud que exalta el nombre de Dios
"Te alabaré, oh Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre." (Salmo 86:12)
La alabanza sincera brota de un corazón agradecido por todo lo que Dios es y hace. Que nuestra vida sea una ofrenda de gratitud a nuestro Señor.
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Conclusión
Que este salmo nos inspire a acercarnos a Dios con humildad, confianza y gratitud. Que nuestro clamor sea escuchado, nuestra confianza sea fortalecida y nuestra alabanza sea un testimonio de la grandeza de nuestro Dios. Amén.
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