Título del sermón: Alzo mis ojos a los montes: Confianza en el Guardián Fiel
Introducción
Salmo 121, un canto de peregrinación que nos invita a depositar nuestra confianza en el Guardián fiel, aquel que nunca duerme ni se cansa. Este salmo nos recuerda que nuestra ayuda proviene del Creador del cielo y de la tierra, y que su protección es constante y perpetua.
1. Mira hacia arriba: ¿Dónde está la verdadera ayuda?
"Alzo mis ojos a los montes: ¿de dónde vendrá mi socorro?" (Salmo 121:1)
El salmista comienza con una pregunta fundamental: ¿dónde encontramos nuestra esperanza? En un mundo lleno de incertidumbre, es crucial dirigir nuestra mirada hacia el único que puede brindarnos ayuda verdadera.
2. La ayuda viene del Creador de todo
"Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra." (Salmo 121:2)
Nuestra ayuda no proviene de fuentes terrenales, sino del Dios que creó todo lo que existe. Él es el sustento de nuestra vida y el proveedor de todas nuestras necesidades.
3. Dios no permitirá que tus pies flaqueen
"No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda." (Salmo 121:3)
Aun en los momentos de mayor inestabilidad, Dios permanece firme y atento. Él nos sostiene para que no tropecemos en nuestro camino.
4. El Guardián de Israel nunca duerme
"Ciertamente no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel." (Salmo 121:4)
A diferencia de nosotros, Dios no se cansa ni necesita descanso. Su vigilancia es constante y su cuidado es ininterrumpido.
5. El Señor es tu protector personal
"El Señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu diestra." (Salmo 121:5)
Dios está a nuestro lado, como una sombra que nos protege del sol abrasador. Su protección es cercana y continua, brindándonos seguridad en todo momento.
6. Protección contra peligros visibles e invisibles
"El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche." (Salmo 121:6)
Dios nos protege de los peligros físicos y espirituales, tanto en los momentos de luz como en los de oscuridad. Su protección abarca todas las áreas de nuestra vida.
7. El Señor te guardará de todo mal
"El Señor te guardará de todo mal; él preservará tu alma." (Salmo 121:7)
La protección de Dios es integral. Él cuida tanto de nuestro cuerpo como de nuestra alma, protegiéndonos de todo mal y preservándonos para su gloria.
8. Un guardia que te cubre todo el tiempo
"El Señor guardará tu salida y tu entrada..." (Salmo 121:8a)
En cada paso que damos, Dios es nuestro escudo y protección. Él nos acompaña en nuestros caminos, tanto de ida como de regreso.
9. La vigilancia de Dios es perpetua
"...desde ahora y para siempre." (Salmo 121:8b)
La fidelidad de Dios no tiene límites. Su cuidado y protección se extienden a lo largo de toda nuestra vida y por la eternidad.
- Predica sobre Instruye al niño en su camino
- Predica sobre Esdras: Un Modelo de Liderazgo Divino Esdras 7:6-10
- Predica sobre No os dejéis engañar
Conclusion
El Salmo 121 nos invita a caminar con seguridad, no porque el camino sea fácil, sino porque nuestro Guardián es fiel. Que podamos depositar nuestra confianza en él y experimentar su protección constante en cada paso de nuestro camino. Amén.
👉+100 Predicas y Sermones: Bosquejos
👉Predicas para Jovenes